La crisis de los países emergentes está impulsando a los inversores locales a diversificar sus ahorros tanto en mercados como en gestoras internacionales. Pero esta tendencia de globalización de las inversiones, que viene de atrás y que se produce en muchos mercados de todo el mundo, también se está intensificando en otros mercados como el japonés. Aunque, además de la diversificación necesaria, también por otros motivos, como recortar costes y resolver algunos gaps en sus capacidades de backoffice.
Según un reciente estudio de Cerulli Associates y Nomura Research Institute (NRY), bajo el título Asset Management in Japan 2013: Opportunities and Challenges for Foreign Managers, las oportunidades para las gestoras internacionales están proliferando en Japón, donde los gestores nipones y las instituciones buscan el expertise de gestores foráneas. Así, las firmas japonesas estarían otorgando de forma creciente mandatos a gestoras internacionales con ese doble objetivo de cubrir la ausencia de algunas capacidades en el back office y externalizarlo para recortar costes. Los cambios macroeconómicos y microeconómicos apoyan un movimiento institucional en el país hacia esos mandatos de gestoras de fuera, según el estudio.
Los fondos bajo asesoramiento suponían el 65% de los activos bajo gestión de los trust de inversiones con datos a junio de 2013, desde el 61% en 2008. Los acuerdos de sub-asesoramiento pueden tomar dos formas: mandatos discrecionales (que suponían 126.500 millones de dólares a mediados del año pasado) o fondos de fondos (145.000 millones de dólares). Los acuerdos híbridos suponen otros 116.000 millones bajo gestión. El mercado de sub-asesoramiento ofrece muchas oportunidades a los gestores internacionales, particularmente en áreas como renta variable internacional o trust de inversiones inmobiliarias donde los fondos bajo asesoramiento suponen más del 90% del patrimonio.
Por gestoras bajo las que se ubica un fondo, el 82,4% del patrimonio bajo gestión de los trust de inversiones está en entidades japonesas, y el 17,6% en foráneas, pero si tenemos en cuenta quién es el gestor de hecho (teniendo en cuenta quién gestiona realmente el fondo, mediante acuerdos de asesoramiento), el 63,2% del patrimonio es gestionado por entidades internacionales, y solo el 36,8% por japonesas, según los datos del estudio.
Diversificación necesaria
“La diversificación gradual de los portafolios de los bancos japoneses desde los bonos del Gobierno hasta los valores de mercados foráneos y los cambios en la gobernabilidad de los fondos de pensiones ofrecen grandes oportunidades para los gestores internacionales”, comenta Yoon Ng, director de Análisis de Asia de Cerulli Associates. “El mayor interés por productos asesorados vendrá de clases de activos como renta fija o renta variable internacional, además de mercados emergentes”, dice el estudio.
“Los gestores internacionales que quieran entrar en el mercado japonés como sub-asesores deberían dirigir sus actividades de ventas hacia las mayores compañías de inversión y fondos de pensiones”, afirma Sadayuki Horie, analista senior de NRY, pues los fondos de pensiones son el mayor inversor institucional en Japón, con activos de 2,7 billones de dólares, con datos de finales de marzo de 2013. Además, el plan para reformar el fondo de pensiones estatal podría, según el informe, tener un impacto sustancial e incrementar la demanda de fondos que ofrezcan alfa e inversiones alternativas.
“Los fondos de pensiones han empezado a aumentar la utilización de gestoras foráneas, incluso aquellas sin presencia física en el país. Es crucial para las gestoras internacionales asegurarse de que esas instituciones sean conscientes de dónde está su expertise”, concluye. Además, las gestoras de fuera deberán cumplir con la idiosincrasia de los procesos de negocio en Japón y proporcionar un buen servicio a los clientes.
Otro de los catalizadores de esta tendencia serán los cambios en la fiscalidad sobre los valores, que animará a una creciente demanda por nuevos productos y la externalización de oportunidades.