En el caso de producirse un escenario desordenado de transición hacia una economía baja en carbono –de forma abrupta-, los fondos de inversión en España sufrirían una pérdida media del 5,7%. Es una de las conclusiones del documento de trabajo Medición del riesgo de transición en los fondos de inversión, publicado hoy por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y escrito por Ricardo Crisóstomo Ayala, técnico de su Departamento de Estudios y Estadísticas.
En el informe se analiza el impacto del cambio climático en los fondos de inversión, a través de una metodología global para cuantificar cómo afecta la transición ecológica al valor de estos vehículos. Según dicho método, la pérdida experimentada por cada activo se obtiene a partir de la intensidad de carbono y sector económico de cada contraparte, así como del riesgo de crédito, volatilidad, duración y convexidad de cada exposición.
Según esa metodología, un escenario de transición climática desordenado implicaría una pérdida media en los fondos en España del 5,7%. No obstante, la distribución de riesgo es muy asimétrica y la pérdida de los fondos con peor comportamiento se eleva hasta el 21,3%.
Por clases de activo, los de renta variable sufrirían las mayores caídas (12,7%), seguidos por los de bonos corporativos (5,6%), y los de bonos del estado (4,7%). “Si bien muchos fondos responden con resiliencia a la transición hacia la economía baja en carbono, los fondos que invierten en acciones de empresas altamente contaminantes sufren las mayores pérdidas. Estas cifras deben interpretarse como una estimación de baja severidad de las pérdidas potenciales de los fondos, ya que solo tienen en cuenta los efectos directos de la cartera. Factores amplificadores como la relación entre pérdidas y reembolsos, el impacto de las ventas en los precios de mercado, el contagio indirecto u otros factores sistémicos podrían desencadenar efectos en cascada y no lineales que aumentan la pérdida final”, advierte el estudio.
Mejor comportamiento en los fondos ESG
El artículo también concluye que los fondos sostenibles se comportarían mejor que el sector general de fondos. Por lo que se refiere al riesgo de cola, aunque los fondos sostenibles tienen una mayor participación en las inversiones de capital, los instrumentos del peor 1% y 5% sufren una pérdida limitada del 14,65 % y del 11% (frente al 21,34% y 15,47% en el sector de fondos). Del mismo modo, la pérdida MtM observada en todos los fondos sostenibles es del 5,70%, inferior al 5,92% atribuido a la cartera comparable en términos de clases de activos.
“Estas cifras indican que los fondos sostenibles están menos expuestos al riesgo de transición e invierten en activos financieros que superan a sus equivalentes sectoriales en la transición a la economía baja en carbono”, asegura el autor del informe.
Además, los fondos de inversión españoles presentan en media un menor riesgo de transición que sus comparables europeos. “Utilizando el marco desarrollado por Alessi y Battiston (2022), el Coeficiente de Exposición al Riesgo de Transición (TEC) de los fondos españoles es del 4,37% frente al 6,11% de los fondos de la Unión Europea (UE). Considerando la cuota de cartera que se incluye en el cálculo, el TEC ajustado de los fondos españoles aumenta hasta el 12,91% (frente al 29,2% de los fondos de la UE). Además, las carteras de fondos sostenibles presentan un TEC y un TEC ajustado significativamente más bajos que los fondos españoles y de la UE, lo que refuerza su elección como inversiones verdes”, dice el informe.
Un contexto de riesgo
«La transición hacia una economía baja en carbono podría generar riesgos para la estabilidad financiera derivados de la materialización de escenarios de transición que no hayan sido previstos por los agentes económicos. Cambios en las preferencias de los inversores, disrupciones tecnológicas y la implantación abrupta de políticas climáticas suponen una incertidumbre futura que puede provocar un descenso repentino del precio de los activos financieros. Se espera que la transición ecológica aumente los costes de las empresas con altas emisiones de carbono y reduzca la demanda de sus productos. Estos cambios podrían provocar activos varados, deterioro de la calidad crediticia, caída de las valoraciones de empresas y mayores costes de financiación, lo que generaría pérdidas en los instrumentos financieros emitidos por las empresas vulnerables a la transición», advierte el estudio.
«El análisis de los vínculos entre los fondos de inversión y las empresas con altas emisiones de carbono puede proporcionar indicadores de alerta temprana sobre el riesgo sistémico derivado de la transición ecológica. Una mayor conciencia climática y la divulgación de nueva información medioambiental podrían hacer que los inversores reduzcan o rechacen las inversiones con altas emisiones de carbono, produciéndose un efecto de contagio a las exposiciones superpuestas y un riesgo de huida de los activos marrones. Más allá del efecto directo sobre los activos marrones, las entidades financieras y los inversores que posean acciones y deuda de las empresas con altas emisiones de carbono también podrían verse afectados por la transición debido a un mayor riesgo de crédito y mercado en sus carteras», asegura el autor.