El comportamiento del mercado mundial de fusiones y adquisiciones (M&A) ha estado en constante declive desde el pico que registró en 2015. Como resultado, las empresas no han podido agregar valor durante diez trimestres consecutivos, según expresan los últimos datos del análisis trimestral de rendimiento de acuerdos M&A elaborado por Willis Towers Watson en asociación con Cass Business School.
Según la evolución del precio de las acciones de compañías valoradas en más de 100 millones de dólares, los compradores han tenido un rendimiento de 2,1 pp por debajo del Índice Global en los primeros tres meses de 2020, y de – 4.9% en comparación con el año pasado. “En cualquier caso, esto contrasta con la curva de rendimiento a más largo plazo, que muestra que los acuerdos de fusiones y adquisiciones han superado al mercado en 2,3% desde el lanzamiento del análisis trimestral de Willis Towers Watson en 2008”, subraya el informe.
Asimismo, y a pesar del Brexit, los compradores europeos lideran en positivo el ranking global M&A durante el primer trimestre de 2020, superando a su índice regional en 9%. Les siguen los compradores de Estados Unidos y Asia Pacífico, aunque ambos por debajo de sus índices regionales con una bajada de 4,2% y 5,8%, respectivamente.
Además, con 170 acuerdos cerrados en los primeros tres meses de 2020, los volúmenes de operaciones M&A han disminuido significativamente en comparación con el trimestre anterior y son los más bajos desde principios de 2014. El estudio analiza los acuerdos que se cerraron en el trimestre y, por lo tanto, contempla el impacto del COVID-19 en los países asiáticos, por lo que hemos de tener en cuenta que, en los próximos trimestres, mostrará los efectos de la pandemia en otras geografías.
“Los acuerdos analizados en este último informe son esencialmente pre-pandemia. Los resultados revelan una tendencia a la baja continua, tanto en el desempeño como en el volumen de fusiones y adquisiciones, el miedo y la volatilidad impulsada por COVID-19 desde entonces han lanzado a los mercados financieros a una caída acelerada e interrumpido significativamente el flujo normal del área M&A”, subraya Gabe Langerak, jefe regional de Fusiones y Adquisiciones para Europa Occidental, Willis Towers Watson.
Asimismo, Langerak destaca que Europa había disfrutado de dos trimestres positivos consecutivos y parecía estar saliendo de una espiral negativa. Principalmente por las mayores certidumbres sobre las resoluciones Brexit y otros factores que parecían alentar al mercado. “Desafortunadamente, un tercer buen trimestre es altamente improbable, debido a la ya anunciada recesión de las economías más desarrolladas, a los pocos acuerdos que se han iniciado en marzo y a los que, casi con toda seguridad, seguirán siendo muy pocos durante este mes de abril”, asegura.
Además, el experto señala que la magnitud total, el alcance y la duración del impacto del virus estarán determinados en gran medida por el éxito de la respuesta mundial al brote, que todavía está evolucionando. Lo que sí está claro, según Langerak, es que las lecciones aprendidas de crisis anteriores, como la financiera de 2007-2008, pueden proporcionar a los líderes empresariales una perspectiva sobre la recuperación y el crecimiento futuros. “Debemos aprender del pasado y usar este tiempo como un catalizador para afrontar formas de trabajo nuevas y creativas que, probablemente, impactarán también en futuros acuerdos M&A” argumenta Langerak.
La crisis financiera, 12 años después: cinco lecciones para los inversores
El avance del brote ha dejado en el limbo muchos acuerdos de M&A, pero el análisis de Willis Towers Watson sugiere que la actividad de fusiones y adquisiciones no se detendrá por completo. El informe apunta a que esto se debe al precio reducido de las acciones y el deseo de reestructuración de muchas organizaciones crearán nuevas oportunidades. No obstante, apuntan a que será necesario encontrar formas innovadoras para captar la participación en el mercado.
Haciendo un análisis macro, y aunque el entorno económico actual es diferente en muchos aspectos al que se generó hace doce años, el informe ha detectado cinco lecciones de la crisis de 2008 que siguen siendo relevantes para los inversores de cara a enfrentarse a la presente situación u otras, también complejas, que pudieran surgir en el futuro:
- Centrarse en las personas. Las crisis anteriores han demostrado que las organizaciones que logran mantener a sus equipos tranquilos y centrados evitan la precipitación a la hora de lanzarse a oportunidades “demasiado buenas” para ser verdad, pero tienen capacidad para aprovechar a buen ritmo aquellas que sí resultarán prósperas. “Esto, que ya se observó hace doce años, gana aún más vigencia hoy, ya que el COVID-19 tiene un componente diferenciador clave: afecta a la salud y la vida de las personas, algo que va mucho más allá de lo puramente financiero”, destaca el informe.
- Tomar ventaja en la adversidad. En la recesión actual llega al mercado una ola de activos estresados y más baratos. Para convertir la adversidad en oportunidad, desde Willis Towers Watson subrayan que es necesario realizar un análisis de asignación de activos rápido pero reflexivo. “Ejecutar bien las inversiones estratégicas, tomando planificación de los buenos y los malos tiempos, exige al comprador mantener la cabeza fría, ser disciplinado en la estimación de costes y financieramente prudente”, advierte el informe. Solo así, añaden, se podrán detectar aquellas oportunidades que ofrecen realmente retornos confiables en períodos de recuperación razonables.
- El corto plazo es esencial, pero con la vista en el horizonte a largo plazo. Durante la recesión de 2007-2009, las empresas priorizaron las acciones a corto plazo sobre las iniciativas a largo plazo, tendiendo a actuar de manera reactiva en lugar de proactiva. Según el informe, todas las empresas deben atender las preocupaciones a corto plazo para garantizar la viabilidad, pero serán aquellas que puedan mantener el rumbo y centrarse en inversiones estratégicas a largo plazo las que sienten realmente una base sólida para el éxito una vez que la crisis termine.
- Las transacciones M&A llevarán más tiempo y serán menos predecibles. En 2008, la falta de crédito disponible, la caída de los mercados bursátiles y la crisis financiera mundial socavaron la capacidad de las empresas para realizar adquisiciones, lo que puso fin al crecimiento que había vivido este mercado durante los cinco años previos.
No obstante, el informe advierte que la situación actual marca otros factores de complejidad a la hora de cerrar acuerdos M&A. “Los negociadores trabajan desde casa, las reuniones presenciales se reducen o anulan por completo, y los tomadores de decisiones han de relacionarse en foros virtuales”, aseguran. Además, a esto se suma el hecho de que la financiación de la deuda es más difícil de asegurar y los inevitables retrasos en la aprobación regulatoria necesaria, con gobiernos y reguladores centrados en hacer frente al impacto de COVID- 19 como prioridad.
Ante esto, el informe recomienda recurrir a las tecnologías existentes, reuniones por videoconferencia, análisis virtual de datos, etc. para facilitar el proceso de Due Diligence. Además, durante el periodo en que se mantenga la crisis sanitaria pueden surgir nuevas implicaciones que afecten a las operaciones M&A por lo que desde Willis Towers Watson recomiendan a los interesados mostrar una mayor agilidad y creatividad si quieren aprovechar las oportunidades.
Por último se apunta que los planes de implementación y objetivos de sinergia han de ser revisados. “Los acuerdos cerrados durante la crisis COVID-19 exigen una reevaluación de los planes de sinergias de las compañías implicadas en la operación que, además, habrá de hacerse a la luz de las condiciones actuales del mercado y, especialmente de cara a la compañía de mayor tamaño”, asegura el informe.
Por ello, será necesario hacer un análisis exhaustivo de los riesgos reputacionales que puede llevar la reestructuración de la fuerza laboral en un momento en el que parte del mercado (empleados, consumidores, analistas…) puede entender el movimiento como oportunista, y surgir acusaciones de “aprovecharse” de la debilidad creada por la crisis sanitaria global.
“Es el momento de mirar más allá de los eventos a corto plazo y considerar el valor a largo plazo de las empresas. Buscar ese valor, realizar el correcto proceso de reevaluación de riesgos y aprovechar oportunidades selectivas son factores clave. Pero también lo es tomarse el tiempo necesario para revisar las sinergias entre las dos compañías implicadas en el proceso M&A. Si se controlan estos aspectos, los compradores pueden encontrar oportunidades genuinas de negociación en la actual situación”, asegura Langerak.