Según el reciente informe The Asset Owner 100 elaborado por Thinking Ahead Institute, los 100 mayores propietarios de activos del mundo son ahora responsables de 25,7 billones de dólares. El análisis, en su quinta edición anual, revela que los activos totales de las mayores organizaciones crecieron un 9% a finales de 2021, frente al 16% en que lo hicieron el año anterior.
Los fondos de pensiones siguen siendo el principal grupo de propietarios de activos en el estudio global, controlando el 56% de los activos totales, aunque esta cifra ha descendido desde el 58% de 2021. Por el contrario, los fondos soberanos han visto cómo su cuota se situaba en el 37%, frente al 35% del año anterior.
El Fondo de Pensiones del Gobierno de Japón sigue siendo el mayor propietario de activos del mundo (1,7 billones de dólares), seguido de los dos mayores fondos soberanos: Norges Bank Investment Management (1,4 billones de USD) y China Investment Corporation (1,2 billones de USD).
Según el ranking del Thinking Ahead Institute, los 20 mayores propietarios de activos son responsables de 14,1 billones de dólares, más de la mitad (55%) de lo acumulado por los 100 mayores propietarios de activos. Este nivel de concentración ha persistido desde la creación de la clasificación, aunque algunos propietarios de activos se han movido dentro de esta en las diferentes ediciones.
Para Oriol Ramírez-Monsonis, director en el área de inversiones de WTW España,«estos grandes propietarios de activos controlan el capital más influyente del mundo y tienen una gran responsabilidad y una influencia creciente en relación con sus beneficiarios y con un grupo cada vez más amplio de partes interesadas. La investigación pone de relieve que muchos de estos propietarios de activos actúan como propietarios universales (titulares de carteras a largo plazo y con vocación de liderazgo que están expuestas a todo el mercado y la economía) y tienen una posición importante para contribuir al cambio sistémico en el mundo real apoyando un futuro alineado con los acuerdos de París, coherente con las emisiones netas cero para 2050».