Lombard Odier y WWF publican una guía de filantropía para personas y fundaciones privadas que deseen contribuir en la lucha contra el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad. Se trata de la Guía del Donante Medioambiental, un documento que pretende ser “un recurso útil para cualquier donante que desee proteger el medio ambiente y ayudar a combatir el cambio climático”, según afirman desde la entidades.
Escrito y publicado en asociación con WWF, la guía tiene como objetivo aumentar la concienciación, así como facilitar el compromiso y la financiación en este campo. Proporciona información y análisis para comprender mejor el alcance de la naturaleza y la dimensión de la emergencia climática e identificar diferentes tipos de soluciones. Aprovechando las experiencias combinadas del Grupo Lombard Odier y WWF, se esbozan proyectos concretos, resultados previstos y oportunidades para los donantes de preservar los océanos, los bosques y los hábitats de agua dulce en todo el mundo. En la guía también se destacan casos de estudio en el ámbito de las inversiones de impacto.
“Un millón de especies están en peligro de extinción y la forma en que actualmente producimos y consumimos está causando daños irreparables a la biodiversidad, la tierra, los bosques, los océanos y los sistemas fluviales. La ciencia es clara: la pérdida de la naturaleza junto con el cambio climático es una emergencia mundial que pone en peligro nuestra prosperidad económica, nuestro bienestar, nuestro desarrollo y nuestra propia supervivencia”, advierte Marco Lambertini, director general de WWF Internacional.
En 2017, tan sólo el 3% de los 410.000 millones de dólares donados por los estadounidenses a la beneficencia se destinaron a causas relacionadas con el medio ambiente, según los datos de NP. No obstante, la cifra ascendió un 7,2% con respecto al año anterior. En Europa, un estudio del Centro de Fundaciones Europeas que examina 87 de las mayores fundaciones europeas encontró que éstas dieron un total de 583 millones de euros en subvenciones relacionadas con el medio ambiente en 2016, menos del 1% de los 60.000 millones de euros que se estima que dichas fundaciones europeas concedieron ese año (EFC).
“A pesar de que la concienciación es mayor que nunca y de que los filántropos de todo el mundo están comprometidos, es necesario un progreso más rápido, junto con la financiación correspondiente, para reequilibrar nuestra relación con la naturaleza. La filantropía puede ayudar hoy y más que nunca en la financiación de acciones que apunten a las causas fundamentales de la pérdida de la naturaleza y el cambio climático y movilicen a los responsables de la toma de decisiones para impulsar el tan necesario cambio sistémico hacia un futuro sostenible para la gente y el planeta”, añade Lambertini.
“La Guía del Donante Medioambiental demuestra con claridad cómo todas las donaciones son importantes para responder a la crisis climática y ambiental actual”, afirman desde la firma. Por ejemplo, unos 35.000 dólares pueden poner en marcha el desarrollo de una industria pesquera local sostenible en el Mediterráneo, mientras que para preparar a un país en desarrollo para el cambio climático se requiere una financiación de cientos de millones o incluso miles de millones de dólares.
“Se estima que los fondos necesarios para proteger nuestro clima y detener la pérdida de la biodiversidad son enormes. Si bien la mayoría de los fondos provendrán de los gobiernos, existen enormes oportunidades para que los donantes filantrópicos también marquen la diferencia”, añade Patrick Odier, socio gestor senior del Grupo Lombard Odier y presidente de la Fundación Lombard Odier. “La filantropía tiene un valor poco común. Es el catalizador que puede provocar un cambio significativo en nuestra cultura. Puede financiar y apoyar visiones, sin importar en qué etapa, ya sea la semilla de una buena idea o una iniciativa totalmente desarrollada. A este respecto, el sector financiero también está asumiendo el reto, con iniciativas financieras innovadoras y sostenibles”, subraya Odier.
Además de las donaciones, la Guía del Donante muestra algunas de las novedades en materia de financiación como, por ejemplo, el Blue Bond de The Nature Conservancy, un instrumento diseñado para recaudar fondos para refinanciar la deuda de los países en desarrollo con la condición de que utilicen el dinero recibido para proteger o preservar sus entornos naturales.
“Tales instrumentos de financiación son valiosos porque movilizan un capital que permite a los países abordar los factores estructurales subyacentes que a menudo atraen menos la atención de los filántropos”, advierte Maximilian Martin, director global de Filantropía del Grupo Lombard Odier. “Los objetivos con un impacto de gran alcance, como la protección de entornos marinos prístinos, el fuerte capital natural y la biodiversidad de los bosques antiguos, o la vida silvestre africana, se consiguen mejor con un conjunto de instrumentos de financiación, que van desde las subvenciones hasta las inversiones de impacto”.
La Guía del Donante Medioambiental ha sido editada por el Grupo Lombard Odier y está disponible en inglés. Puede ser descargada gratuitamente de las páginas web del Grupo Lombard Odier y WWF.