Con una mezcla de sencillez y aplomo, Lizeth Espíritu, vicepresidenta de Distribución Internacional de Credicorp Capital Asset Management, es un nuevo rostro para los inversores del Cono Sur, donde llega a instalar la especialización de su marca en activos latinoamericanos y, concretamente, cinco fondos internacionales domiciliados en Luxemburgo.
“Me incorporé al área del asset management en 2021; Venía del área de mercados de capitales y renta fija y también venía de terminar una maestría en la Universidad de Duke Fuqua y tenía el objetivo de cambiar el área en la que trabajaba, donde ya me sentía especialista y, realmente, quería tener otros retos dentro de Credicorp Capital para involucrarme en el área de crecimiento internacional”, explica Espíritu.
Efectivamente, uno de los objetivos estratégicos de Credicorp Capital es desarrollar los mercados internacionales, fuera de la región andina donde tiene amplia experiencia y cuota de mercado.
“Junto con mis jefes, la primera tarea fue ordenar todos los esfuerzos que habíamos desplegado anteriormente en el lado internacional y pensar hacia dónde queríamos ir. Hicimos análisis de inteligencia de mercado para entender hacia dónde iban los flujos de capitales y en base a eso, armar una estrategia. En 2022 nos concentramos en armar un plan”, añade la financista.
Un crecimiento millonario para los mercados de US offshore y Latinoamérica
“Hay una proyección de crecimiento de activos de administración llegando a más de 300.000 millones de dólares para el mercado de US offshore y Latinoamérica en los próximos años, esto principalmente en flujos retail”, dice la responsable de Credicorp.
Y el compromiso de la empresa de matriz peruana es firme: “Cuando Credicorp sitúa un objetivo como “estratégico”, el grado de convicción es mucho más potente y viene acompañado de medios y de herramientas”, añade Espíritu.
Actualmente hay dos personas dedicadas al tema tiempo completo en Perú, junto con Cesar del Castillo como Head de Distribución Internacionalnuevos partners para Cono Sur y US offshore – como Tigris – presencia en México y en España e Italia con Selinca.
Con la inmensa mayoría de las gestoras internacionales instaladas en el hemisferio norte (Europa y Estados Unidos, principalmente), los asset managers latinoamericanos tienen un trabajo difícil por delante para ganarse la confianza de los inversores.
Credicorp Capital quiere instalarse como una referencia en inversión latinoamericana y Lizeth Espíritu recita las fortalezas de su empresa: muchos años de experiencia como banco de inversión en la región (trayectoria), presencia local en varios países donde se manejan en varios segmentos del mercado (“estamos y conocemos”) y un proceso de inversión basado en el contacto con los agentes y la convicción.
Una narrativa y conocer los mercados
Sin duda, en esta etapa, para Lizeth Espiritu resulta esencial conocer los mercados y adaptar la narrativa de Credicorp en cada mercado. Como se vio perfectamente en un encuentro con inversores de Uruguay y Argentina, los financial advisors conocen el mercado, los países y las empresas, y son capaces de triturar a preguntas a cualquier fund manager, que tiene que mostrar una gran solvencia. El desafío es sacar a los asesores de “picking bond” y convencerlos de que la inversión en Latinoamérica, y especialmente en renta fija, debe de ser estructural.
“En Europa y Asia es otra historia”, explica Espíritu, “llegamos con una presentación que habla de cosas como la población de Latinoamérica o su riqueza en recursos naturales. Tenemos que responder a las preguntas por qué Latam y qué es Latam.
Otro punto fundamental, añade la responsable, es “entender con qué están comparando a Credicorp desde cada región para saber cuál es nuestro lugar en las carteras y ofrecer las mejores soluciones”.
Pensar a 5, 10 años… dejar huella
Cuando uno habla con Lizeth Espíritu se la imagina en lo más alto en menos de diez años. En lo concreto, Credicorp espera que sus esfuerzos en la distribución internacional generen, más de 500 millones de dólares de activos bajo administración en los próximos cinco años.
En lo personal, en el futuro, Espíritu se ve planteándose nuevos “hitos y retos personales en el mundo de la distribución de fondos, en un proceso de crecimiento. Mi mejor satisfacción es dejar todo en la cancha, saber que fuiste disciplinada y que cumpliste el plan, eso es algo que me produce emoción y validación. Soy apasionada y me importa transcender, ser parte o el actor principal de algo, me importa dejar una huella”, dice.
Una ambición inteligente, bien plantada, que incluye hablar con naturalidad y sin tensiones de sus jefes, mayoritariamente hombres, y de la sacro santa “interna” de cualquier empresa importante: “Lo más difícil es liderar hacia arriba, es decir, conocer y entender bien a los jefes y prepararse en consecuencia para saber cómo presentar las cosas”, afirma.
Cuando le preguntas cuáles son sus referentes mujeres en la industria Lizeht tiene los mismos problemas que la mayoría de las mujeres del sector: hay pocas abuelas, bisabuelas, Warren Buffetts o personalidades femeninas de generaciones pasadas que hayan marcado la crónica oficial. Así que pensamos en Shakira, pero al final la financista se decide por Michelle Obama.
En su camino, Lizeth Espíritu cuenta con fortalezas por haberse unido a grupos de mentoring mujeres en Perú como MBA WOMEN PERU. Y tiene mentoras (hadas madrinas), entre ellas una experimentada financista peruana que vive en Nueva York y que ha pasado tiempo hablando con ella y ha sido clave a la hora de tomar decisiones de carrera.
Así que la mentoría funciona: busquen mentoras, sean mentoras.