La gestora global Legg Mason ha registrado un nuevo fondo de renta variable estadounidense en España, Legg Mason BrandyWine Global Dynamic US Equity Fund. Su estrategia se centra en eliminar los sesgos conductuales de los inversores mediante un proceso cuantitativo con un marcado enfoque value. La filial de Legg Mason ya aplica esta estrategia de manera satisfactoria a otros fondos como el Legg Mason Brandywine Dynamic Large Cap Value Fund.
Legg Mason BrandyWine Global Dynamic US Equity Fund, gestionado por Michael Fishier, Henry Otto y Steven Tonkovich, invierte al menos el 80% de sus activos en acciones de empresas estadounidenses de gran capitalización y trata de centrarse en aquellas compañías con potencial de crecimiento, al tiempo que mantiene un perfil de riesgo relativamente bajo.
Javier Mallo, responsable de ventas de Legg Mason para España y Portugal, comentó: “Estamos encantados de poder ampliar nuestra gama de productos para los inversores españoles a través de esta estrategia que cuenta con una trayectoria exitosa gracias a la experiencia y el saber hacer de BrandyWine. El fondo complementa a la perfección la gama existente de productos de renta variable estadounidense de Legg Mason y ofrece un enfoque innovador que asegura el valor a largo plazo”.
Un fondo con un doble enfoque de inversión
El fondo destaca por su doble enfoque de inversión: por un lado, un universo formado por las mil empresas estadounidenses de mayor envergadura, que se analizan con un enfoque clásico centrado en el valor, y, por el otro, aplica un modelo cuantitativo que evalúa varios factores de acuerdo con los principios de inversión de Brandywine Global. Para las valoraciones, se utilizan indicadores tradicionales como el PER y la ratio precio/valor contable.
La volatilidad de los factores relacionados con el valor y la confianza se reduce incorporando factores de calidad, como la rentabilidad sobre los fondos propios, los cambios en el capital social y la variación de la cotización, que validan el estado financiero general. La confianza también es un factor enmarcado en el modelo cuantitativo. Dentro de esta dimensión, se utilizan indicios clave, como el dinamismo de los precios, su tendencia y su volatilidad. Con el fin de adaptarla a un entorno de mercado cambiante, la cartera incorpora una herramienta denominada Dynamic Shifting Tool, que identifica tendencias generales a largo plazo con el fin de optimizar las exposiciones a los factores de la cartera según el ciclo de valor del mercado.
El fondo emplea uno de los dos siguientes modelos, dependiendo del contexto de mercado: el Deep Value Model, que se traduce en una cartera con más énfasis en las valoraciones bajas y la volatilidad y menos en el dinamismo de los precios, y con una menor calidad (aunque ésta sigue siendo mayor que la del índice de referencia), y que generalmente coincide con las primeras fases de un ciclo de mercado; o el Broad Value Model, que incide más en el dinamismo positivo de los precios, en una mayor calidad y una menor volatilidad. Aunque se presta menos atención a las valoraciones bajas con este modelo que con el modelo Deep Value, la cartera resultante sigue siendo considerablemente más barata que el índice de referencia por PER.
Por ejemplo, el modelo se cambió a Broad Value en agosto de 2015, cuando se dio menos peso a la ratio precio/valor contable y más a la rentabilidad sobre los fondos propios. Después del cambio, se redujeron las inversiones en los sectores de consumo básico y energía, mientras que se reforzaron las posiciones en los de industria, tecnología y atención sanitaria. El modelo está basado en factores como el valor, la calidad y la confianza, que históricamente han generado rentabilidades superiores. Los valores que están infravalorados atendiendo a sus beneficios o activos se han comportado sistemáticamente mejor que los valores con valoraciones más elevadas.