Las principales monedas latinoamericanas se recuperarán frente al dólar a lo largo de este año y el que viene, atendiendo a los principales indicadores de sus economías y siempre que sean capaces de controlar la pandemia, considera Ebury, institución financiera especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas.
Esta previsión es extensible incluso a aquellas divisas que han tenido un peor comportamiento desde la aparición del COVID-19, como el real brasileño o el peso mexicano, señala Ebury en su informe de previsión de monedas latinoamericanas correspondiente a julio de 2020.
Respecto del real brasileño, Ebury prevé que continuará recuperándose frente al dólar hasta finales de 2021 y que los fundamentos de su economía deberían permitir que la moneda se remonte con éxito una vez que haya pasado lo peor de la crisis. En esta misma línea se pronuncia respecto del peso mexicano: “creemos que hay suficientes factores para garantizar que el peso pueda registrar fuertes subidas este año frente a un dólar mucho más débil”.
Según Ebury, ha sido preocupante para los inversores “la posición que el presidente ha adoptado para hacer frente al COVID-19. Bolsonaro ha animado activamente a los ciudadanos a desafiar el distanciamiento. La moneda ha perdido alrededor de una quinta parte de su valor frente al dólar americano desde principios de marzo”.
Sin embargo, los analistas de la financiera piensan que Brasil también tiene sólidos fundamentos para resistir como “grandes reservas de divisas que equivalen a casi 30 meses de importaciones. Este es un importante arsenal para que el Banco Central de Brasil intervenga con éxito en el mercado para revertir la caída de la moneda. Su presidente, Roberto Campos Neto, declaró en mayo que el banco tenía mucho margen para intervenir y que podría intensificar sus esfuerzos para apoyar la moneda si lo consideraba”, además de un déficit de cuenta corriente bajo control y una inflación que parece seguir la misma senda.
Sobre México, los expertos piensan que un motivo de preocupación de los traders de divisas ha sido “la falta de voluntad del gobierno mexicano de invertir dinero para proteger la economía. A diferencia de la mayoría de países, el presidente de México, López Obrador, se ha resistido a relajar la una deuda adicional, a pesar de los niveles relativamente bajos de deuda pública del país en relación con el PIB. Tal y como están las cosas, México se dispone a aumentar su gasto en menos del 1% del PIB este año, un porcentaje escaso en comparación con la mayoría de sus pares”.
En este contexto, Ebury teme una recesión de México y una bajada de la calificación crediticia.
Entre las monedas que mejor han resistido en Latinoamérica desde el inicio de la pandemia, destacan el peso chileno, que, según Ebury, seguirá acumulando ciertas ganancias frente al dólar este año. A su favor juega su economía, que seguirá superando a muchos de sus pares.
“Al igual que su vecino Perú, el gobierno chileno ha tenido mucho margen fiscal para proporcionar apoyo financiero a la economía nacional. El gobierno lanzó más de 30.000 millones de dólares en medidas de estímulo (más del 12% del PIB), destinados principalmente para dar sustento a los ingresos y a los subsidios de los trabajadores. Esta importante respuesta parece haber calmado, en cierto modo, la inquietud política que se desencadenó tras el aumento de las tarifas del metro en octubre del año pasado en torno al aumento del coste de la vida y las desigualdades”, señala el informe de Ebury.
Otra de las monedas con mejor desempeño ha sido el peso colombiano, cuya cotización, según la entidad financiera, también seguirá creciendo frente al dólar este año y el próximo. En este grupo de divisas con mejores perspectivas, Ebury coloca también al nuevo sol peruano, que “estaría en condiciones de mejorar posiciones frente al dólar americano. El banco central no debería tener problemas para mantener la estabilidad del tipo de cambio en torno al 3,30 en el USD/PEN a largo plazo”.