En 2019, los activos invertidos en productos de impacto social y medioambiental positivo en España alcanzó los 229 millones de euros, según los datos del último estudio anual de SpainNAB, el Consejo Asesor Nacional para la Inversión de Impacto.
“Esta cifra pone de manifiesto el éxito de esta corriente financiera, cuyos activos han crecido exponencialmente en el último año”, aseguran desde SpainNAB. En un año, el volumen de activos en este sector pasó de los 90 millones de euros a finales de 2018 a los 229 millones a cierre del año pasado.
Además, este aumento ha tenido lugar dentro del primer aniversario de la adhesión de España al Global Steering Group for Impact Investment (GSG), una plataforma internacional nacida del G8 para impulsar la inversión de impacto a nivel internacional. Actualmente, están representados 32 países y la UE, a través de unos consejos asesores nacionales denominados NAB (National Advisory Board). SpainNAB es el representante de España en esta plataforma.
El plan de impacto
El objetivo de la comunidad de impacto en España, reunida estos días en las Jornadas Camino al Impacto, reinventar el capitalismo, es multiplicar por 4 el volumen de la inversión de impacto para 2021 hasta un total de 360 millones. Para ello, la entidad cuenta con un plan de acción compuesto por varias recomendaciones, como, por ejemplo, estimular la demanda de capital de impacto a través de la gran empresa, las pymes y las alianzas de incubadoras y aceleradoras de emprendedores; la movilización de fondos públicos y filantrópicos que atraigan y catalicen inversión privada; la promoción de los Contratos de Impacto Social (CIS) para impulsar la innovación social; y la generación de conocimiento académico sobre esta corriente financiera.
“La inversión de impacto social y medioambiental positivo tendrá un papel primordial conformando la llamada Economía de Impacto, que persigue un cambio sistémico en nuestro modelo económico al incorporar el impacto como una nueva variable al binomio de riesgo y rentabilidad”, explican desde SpainNAB. Así, el trinomio rentabilidad-riesgo-impacto sitúa en el centro de las decisiones financieras y empresariales a las personas y al planeta, y el impacto se convierte en la palanca de innovación y transformación que conduce a un mayor éxito empresarial.
Asimismo, estas inversiones permiten movilizar el capital privado necesario para dar respuesta a los desafíos marcados por la Agenda 2030. A nivel global, su tamaño alcanza ya los 715.000 millones de dólares, según datos de la entidad.
“Nuestro objetivo es impulsar un cambio histórico de las economías incorporando el impacto en la toma de decisiones económicas y de inversión, en beneficio de las personas y el planeta”, asegura Juan Bernal, presidente de SpainNAB.
España se unió al GSG en junio 2019. El proceso movilizó a más de 70 entidades del ecosistema de la inversión de impacto en nuestro país mediante la creación un espacio de diálogo para trabajar sobre las principales barreras existentes y posibles soluciones para impulsar esta corriente financiera. Para representar a España ante el GSG, Foro Impacto lideró la constitución de SpainNAB, cuya secretaría técnica ostenta Foro Impacto en la actualidad.