Los cambios normativos en materia de sostenibilidad tienen una clara consecuencia en las decisiones que toman las gestoras sobre los nuevos fondos que lanzan, pero también en cómo están adaptando sus actuales gamas a estos requerimientos. Durante estos dos últimos años, hemos visto que las gestoras han sido proactivas en hacer cambios, pero también se muestran prudentes, lo que ha generado un goteo de gestoras que han decidido rebajar o revisar su nivel de sostenibilidad.
Uno de los últimos casos ha sido el de Amundi. Según recogía Bloomberg hace unos días, la gestora retirará la etiqueta de Artículo 9 a gran parte de los fondos catalogados bajo este epígrafe del SFDR y los “etiquetará” como Artículo 8. La gestora ha explicado que este cambio se debe a que prefieren tomar un “enfoque conservador” de cara a irse adaptando a la regulación europea, que todavía está evolucionando y buscando proteger a los inversores y distribuidores. Esta decisión no cuestiona su nivel actual de exigencias en cuanto a la integración de criterios ESG efectivos y a las características de sostenibilidad de estos fondos.
Tal y como ha explicado Hortense Bioy, directora de investigación de Sostenibilidad de Morningstar, a Bloomberg, es previsible que “muchos, si no todos, los fondos que denominamos concienciados con el cambio climático y bajos en carbono pasen de Artículo 9 al Artículo 8”. Según estiman desde Morningstar, en las próximas semanas y meses, la industria en general reclasificará productos Artículo 9 por, al menos, 87.300 millones de euros, el 82% en estrategias pasivas.
En línea con la previsión que han hecho desde Morningstar, hay que mencionar que el caso de Amundi no ha sido el único, DWS también está rebajando parte de sus fondos ESG. En este caso, Bloomberg apunta que el cambio afectaría a 2.000 millones de euros que están fondos catalogados como Artículo 9 y orientados a los ODS. Y como ellos, Morgan Stanley IM se ha sumado a esta decisión y ha rebajado la calificación de cuatro fondos bajo Artículo 9, afectando especialmente a sus estrategias de renta fija y activos mixtos. «Morgan Stanley Investment Management ha reclasificado un pequeño número de fondos a raíz de las recientes aclaraciones de las directrices del SFDR, según las cuales, en virtud del artículo 9, los fondos deben comprender un 100% de inversiones sostenibles», indican desde la gestora.
Adaptarse a la normativa
Según los expertos, este cambio en la calificación de los fondos llega tras haber entrado en vigor el Reglamento Europeo de Divulgación (Sustainable Finance Disclosure Regulation, o SFDR, en inglés) hace apenas un mes. “Estos cambios por parte de las gestoras tienen que ver con cómo está establecido en Artículo 9, que identifica a fondos que solo son sostenibles y que tienen que especificar el porcentaje de sostenibilidad”, explica Úrsula García Giménez, socia de finReg360.
Según esta experta, la exigencia que supone el imperativo de tener que especificar un tanto por ciento se suma a la posición que está tomando el regulador. “La ESMA está mostrando como criterio que los fondos bajo el Artículo 9 solo pueden estar invertidos en temas sostenibles, pudiendo haber un poco de cash o de derivados. Pero la clave es la de siempre, la interpretación, definición y taxonomía que concreta qué es y qué no es sostenible”, añade .
Hasta el momento, las gestoras se habían centrado en adaptar sus gamas de fondos y de lanzar nuevos fondos, pero, según explica, el hecho de que ya existan los modelos de informes sobre los fondos, “obliga a las gestoras a retratarse” y capacidad al regulador para actuar en consecuencia. Para García, la combinación de estos elementos podría estar detrás del enfoque cauto que han tomado algunas firmas al reclasificar sus fondos.
De hecho, no descarta que más gestoras realicen este tipo de ajustes en la clasificación de sus fondos. Una tendencia que, según reconoce, es más complicada -aunque no descartable- que veamos en el universo de los ETFs. “En su caso, la clave está en qué índice sostenible siguen estos vehículos de inversión indexados. Habrá índices que estén totalmente alineados con el Acuerdo de París u otras referencias, que hará más sencillo identificar si son totalmente sostenibles, y otros índices menos claros”, añade.
El fuerte desarrollo normativo de la inversión sostenible y, sobre todo, de todo aquello que tiene que ver con la sostenibilidad en los fondos no es algo solo propio de Europa. Es cierto que la Unión Europea va por delante del resto de las regiones, pero en otras jurisdicciones también se están mostrando muy firmes, movidas por evitar el greenwashing. En este sentido el último ejemplo ha estado protagonizado por la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), quien ha acusado a Goldman Sachs Asset Management de no seguir sus políticas y procedimientos en materia de inversiones ESG.
En concreto, la SEC ha presentado hoy cargos contra Goldman Sachs A (GSAM) por el incumplimiento de sus políticas y procedimientos en relación con dos fondos de inversión y una estrategia de cuenta gestionada por separado comercializados como inversiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Para resolver los cargos, GSAM acordó pagar una multa de 4 millones de dólares.