La industria de la inversión colectiva sigue creciendo en España a pesar de los obstáculos. Ahora, en un entorno marcado por la existencia de tipos de interés más altos durante más tiempo -que dotan de atractivo a competidores como depósitos o instrumentos de deuda pero también ofrecen oportunidades clave de rentabilidad para las carteras de los fondos-, y por las tensiones geopolíticas -que provocan incertidumbre en los mercados-, las gestoras nacionales afinan su estrategia de cara al año próximo. Entre las claves: la oferta de producto de renta fija con rentabilidades más potentes y la transición ordenada hacia los mercados de renta variable, sin olvidar las oportunidades en activos privados y con la gestión discrecional y el asesoramiento como servicios al alza, según explicaron en el XIII Encuentro Nacional de la Inversión Colectiva, organizado por Deloitte, Inverco y la APD.
“Si nos dicen en diciembre de 2019 que íbamos a tener COVID, petróleo al alza, inflación y que el sector seguiría creciendo, no lo creería. La industria ha demostrado capacidad de adaptación a las necesidades de los clientes y eso es algo positivo. Se han producido cambios estructurales a los que se ha adaptado, como los tipos más altos en 15 años -y eso es una oportunidad para el inversor que busca un fondo de rentabilidad objetivo a corto plazo pero también para promover el ahorro a largo plazo-. Los datos muestran que las carteras tienen un 16% en renta variable, lo que muestra que hay mucho margen de mejora y la situación de tipos es una oportunidad para invertir a medio plazo, y también aprovechar el colchón de la renta fija para hacer inversiones en variable. El reto es migrar a los clientes que entran en fondos conservadores para que, progresivamente, pasen de ahorradores a inversores”, señalaba Nicolás Barquero, CEO de Santander AM. Como dato esperanzador, el 50% de los inversores en sus fondos con objetivo de rentabilidad (gama lanzada recientemente) invierten por primera vez en fondos.
“A corto plazo la situación macro y las tensiones geopolíticas traen al mercado volatilidad e incertidumbre pero es parte inherente de la gestión de activos”, destacaba Belén Blanco, responsable BBVA AM Europa. Blanco defendió que el camino para la gestión de activos es crecer por la vía del asesoramiento y la «personalización escalable».
“Hay una gran oportunidad de crecimiento para el sector en un entorno también con retos, en el que hemos sido capaces de aprender y dar soluciones. El contexto nos recuerda que los ciclos vuelven, y ahora estamos en una nueva etapa del ciclo mucho más rápida en la que la capacidad de adaptación es clave: afrontamos retos relacionados con la desglobalización, la cuarta revolución industrial y la finalización de una etapa de desinflación, y ello no tiene por qué ser negativo”, comentaba Ana Martín de Santa Olalla, directora del área comercial y negocio de CaixaBank AM. La estrategia de la entidad se basa en varios pilares: oportunidad de producto (ahora centrada en fondos de renta fija en sus diferentes modalidades, evolucionando según permita el ciclo hacia posiciones en crédito y renta variable); ver qué saben hacer de forma eficiente y lo que no sepan, cubrirlo con modelos de partnership y usar la tecnología para ganar eficiencia.
“La subida tipos ha supuesto un cambio de estrategia en los mercados y ha traído oportunidades de inversión para clientes y gestores. Los bancos centrales ya no inyectan de forma masiva ni mantienen los tipos cero, dando estabilidad: ahora vuelven a su rol tradicional de control de la inflación y habrá que gestionar las volatilidades. Pero también este entorno ofrece una variedad de activos más amplia para invertir y permite ofrecer al cliente lo que puede necesitar (si antes con tipos cero se les llevaba a productos con más volatilidad de lo que querían, ahora pueden volver a productos de renta fija con rentabilidad garantizada u objetivo, y más allá, buscar oportunidades en renta variable (una inversión con déficit que hay que corregir a base de educación financiera)”, comentaba Miguel Artola, director general de Bankinter. Otra apuesta son los activos privados, un tema clave que crece y ahora ofrece más oportunidades con la nueva normativa.
“El cliente necesita ahorro y a largo plazo. Venimos de una crisis monetaria larguísima que ha desestabilizado los mercados y cuando parecía que todo volvía a su cauce llegaron factores externos, inflación y conflictos bélicos, impidiendo normalizar la situación y una curva de tipos que ha descolocado todo. En este contexto desordenado, tenemos que ver qué podemos hacer para ayudar al cliente a ahorrar a largo plazo, diversificando en instrumento y en riesgo para lograr una buena retribución: no podemos desaprovechar la oportunidad a corto plazo de la renta fija pero hemos de llevar al cliente poco a poco a través de los mercados para que ahorre”, aseguraba Luis Miguel Carrasco, director general adjunto de Ibercaja. “¿Cómo vamos a no trabajar con esta ventana de oportunidad y ofrecerle depósitos extratipados?”, se preguntaba. Y como prueba, un dato: más de la mitad del ahorro de los clientes de Ibercaja están fuera de balance, en fondos de inversión, pensiones y seguros de ahorro.
Más crítico se mostró Antonio Muñoz, director general de Trea AM: “Como proveedor de servicios, montar fondos garantizados, bu&hold, con rentabilidad objetivo… eso no es asset management, es casi un híbrido entre banco y servicios. Teniendo los tipos donde están, el crédito líquido donde estaba hace dos años el crédito privado, hay oportunidades de inversión brutales que no se están aprovechando en España. Se habla de productos alternativos, pero no estoy viendo crecimiento en España”, indicó.
Alternativos e inversión libre
En este entorno, otra oportunidad está en los alternativos, si bien ahora su atractivo podría mermar con el alza de tipos. “Antes era una cuestión coyuntural, con los tipos a cero que fomentaban la búsqueda de alternativas, pero ahora también: cuantos más activos y diversificación, más rentabilidad potencial desde punto de vista teórico”, defendió Artola. “Es cierto que los activos privados tienen ventajas e inconvenientes con respecto a los líquidos y hay que saber venderlos e informar bien, sobre todo cuando vayamos al minorista. Los activos privados ofrecen oportunidades que no están en mercados abiertos y el retail podrá ahora acceder”.
Para Santander AM, suponen una forma de invertir en temas no accesibles a través de los mercados tradicionales, como la transición energética o la inteligencia artificial, donde muchas firmas no cotizan en los mercados. “Hay grandes oportunidades fuera de los mercados públicos y si quieres participar tienes que tener esa posibilidad. Los tipos afectan a la oportunidad, claramente, pero hay estrategias como el crédito privado que también se benefician de esos tipos más altos mientras los temas inmobiliarios quedan más penalizados. Tiene sentido invertir en mercados privados como diversificadores y por la prima de iliquidez y es positivo que se abra la posibilidad a mucha gente no profesional pero con esa inquietud y capacidad de asumir la iliquidez”, decía Barquero. Pero también es un reto porque, además de identificar bien a esos clientes, operativamente las inversiones son más complejas y suponen un reto como entidad porque a veces requieren de un socio para materializar esas oportunidades.
Buena salud para el sector
Más allá de las oportunidades, los expertos confían en la buena salud de la industria de la inversión colectiva. “En un entorno de tipos positivos, hay oportunidad: volvemos a gestionar renta fija, para combinar con renta variable, y empaquetar en un producto que diversifica”, añadía Joseba Orueta, consejero delegado Kutxabank Gestión. “La industria va a crecer, aprovechando la digitalización, la sostenibilidad, o la gestión delegada”.
“El sector ha crecido un 23%, frente al 6% de los depósitos en un año, demostrando que puede adaptarse a la situación de mercado, y proponer soluciones en el ámbito del ahorro y la inversión y eso se debe al esfuerzo que hacemos las entidades en educación financiera, que es como lluvia fina: no mueve a corto plazo, pero impulsa la cultura del ahorro. No hay una competencia brutal por parte de los depósitos, pues hoy las entidades financieras tienen balances más saneados y no necesitan pasivo minorista, de forma que, si se generaliza la retribución de los depósitos más allá de casos puntuales será por criterios de cuota de mercado más que de pura necesidad, por lo que no creo que veamos depósitos extratipados. Son buenas noticias para la inversión colectiva”, decía Juan Aznar, presidente ejecutivo de Mutuactivos.
Para José Luis Jiménez, CIO de Mapfre, conviene distinguir entre tendencias de corto y lo que afecta más a largo plazo. “Más allá de la geopolítica, la economía es pujante, pero cuenta con déficits y deuda pública elevados, de forma que tendremos algún susto en algún momento. Vivimos con fatiga regulatoria crónica. Y es clave el tema de la longevidad: hoy un niño que nace en un país desarrollado tiene una probabilidad del 50% de llegar a los 105 años de vida, frente a un 1% hace 100 años. Tenemos un papel que jugar porque si esa persona vive tanto, ahorra un 10% de sus ingresos y se quiere retirar con un 50% de los mismos, debería retirarse a los 80 años y eso es un reto para el sector. En la medida en que podamos contribuir al bienestar, el sector de la inversión colectiva goza de salud”, aseguraba.
“Somos pesimistas con respecto a lo que puede venir en términos geopolíticos y económicos de cara a los próximos dos-tres años, pero estamos contentos con los tipos actuales. Hace años no era fácil explicar algunas clases de activos y ahora todo se ha simplificado mucho: la asignación de activos cambia hacia algo más simple y con objetivos rentabilidad similares o mejores. Al sector le puede ir bien porque el cliente español es conservador y hay buenos gestores de renta fija en la industria española”, añadía Luciano Díez-Carnedo, presidente de Singular AM.
Más cauto se mostró Santiago Satrústegui, presidente y consejero delegado de Abante Asesores: “La cifra de fondos no nos tiene que engañar: había un déficit que poco a poco se va corrigiendo pero los fondos comparten un ecosistema más amplio, la inversión colectiva, que está sufriendo con los cambios en las condiciones fiscales y los límites impuestos al tercer pilar de las pensiones y hasta que no salgamos de ahí el ahorro en España va a tener problemas porque podría ocurrir algo parecido con los fondos. Si ampliamos el contexto es bueno que haya otros activos como los alternativos, el capital privado o el inmobiliario vía socimis pero hay un problema en cómo planteamos la solución del ahorro a largo plazo: es fundamental hablar de planificación pero la legislación, si nos dejamos, tal y como viene, dañará la conexión entre generación de producto y asesoramiento”.