La inclusión financiera es un requisito ineludible para que las mujeres ejerzan su autonomía económica y para que los países avancen en igualdad de género, disminución de la pobreza, productividad y crecimiento sostenible, plantearon las autoridades de Chile y especialistas durante un seminario organizado en Santiago por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) de Chile.
El evento denominado “Brechas de género en el sistema financiero” fue inaugurado por la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, y contó con la participación de Claudia Pascual, ministra de la Mujer y la Equidad de Género de Chile, y Eric Parrado, superintendente de Bancos e Instituciones Financieras, además de Antonio Prado, secretario ejecutivo adjunto de la CEPAL, Daniel Titelman, director de la división de Desarrollo Económico, y María Nieves Rico, directora de la división de Asuntos de Género del mismo organismo.
Durante el seminario se presentó la decimoquinta versión del informe de la SBIF Género en el Sistema Financiero 2015, que da cuenta de avances y desafíos en el cierre de brechas asociadas al uso de servicios financieros provistos por la banca en Chile.
“Si bien las brechas siguen siendo importantes, hay avances sostenidos en cobertura de productos de crédito y administración del efectivo. El problema es que, aunque las mujeres muestran un mejor comportamiento crediticio, con menores tasas de morosidad y protestos de cheques, siguen accediendo en promedio a créditos con mayores tasas y menores montos”, señaló la presidenta Michelle Bachelet.
La mandataria, quien detalló algunas de las iniciativas de su Gobierno orientadas a superar estas brechas, sostuvo que “las mujeres tienen una cultura económica particular, donde destacan la colaboración, el apoyo mutuo y la distribución de beneficios dentro de sus comunidades”. Estas “características –dijo- deberían extenderse al conjunto del sistema económico, no solo como un imperativo ético sino porque aumentan la productividad y las posibilidades de éxito de estos emprendimientos y de los entornos en que se insertan”.
Alicia Bárcena enfatizó, por su parte, “que no dejar a nadie atrás implica hacer visibles a todos y a todas. Lo que no se cuenta, no cuenta”, y añadió que “no puede haber un progreso significativo en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados por la comunidad internacional en septiembre de 2015, si la igualdad de género es ignorada”.
“Las mujeres requerimos autonomía económica, física y política”, resaltó la alta funcionaria de las Naciones Unidas, quien valoró el informe de la SBIF en el esfuerzo por visibilizar las brechas de género en los sistemas financieros, iniciativa que debería ser replicada por otros países de la región, y que será uno de los temas centrales de la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe de la CEPAL, que se llevará a cabo del 25 al 28 de octubre de este año en Montevideo, Uruguay, dijo.
En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, sostuvo Bárcena, se subraya la importancia de garantizar que todos los hombres y mujeres tengan los mismos derechos a los recursos económicos, en particular acceso a los servicios financieros, incluida la microfinanciación. “Esto es un requisito clave para superar la pobreza, fomentar la productividad, la innovación y el crecimiento económico sostenible, garantizar el bienestar de las personas y reducir la desigualdad”, indicó.
La Secretaria Ejecutiva también citó el recientemente presentado documento de la CEPAL Horizontes 2030: la igualdad en el centro del desarrollo sostenible, que plantea que la eliminación de la desigualdad de género –como eje transversal de las políticas públicas- exige la superación de los roles tradicionales basados en la división sexual del trabajo, la eliminación de las jerarquías y privilegios que reproducen la subordinación de las mujeres y el cierre de todas las brechas de desigualdad.
“Es necesario contar con sistemas financieros que dispongan de un conjunto diversificado de instituciones e instrumentos capaces de brindar acceso a servicios financieros, de ahorro y crédito, a un conjunto amplio de personas y empresas”, resumió Bárcena.
El informe Género en el Sistema Financiero 2015, difundido, revela que en Chile las mujeres acceden a tasas 15% más altas y a montos 32% más bajos que los hombres, sin diferencias en los plazos.
El documento también señala que las mujeres presentan una demanda más activa que los hombres en los productos de ahorro para la vivienda, tanto en términos de composición del ahorro como del stock de cuentas de ahorro para la vivienda vigentes.
Los datos del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL muestran, en toda la región, asimetrías entre hombres y mujeres en torno a la participación en el empleo y la generación de ingresos. Por ejemplo, 55% de las mujeres latinoamericanas, es decir una de cada dos, no tiene ingresos propios o percibe menos de un salario mínimo por todo ingreso, mientras que entre los hombres esta cifra alcanza al 30%.
“Llegó la hora de la plena participación de las mujeres en el diseño y la implementación de las políticas públicas. De reconocer a las mujeres como sujeto político. De afirmar, con fuerza, convicción y orgullo: nada sobre nosotras, sin nosotras”, concluyó Bárcena.