Amundi ha colaborado con ICEA (Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones) en la elaboración de una nueva edición del estudio ‘Tendencias de las inversiones en las aseguradoras españolas’, presentado el pasado martes, 28 de mayo, en el Colegio de Ingenieros de Caminos en el marco del tercer Congreso de Inversiones en el sector asegurador.
De acuerdo con el entorno macroeconómico y de mercados expuesto en el inicio de esta jornada por Víctor de la Morena, director de Inversiones de Amundi Iberia, en la actualidad existe un mejor escenario macro que a principios de año, gracias a la resiliencia de la economía estadounidense. Así, se prevé un contexto de “tipos más altos durante más tiempo” por parte de la Fed, mientras en Europa el BCE acaba de bajar tipos.
De la Morena describió así que “la tendencia de tipos a la baja será desigual” a nivel global y adelantó que “podrá haber cambios en la asignación de activos, pues los flujos de monetarios podrían moverse hacia otras opciones como la renta fija, donde los bonos vuelven a ser una buena opción para las carteras conservadoras, si bien una cartera multiactivo diversificada necesitará también renta variable”.
Respecto a la renta variable, destacó “las altas valoraciones”, sobre todo en Estados Unidos y en algunos sectores como el tecnológico, si bien “existen oportunidades en la pequeña capitalización, que pueden ofrecer un alto potencial de crecimiento al depender más del ciclo económico”.
Presentación del estudio: Tendencias en las inversiones de las aseguradoras españolas
Según los principales resultados del informe presentados por Miguel Ángel Rodríguez, del área de Investigación de ICEA, el volumen estimado del total de inversiones del sector asegurador en España alcanzó los 305.067 millones de euros en 2023, lo que supone un 20,9% del PIB.
En concreto, el 72,6% de las inversiones del sector se concentra en efectivo, depósitos y en títulos de renta fija, siendo la deuda pública el activo de preferencia en el sector destinando alrededor del 48,1% de la inversión. El 19,7% se destina a deuda corporativa y 4,8% en deuda y depósitos. Los activos como la renta variable (6,7%) y las instituciones de inversión colectiva (11,3%), representan el 18% de la cartera.
El estudio, realizado a partir de una encuesta al sector, determinó que las aseguradoras invirtieron a través de instituciones de inversión colectiva en fondos de renta variable, a diferencia del conjunto del sector asegurador europeo, que prefirió los fondos de renta fija.
Del mismo modo, las entidades aseguradoras españolas muestran en este estudio una menor exposición al sector inmobiliario comparado con el sector europeo. No obstante, mientras al sector asegurador de nuestro país se caracteriza por tener una exposición directa al ‘ladrillo’, el conjunto del sector asegurador europeo destaca por su exposición indirecta, es decir, a través de la compra de acciones de empresas inmobiliarias y participaciones en fondos inmobiliarios.
El apetito por el riesgo de las entidades de nuestro país sigue siendo saludable en 2024, con un 11,7% de las aseguradoras considerando añadir riesgo global a sus carteras y un 75,3% que pretende mantenerlo. Además, expresaron su intención de aumentar la duración en 2024, para garantizarse así mayores rendimientos de los valores de renta fija.
Las entidades consultadas en el informe también consideran que las mayores oportunidades de inversión se encuentran en los países de nuestro entorno (Eurozona), Estados Unidos y nuestro propio país. El año pasado supuso un renacimiento de la renta fija, ya que las aseguradoras renovaron su interés por este activo.
Respecto a la inversión en IICs, las entidades muestran su preferencia por invertir en fondos de renta variable, fondos de infraestructuras y capital riesgo en los próximos 12 meses.
Tal y como expuso Miguel Ángel Rodríguez, el informe también revela que el total de las entidades aseguradoras españolas toman en consideración los factores medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en sus decisiones de inversión, destacando la regulación como el principal motor de adopción de estos criterios. Las aseguradoras indicaron que, sin los avances regulatorios en esta materia, la adopción de los criterios ESG sería mucho más gradual.
Retos y oportunidades en las inversiones del sector asegurador
En este contexto, en la mesa moderada por Marta Marín, consejera delegada de Amundi Iberia, que contó con la participación de Carlos Babiano, director Corporativo de Inversiones y Gestión de Balance de Santalucía Seguros, Luis Ussía, presidente ejecutivo de Mutuactivos, y José Enrique Martínez, subdirector financiero de Consorcio de Compensación de Seguros, se debatió en torno a los retos y oportunidades en las inversiones del sector asegurador.
Los ponentes coincidieron en que la subida de los tipos de interés ha abierto oportunidades a las aseguradoras para poder lanzar productos de vida-ahorro y se mostraron partidarios de la diversificación de las carteras más allá de la deuda pública. En este marco, se hizo alusión a la tendencia de inversión en activos alternativos como infraestructuras o deuda privada como forma de complementar las inversiones tradicionales, si bien se insistió en la importancia de la selección.
Los ponentes cuestionaron además el sentido del marco regulatorio contable respecto a los fondos de inversión, que provoca “volatilidad en la cuenta de resultados pudiendo favorecer la inversión directa”. Además, respecto a la ESG mostraron que además de una cuestión normativa, es un tema de convencimiento e interés donde siguen implantando medidas y políticas al respecto.
Estrategias para la transformación de la función financiera
En la mesa redonda titulada «Estrategias para la transformación de la función financiera», participaron destacados expertos de la industria como Cosme Puigmal, socio de FS Consulting Strategy de KPMG España, Óscar Bartolomé, director de FS Consulting Strategy de KPMG España, e Ignacio Escrivá, Strategy & Transformation Director de Allianz. Durante la mesa, se discutió que desde KPMG la transformación de la función financiera se apoya en cuatro pilares fundamentales: la evolución del negocio, el avance tecnológico, el entorno económico y la nueva regulación.
Se enfatizó que el sector financiero se está convirtiendo en un sector eminentemente tecnológico, donde este es un elemento fundamental para su desarrollo. Además, se destacó que el entorno económico ha influido significativamente en las decisiones de negocio y en la implementación de nuevas iniciativas. Los ponentes coincidieron en que la transformación no es un fin en sí mismo, sino el medio para tomar las mejores decisiones empresariales y adaptarse eficazmente a los cambios del mercado.
Soluciones de inversión en el entorno actual
En la mesa moderada por Cristina Carvalho, directora de negocio institucional de Amundi Iberia titulada «Soluciones de inversión en el entorno actual», diversos expertos presentaron sus perspectivas sobre cómo las aseguradoras abordan el panorama financiero actual. Participaron Pablo Baeza, director de Inversiones de BBVA Seguros, Carlos Peña, director de Inversiones de Seguros RGA, y Nuria Ortega, directora de Inversiones alternativas de Amundi Iberia.
Durante la mesa se destacó el cambio significativo en el entorno de tipos de interés, subrayando que, tras una década de tipos muy bajos o incluso negativos, ahora las compañías han podido reposicionar sus carteras en términos de duración. Aunque se mencionó el interés en bonos verdes y sociales, se señaló que su peso en las carteras sigue siendo limitado debido a la falta de profundidad del mercado y la necesidad de alinear varios factores para su éxito.
Por otra parte, los ponentes reconocieron el papel diversificador de los activos alternativos, mientras que Nuria Ortega abordó que las aseguradoras europeas han incrementado progresivamente su participación en mercados privados, alcanzando un peso del 8% en sus carteras. No obstante, se reconoció que este año se ha observado una desaceleración en estos productos, aunque las valoraciones de los mismos han sido más resistentes frente a la volatilidad del mercado público.
También se enfatizó en la democratización de los mercados privados, permitiendo a más inversores acceder a estas oportunidades. Por último, mencionaron también la consideración de la gestión pasiva por su comodidad, transparencia y eficiencia en costes, si bien aludieron también la cuestión de la volatilidad a la hora de su valoración en las carteras.