La pandemia del coronavirus sigue teniendo repercusión en la industria de fondos, aunque en términos de reembolsos y patrimonio de las carteras la recuperación de los últimos meses haya dejado en casi nada el impacto inicial de la crisis. Las gestoras de fondos de inversión están comunicando a la CNMV –tal y como pide ESMA, que obliga a revisar el indicador de riesgo/rentabilidad de los fondos- la modificación del perfil de riesgo de sus carteras: debido a la volatilidad de los mercados, esos indicadores de riesgo-rentabilidad (conocidos como IRR) están elevándose, lo que significa que los partícipes asumen más riesgo invirtiendo en las mismas carteras por culpa de los vaivenes de los mercados.
En concreto, a lo largo del mes de agosto, ocho gestoras han comunicado al supervisor de los mercados español que elevan el perfil de riesgo de sus vehículos, más de 20 en total. Y desde la crisis las carteras que lo elevan superan las 50.
Entre las entidades que han comunicado una elevación de este perfil se encuentran Augustus Capital, Bankia Fondos, Caja Ingenieros Gestión, Credit Suisse Gestión, Gescooperativo, Ibercaja Gestión, Mutuactivos y Santander AM, enumeradas por orden alfabético (ver cuadro).
Los fondos afectados tienen perfiles heterogéneos (tanto de renta fija como mixtos o de renta variable) y todos ellos están escalando un peldaño en el perfil IRR, que va del 1 al 7 (siendo 1 riesgo bajo y 7 el más alto). Así, las comunicaciones apuntan cómo fondos de renta fija y bajo riesgo (como el Bankia Fondos Duración Flexible, el Bankia Fondtesoro Largo Plazo o el CS Duración 0-2) están pasando de marcar riesgo 2 a riesgo 3; otros mixtos (como el Bankia Mixto Renta Fija 30, Bankia Mixto Dividendos o Rural Mixto 25), pasan de nivel 3 a 4; u otros de renta fija más atrevida, como Ibercaja High Yield o Mutuafondo Renta Fija Emergente, también pasan de 3 a 4.
Entre los fondos globales y de renta variable –que tradicionalmente sitúan su nivel de riesgo por encima de 4-, la mayoría están elevando sus puntuaciones de riesgo desde 5 a 6 (ver tabla).
En sus comunicaciones al supervisor de los mercados, las gestoras explican la situación y dejan claro que los cambios no se deben “a una modificación de la política de inversión del fondo, ni a un cambio del criterio de selección de los activos, ni a una estrategia de inversión distinta, sino que se debe exclusivamente a movimientos de volatilidad del mercado”. Volatilidad ante el COVID-19, que los vehículos llevan sufriendo más de cuatro meses, indican algunas, periodo que obliga a la comunicación del hecho relevante.
Así las cosas, las gestoras quedan obligadas a entregar el documento de datos fundamentales para el inversor (DFI) del fondo, junto con los hechos relevantes, a los nuevos partícipes en el momento de la suscripción del fondo.
La autoridad de mercados europeos, ESMA, obliga en sus guías (documento “CESR’s guidelinesvon the methodology for the calculation of the synthetic risk and reward indicator in the Key Investor Information Document) a realizar estos cambios, para informar en todo caso a los inversores del nivel de riesgo que asumen al invertir en fondos. En concreto, el indicador de riesgo-rentabilidad debe modificarse cuando sea diferente durante cuatro meses al registrado en el folleto. La crisis del coronavirus lleva desatando la volatilidad del mercado desde el pasado mes de marzo.