La ola inflacionaria que enfrenta la economía global no ha dejado a Chile indiferente. Y eso incluye a sus inversionistas retail, que están aprovechando el contexto de las subidas de tasas locales para buscar protección para su patrimonio en un instrumentos crecientemente popular: los fondos mutuos estructurados.
Los vehículos estructurados son un tipo de fondo mutuo en el mercado chileno, caracterizado por buscar una rentabilidad determinada previamente. Si bien las administradoras de fondos pueden elegir garantizar o no ese retorno, sí es un requisito de la categoría explicitar la duración –que por lo general ronda entre uno y dos años– y su objetivo de rentabilidad para el período.
Las carteras pueden invertir en renta variable, dependiendo de sus reglamentos internos, pero hay un claro sesgo por la renta fija. Cifras de la Asociación de Administradoras de Fondos Mutuos (AAFM) al 19 de enero (último dato disponible) muestran que casi un 95% del AUM de la categoría de estructurados corresponde a fondos no accionarios, inclinados por la inversión en instrumentos de deuda.
Con todo, el crecimiento de este tipo de instrumentos ha sido rápido. En los últimos seis meses, el segmento ha sumado un 74% más patrimonio neto, alcanzando los 1,3 billones de pesos chilenos (alrededor de 1.637 millones de dólares) la semana pasada.
Este aumento se ha visto apoyado por la entrada neta 11 partícipes institucionales entre finales de julio y finales de enero, pero el interés por parte de inversionistas retail es lo que más destacan los actores del mercado. Este segmento –partícipes no institucionales– ha aumentado 84% en los últimos seis meses, subiendo de 17.674 a 32.573, según los registros de la AAFM.
Buscando refugio
¿Qué está llevando a los inversionistas en masa a esta categoría? Según relatan desde las gestoras locales, la dinámica está apoyada por el aumento de la inflación a nivel global, que se ha vuelto una de las principales preocupaciones de los mercados.
“El alza de la inflación y de las tasas de interés durante el año 2022 gatilló un mayor apetito de productos estructurados de parte de los inversionistas de modo de protegerse de los elevados registros de inflación y de la mayor volatilidad que experimentaron las tasas de los instrumentos de renta fija local”, comenta Jorge Meyer, gerente de Inversiones de la AGF Inversiones Security.
Entre elementos globales y factores idiosincráticos, la inflación de Chile ha subido un ritmo que no se veía hacía años. La Unidad de Fomento (UF), que está indexada a la inflación, ha subido un 5,8% en los últimos seis meses, según datos del Banco Central de Chile, superando los 35.000 pesos chilenos (43 dólares).
Además, en el otro lado de la moneda, las medidas que han implementado las autoridades monetarias ofrecen oportunidades en el mercado de renta fija. Después de llegar a su punto más bajo en una década durante la pandemia, en 0,5%, la Tasa de Política Monetaria (TPM) ha estado subiendo sostenidamente desde julio de 2021. Actualmente, se encuentra en 11,25%, su mayor valor desde 1998.
Para Ariel Nachari, estratega senior de SURA Inversiones, el “atractivo nivel” de tasas generó oportunidades en los productos estructurados. Esto, explica, “como una forma de obtener buenos retornos en instrumentos de alta calidad crediticia y que fuesen capaces de superar la inflación, en un contexto de alta incertidumbre para los mercados”.
Esta dinámica ha permitido que las AGF estructuren y creen fondos mutuos con un plazo determinado y un objetivo de rentabilidad no garantizado, conocido en el mediano y largo plazo, agrega Paulo García, subgerente Renta Fija de Bci Asset Management.
Clientes retail
Si bien desde la industria destacan que los fondos mutuos estructurados apuntan a todo tipo de inversionistas, el crecimiento reciente se ha visto impulsado principalmente por los inversionistas retail.
“Creemos que esto se debe a que el cliente busca minimizar la volatilidad en su portfolio, preservar el capital y perpetuar lo más posible las inversiones en tasas altas y retornos objetivos conocidos, aunque estos no sean ‘garantizados’”, describe García.
El atractivo, describen agentes del mercado, viene de que estos productos permiten acceder a instrumentos de deuda de alta calidad crediticia. Nachari destaca que permiten un “potencial retorno atractivo para el cliente en un período determinado de tiempo”, además de entregar exposición a la UF, “como una forma de cubrir el patrimonio ante la inflación”.
A esto se suma, agrega el ejecutivo de SURA, a que este tipo de fondo permite el acceso a beneficios tributarios, respecto a otras alternativas de inversión, y que son más líquidos que otros activos, como los depósitos a plazo.
Los fondos estructurados también han captado algo de atención en el mundo de los inversionistas de alto patrimonio –en menor medida–, según agrega Meyer, de Inversiones Security, entre quienes “necesitan vehículos que cuenten con flexibilidad en términos de rescatabilidad”.
El segmento de fondos mutuos estructurados cuenta con la participación de ocho administradoras locales. Los principales nombres, según participación de mercado, son Bci Asset Management, con un 22% del patrimonio neto; AGF SURA, con 19%; Santander Asset Management, con 17%; BICE Inversiones, con 16%; y BancoEstado AGF, con 11%.