La inversión sostenible tiene grandes oportunidades de crecimiento, tanto en España como a nivel internacional, así como de contribuir al cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París para evitar que el incremento de temperatura supere el 1,5ºC en 2050. Así lo han asegurado desde la comisión ejecutiva de Spainsif, el foro español de inversión sostenible, en el encuentro “La inversión sostenible como palanca para la contribución climática”, celebrado en la Zona Verde de la COP25.
El acto reunió a los cinco grupos representados en la comisión ejecutiva de Spainsif: entidades financieras y aseguradoras, gestoras de activos e intermediarios financieros, proveedores de servicios y centros académicos, asociaciones sin ánimo de lucro y fundaciones, y sindicatos mayoritarios. El debate estuvo moderado por Joaquín Garralda, presidente de Spainsif, que aseguró que “se está produciendo una mayor demanda de productos según criterios ESG (medioambientales, sociales y de buena gobernanza) que van a acelerar la transición hacia una economía descarbonizada”.
El Institute of International Finance (IIF) estima que al final del año se habrán destinado 350.000 millones de dólares en bonos y préstamos corporativos sostenibles en todo el mundo, lo que supondrá un 30% más que en el año anterior. En este aspecto, las entidades bancarias jugarán “un papel fundamental a la hora de movilizar la inversión sostenible, tanto como actores sociales como canalizadores del capital y de las inversiones”, señaló María José Gálvez, directora de Sostenibilidad de Bankia. Además, destacó el impulso a la Inversión Socialmente Responsable (ISR) del Plan de acción de finanzas sostenibles de la Comisión Europea. “Las inversiones con criterios ESG dejarán de ser estrategias minoritarias para ser estrategias normalizadas, incorporadas en el día a día de cualquier inversor que piense en el largo plazo y en el impacto de su inversión”, subrayó Gálvez.
Otra de las claves del debate fue el proceso de inversión: “Los fondos de pensiones son uno de los principales canalizadores de inversión privada a largo plazo en el mundo. La transición hacia una economía baja en carbono movilizará capital e inversión pública y privada. Todo ello tendrá éxito mediante la colaboración con empresas, responsables políticos, reguladores y otros inversores”, aseguró Teresa Casla, consejera delegada de Fonditel. El proceso de inversión tradicional se está redefiniendo como respuesta a los nuevos retos en materia de sostenibilidad, apuntan desde la gestora. Casla subrayó que “la adaptación a nuevos marcos regulatorios y la gobernanza de las inversiones tendrán un efecto directo también en la sociedad en su conjunto, al transitrar hacia una economía sostenible y baja en carbono”.
No obstante, existe la necesidad de que la transición hacia una economía descarbonizada sea inclusiva y tenga en cuenta el respeto a los derechos sociales, junto a los criterios ambientales y de buen gobierno, afirmó Andrés Herrero, de Previsión social de la UGT. De acuerdo con el sindicalista, ciertos sectores y regiones que dependen de industrias intensivas en carbono pueden verse especialmente afectados por la transición a una economía libre de emisiones. Por ello, advirtió, “es necesario anticiparse a estas tendencias y a su impacto en los trabajadores y las trabajadoras. De ahí que toda esta transformación deba hacerse bajo el paraguas de una transición justa que asegure que no se deja a nadie atrás y que esté basada en el diálogo social como herramienta principal”.
No hay duda de que la inversión sostenible siga creciendo en el futuro, aseguró Fernando Gómez-Bezares, catedrático de Finanzas de Deusto Business School. “Las empresas sostenibles van a ser más atractivas financieramente, pero, además, hay un clamor social por la sostenibilidad, especialmente respecto al cambio climático, que acabará castigando a los no sostenibles”, declaró el catedrático. Gómez-Bezares considera que es necesario que cada sector ahonde en la inversión sostenible, aunque cada uno tendrá un foco específico: la industria intensiva apostando por energía limpia y el sector financiero, por las inversiones verdes.