La inversión sostenible y responsable ha alcanzado los 379.618 millones de euros gestionados en España durante 2021, lo que ha supuesto un incremento del 10% respecto a 2020, con un peso del 51% sobre el total. Según se recoge en el estudio «La Inversión Sostenible y Responsable en España 2022″, elaborado por Spainsif, que cuenta con el patrocinio de DWS.
Los avances en el marco regulatorio europeo, dentro Plan de Acción de Finanzas Sostenibles, así como el alineamiento de los mercados a dichas disposiciones, están propiciando el incremento de la demanda y oferta de productos sostenibles, atendiendo a las clasificaciones del Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR), artículos 8 y 9. No obstante, aún quedan desarrollos normativos pendientes, que tendrán su reflejo en la próxima edición del estudio anual, con la entrada en vigor de MIFID II, entre otros aspectos, al igual que la propuesta de Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD).
El crecimiento sostenido en activos gestionados con criterios ASG y la mejora en la calidad por estrategias son dos aspectos que se destacan en el estudio. El documento se ha elaborado a partir de las aportaciones de 26 de entidades nacionales y 21 de gestoras y propietarios de activos internacionales. Según los datos analizados, del total del volumen en inversión sostenible, 234.896 millones de euros corresponden a entidades nacionales y 144.721 millones a activos de organizaciones internacionales comercializados en España.
La integración ASG alcanza la cifra de 170.370 millones de euros, siendo la estrategia más usada a la hora de la inversión, con un 45% de los activos. Le siguen el engagement y voting, con 111.717 millones de euros (29%), y la exclusión simple, que baja hasta los 31.410 millones de euros. Por otra parte, la inversión de impacto alcanza los 29.257 millones de euros, la estrategia ‘best-in-class’ disminuye hasta los 11.528 millones de euros, y la inversión temática alcanza los 8.753 millones de euros
La importancia de la inversión privada
Durante el evento anual de Spainsif se celebró una mesa con las gestoras como protagonistas, en la que todos los expertos resaltaron el gran desafío climático que tenemos por delante y alertaron sobre la inversión que se necesitará para cumplir con el Acuerdo de París. “Adaptarnos a las cero emisiones tendrá un coste de 140 trillones de dólares en 2050”, ha recordado Elena Domecq, especialista de ESG de JP Morgan Asset Management.
«Los gobiernos no son suficientes para la lucha contra el cambio climático, y más con los endeudamientos que tienen, por lo que es importante contar con la inversión privada», ha señalado Javier Villegas, Head of Iberia en Franklin Templeton, quien ha resaltado la inversión en activos alternativos como una buena vía. El experto ha puesto el ejemplo de la inversión en fondos de private equity, o en el sector inmobiliario, ya que es uno de los sectores que más contaminan. Sin embargo, el reto, considera, es la falta de datos en las no cotizadas.
Hasta ahora, la inversión sostenible se ha centrado en el cambio climático y la energía, pero, según ha resaltado Carlo Fassinotti, responsable de Marketing Advisory y experto en ESG en Nordea AM, la segunda ola ESG vendrá de la «S», la cual ha crecido mucho a raíz de la pandemia. Además, ha recordado cómo se ha pasado de optar simplemente por las exclusiones a ejercer un diálogo y acompañamiento activo con la empresas para que se produzca un cambio. «Es un trabajo duro y largo, pero compensa», ha admitido.
La «G» es otra de las letras que se ha llevado protagonismo. Respecto al estudio temático «La gobernanza en las finanzas sostenibles», el director general de Spainsif, Francisco Javier Garayoa, ha destacado la importancia creciente de la gobernanza, la necesidad de una mayor integración de esta, como soporte de la parte ambiental “A” y social “S”, y la necesidad de la homologación de indicadores tanto por parte del regulador como de los actores del mercado.
Los retos de la regulación
Según refleja la encuesta, gran parte de este auge de la inversión sostenible se ha propiciado gracias a la regulación. Garayoa ha explicado que el Plan de Acción de Finanzas Sostenibles y la legislación siguen siendo para los encuestados los mayores impulsores de la inversión sostenible, resultando clave el desarrollo completo de la normativa sobre la taxonomía ambiental y social, así como las disposiciones complementarias del Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR, por sus siglas en inglés). Asimismo, también ha subrayado el especial impacto que puede suponer para la demanda retail la entrada en vigor de Green MIFID.
Joaquín Garralda, presidente de Spainsif, ha valorado que «la inversión sostenible sigue ganando relevancia por el interés creciente de los inversores y por los desarrollos normativos de la UE. El resultado se puede apreciar tanto en el crecimiento del volumen de los activos gestionados con criterios de sostenibilidad, como en el desarrollo de nuevos productos financieros creados bajo esta perspectiva. Si bien la regulación condiciona principalmente el comportamiento de los intermediarios financieros, también está condicionando al pequeño inversor al dar más visibilidad a los aspectos ESG cuando solicita asesoramiento financiero». Por su parte, Aleksandra Palinska, directora ejecutiva de Eurosif, ha considerado que la nueva «Estrategia en materia de Finanzas Sostenibles», publicada en julio de 2021 y que desarrolla el Plan de Acción de Finanzas Sostenibles original de 2018, probablemente contribuirá a un mayor aumento de las inversiones sostenibles, incluso entre los inversores minoristas.
Sin embargo, a pesar de que la regulación ha sido un elemento clave para el desarrollo y crecimiento de la inversión sostenible, también ha traído numerosos retos para las compañías del sector. Respecto a SFDR, Marta Rodríguez, Head of ESG Product en M&G Investments, ha admitido que ha sido una experiencia complicada debido a que hay muchos aspectos que no están claros, empezando por definir inversión sostenible. “Los distintos gestores lo han interpretado de manera diferente. La definición no es homogénea y será difícil para el cliente final compararlos”. Sin embargo, sí considera que el objetivo principal de mejorar la transparencia se está cumpliendo.
En cuanto a Green MIFID, que entró en vigor el 2 de agosto, Rodríguez ha señalado que desde el punto de vista de la gestora no es tan complicada como desde el del distribuidor. A pesar de que considere que el objetivo de la actualización es bueno, Rodríguez lamenta que la implementación no ha sido satisfactoria, en parte por el timing. Villegas, por su parte, ha apuntado que la labor de educar a los clientes es fundamental.
Como consecuencia del tsunami regulatorio, la experta ha pedido un descanso: «Ha sido una maratón de regulación y también necesitamos reflexión, hay cosas que no han funcionado y se pueden mejorar». Una petición a la que se ha unido Fassinotti, que ha pedido flexibilidad, paciencia y más transparencia. «Es importante parar, ver, reflexionar y bajar la carga administrativa. Tenemos que invertir para que el mundo sea sostenible, no rellenar papeles», ha añadido Villegas.