La biodiversidad está ganando cada vez más relevancia como temática en el campo de las finanzas sostenibles por su vinculación directa con el cambio climático, sobre todo a partir de la publicación del Acuerdo de París y de la Agenda 2030, que se materializan en el marco regulatorio del Plan de Finanzas Sostenibles de la UE. Así se ha puesto de manifiesto en el Encuentro ISR ‘La Biodiversidad en la Inversión Sostenible’, organizado por Spainsif, el Foro Español de Inversión Sostenible y Responsable.
Durante el encuentro, Francisco Javier Garayoa, director general de Spainsif, ha trasladado que “el cambio climático y la pérdida de biodiversidad no pueden ser infravalorados por los inversores, entendiendo que los impactos en los elementos de la naturaleza, capital natural, implican un riesgo real que afecta a los beneficios de las empresas y, en consecuencia, a los inversores, lo que incide en el coste del capital y, sobre todo, en la pérdida de oportunidades”.
Por su parte, Antonio Santoro, Head of Southern Europe de Principios de Inversión Responsables (PRI), ha destacado que “la pérdida o degradación de la biodiversidad puede reducir la cantidad, calidad y resiliencia del capital natural y de los ecosistemas”.
La actividad agrícola, la sobreexplotación, el desarrollo urbano, la producción de energía, el transporte y su contaminación asociada son sólo algunos de los impulsores de la pérdida de biodiversidad, que traen asociados cuatro tipos de riesgos para las empresas: el físico, por la pérdida de materias primas; el regulatorio, por el aumento de la regulación para preservar el entorno; el riesgo de transición, vinculado a las preferencias de los mercados y al impacto en la sociedad ; y el riesgo sistémico, que afecta a todos y cada uno de los sectores económicos.
“Los inversores deben evaluar su exposición a estos riesgos, especialmente cuando analizan los sectores más sensibles al impacto de la pérdida de biodiversidad, que pueden afectar al valor de las empresas desde el punto de vista del inversor a corto, medio y largo plazo”, ha apuntado Santoro, quien ha puntualizado que más del 80% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) está vinculado con la biodiversidad, y que casi el 50% de la población mundial depende directamente de los recursos naturales para subsistir.
Estrategias, marcos y herramientas
El Encuentro ISR ha contado con una mesa de expertos en biodiversidad, moderada por Lennys Rivera, técnico en Transición Energética de WWF España, en la que han participado Sylvain Vanston, Executive Director, Climate Research de MSCI; Eric Van Labeck, SRI Senior Advisor en OFI Asset Management; Sophie del Campo, responsable de Distribución para el Sur de Europa y Latam de Natixis IM; y Carlos Suárez, Senior Project Director en Altermia, que han analizado la importancia de la biodiversidad en el ecosistema de la inversión sostenible.
Según estimaciones del Foro Económico Mundial, más de la mitad de la producción económica mundial (44 billones de dólares de generación de valor económico) depende moderada o considerablemente de la naturaleza. En este contexto, los avances de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica de Kunming (COP15), el desarrollo de los objetivos no climáticos de la taxonomía verde y la labor del Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con la Naturaleza (TNFD por sus siglas en inglés) juegan un papel primordial, facilitando que las organizaciones informen y actúen sobre la evolución de los riesgos relacionados con la naturaleza, con el fin de generar un cambio real en la dirección de los flujos financieros mundiales.
Los ponentes han abordado cuestiones tan importantes y actuales como qué puede hacer la comunidad inversora para reducir sus impactos en la pérdida de la biodiversidad y potenciar soluciones basadas en la naturaleza. Destacaron la visibilidad que se le dio a la preservación de la biodiversidad durante la COP26 de Reino Unido, junto a la acción climática y la protección de la naturaleza y de los océanos para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. En la mesa de expertos se informó también sobre los requisitos de divulgación de la regulación europea al respecto, insistiendo en el caso francés. A modo de broche final, se compartieron las estrategias aplicadas por los inversores institucionales en la gestión activa temática vinculada con este ámbito, las características de la asesoría técnica independiente y la estandarización de herramientas, así como las pautas en los procesos de debida diligencia en el campo de la biodiversidad.