La inversión china en España se redujo drásticamente en 2019, alcanzando 80 millones de dólares, un 95% menos que el año pasado, cuando el total invertido por estas compañías ascendió a 1.170 millones de dólares, según el último estudio publicado por el despacho de abogados Baker McKenzie.
La inversión china se ha visto afectada, tanto hacia España como hacia el resto del mundo, por una serie de diversos factores económicos y políticos a nivel mundial. El informe destaca, entre otros, las restricciones de capitales por parte del gobierno de Pekín, el fortalecimiento de las revisiones regulatorias en EE.UU. y Europa, la desaceleración del crecimiento económico y la disminución de la liquidez en la economía del país asiático, además de las tensiones geopolíticas entre China y algunas de las economías receptoras de inversiones.
Sin embargo, de cara a 2020, las perspectivas de crecimiento de la inversión china en España del informe son más optimistas gracias a determinadas operaciones como la adquisición de una importante participación por parte de China Railway en Aldesa, una compañía española del sector infraestructuras valorada en 250 millones de euros. Esto “muestra que las empresas españolas siguen siendo atractivas para el inversor chino”, aseguran desde Baker McKenzie.
La firma del acuerdo comercial entre China y Estados Unidos deberá facilitar la actividad inversora china en el extranjero. “Además, en términos de política monetaria, el Banco Central de China ha señalado recientemente su determinación para aumentar la liquidez y reducir los costes de endeudamiento para las empresas en 2020 -recortando la cantidad de efectivo que deben mantener en reserva- lo que animará a los inversores chinos a buscar inversiones fuera de sus fronteras», apunta Maite Díez, socia de M&A de Baker McKenzie.
Se reduce notablemente la inversión china en Europa y Norteamérica
A nivel mundial, las fusiones y adquisiciones chinas anunciadas en 2019 alcanzaron un total de 57.000 millones de dólares, un 29% menos que en 2018. Es el nivel más bajo en seis años. Según el informe de Baker McKenzie, esta importante desaceleración de las fusiones y adquisiciones en el exterior de China forma parte de un contexto global de descenso de operaciones de esta clase.
Asimismo, todas las regiones del mundo, a excepción de América Latina, experimentaron una importante disminución de la actividad inversora china en el último año. En Europa descendió en un 40%, mientras que en Norteamérica bajó un 27%, alcanzando un total de 18.900 millones de dólares, la cifra más baja desde 2010, según los datos de Baker McKenzie.
Cabe destacar que, en 2019, el Comité de Inversión Extranjera de los EE.UU. (CFIUS), forzó una serie de desinversiones de transacciones cerradas previamente. Es el caso de la venta de participaciones de iCarbonX en PatientsLikeMe, la venta de Grindr por parte de Beijing Kunlun Tech y la venta por parte de Cosco de la participación de una filial en la Terminal de Contenedores de Long Beach. Asimismo, la CFIUS también está revisando la participación china en la aplicación TikTok, un acuerdo llevado a cabo hace más de dos años.
Inversión china en Europa por países
La inversión china en Europa también se redujo, completando operaciones por valor de 13.400 millones de dólares en 2019, el nivel más bajo desde 2013. Las principales operaciones incluyeron la adquisición por parte de Amer de Anta Sports por 5.200 millones de dólares, la inversión adicional de 2.200 millones de dólares de Shagang Group en Global Switch o la adquisición de una participación del 51% de Evergrande en NEVS por 930 millones de dólares, entre otras.
En cuanto a los principales países receptores, el informe destaca a Finlandia, Reino Unido, Suecia, Alemania e Italia. Además, Finlandia registró el mayor crecimiento interanual en 2019. Al mismo tiempo, la inversión china en Francia descendió de 1.800 millones de dólares en 2018 a menos de 100 millones de dólares en 2019.
Perspectivas favorables para 2020
De cara a 2020, el equipo de Backer McKenzie se muestra optimista ya que hay una serie de variables -más allá de la firma de la primera fase del acuerdo comercial entre EE.UU. y China- que muestran cambios esperanzadores que podrían impulsar la inversión exterior de China.
«El crecimiento puede venir de la mano de una serie de factores relevantes como son el aumento del apetito inversor chino, dado que las condiciones de liquidez en la economía china han mejorado ligeramente a lo largo del pasado año, o la implementación de nuevas reglas de evaluación de las inversiones extranjeras en EE.UU. y Europa”, asegura Díez.