Casi 8 de cada 10 españoles (el 78%) tienen expectativas positivas sobre el impacto que las nuevas tecnologías tendrán en su vida, muy por encima de los que no comprenden su alcance (10,7%) o quienes sienten indiferencia (7,3%), miedo o rechazo (4%). Son las conclusiones del informe Feel IT: I Estudio Evercom de percepción tecnológica elaborado por la agencia creativa de comunicación y marketing, en colaboración con Appinio.
El objetivo del estudio de Evercom es comprender qué piensan y sienten los españoles sobre las nuevas tecnologías y la información en torno a ellas. Para ello, se han analizado las respuestas de 850 personas, incluyendo 250 directivos de pymes y grandes empresas. Concretamente, se ha analizado el impacto de cuatro de las nuevas tecnologías con mayor potencial disruptivo en el corto y medio plazo y más presentes en los medios de comunicación hoy: IA, metaverso, criptomonedas y análisis de big data.
Entre las tecnologías analizadas, una genera claramente unas expectativas más positivas entre los españoles. La IA es la única que genera emociones y expectativas positivas en más de la mitad de los españoles (el 66%), por delante del metaverso (49,7%), el análisis de big data (45%) o las criptomonedas (39,5%), siendo estas últimas las que más miedo o rechazo provocan (15%).
Más concretamente, preguntados directamente por cuál de estas cuatro nuevas tecnologías tendrá un impacto más positivo, el 56,5% señaló la IA, seguida de las criptomonedas (16%), el metaverso (13%) y el análisis de big data (6,7%); el 7,8% considera que ninguna tendrá un impacto positivo. Resulta llamativo que las criptomonedas, siendo la nueva tecnología que más miedo o rechazo provocan, sea la segunda opción en este ranking, lo que podría explicarse por el entusiasmo de las personas que las apoyan.
Los aspectos más preocupantes para los españoles provocados por las nuevas tecnologías son la destrucción o precarización del empleo (30,8%), la deshumanización generada en la sociedad y la pérdida de privacidad (ambas en igual medida, 28,3%) o la desigualdad (12%), así como minoritariamente (0,5%) otros aspectos (mal uso de la tecnología o calentamiento global, entre otros).
En cuanto al impacto directo en el empleo, más de la mitad (53,9%) considera que es negativo o muy negativo, destruyendo más puestos de los que generan o precarizando los actuales. Tan solo el 17,7% considera su impacto positivo o muy positivo, creando más empleo del destruido o generando oportunidades cualificadas o mejorando las actuales. Cerca de un cuarto de los encuestados (28,5%) piensa que el impacto es neutro, creando tantos puestos como destruye.
El estudio también analiza el impacto de las nuevas tecnologías en las conexiones humanas y la comunicación, tanto a nivel personal, como laboral: el 47% considera que este es negativo o muy negativo, complicando las relaciones interpersonales o distanciando a sus usuarios, mientras que el 29,1% opina que es positivo o muy positivo y el 23,8%, neutro. Por otro lado, en cuanto al impacto en los más jóvenes y las próximas generaciones, el balance es ligeramente más optimista que pesimista: el 43,1% cree que este es muy positivo o positivo, facilitándoles la vida o presentándoles nuevas oportunidades, frente al 41,6% que considera que es muy negativo o negativo, generándoles problemas para los que no están o estarán preparados.
Las grandes tecnológicas, como Google, Amazon, Microsoft o Apple, en general, han mantenido la percepción que de ellas tienen los españoles (46,2%) en los últimos años; en el 36,2% de los casos, dicha reputación ha mejorado, lo que supone casi el doble de los que señalan que ha empeorado (17,7%).
Las preocupaciones
Preguntados sobre los aspectos que más preocupan de estas empresas, el reparto es relativamente equitativo, siendo su impacto en la privacidad de los usuarios la principal (24,3%), seguido del poder y tamaño acumulado por dichas empresas (22,3%), la precarización del empleo (21,3%), las prácticas comerciales perjudiciales para el usuario, como la obsolescencia (16,5%) o el impacto negativo en la salud mental o cuestiones relacionadas con la falta de desconexión digital (15,7%).
En cuanto a los aspectos más valorados de las grandes tecnológicas, el reparto es más claro: para tres cuartos de los españoles, lo más valorado es, o bien las mejoras en la calidad de vida (alternativas de comunicación, facilitar el teletrabajo, más tiempo libre…, siendo un 41%), o bien su capacidad de innovación (34,5%), muy por delante de la creación de empleo cualificado (13,3%) o los valores transmitidos por las compañías, como estatus o calidad (11,2%).
Claramente, la IA es la nueva tecnología cuyas expectativas los españoles consideran más realistas, dado que, en su opinión (56,5%) se cumplen o se cumplirán en el futuro cercano, en contraposición a las criptomonedas, que es la nueva tecnología cuyas expectativas se consideran más exageradas, con más marketing y promesas que realidad para el 35% de los españoles.
Concretamente, únicamente la IA cuenta con una percepción realista en torno a las expectativas generadas de más de la mitad de los encuestados. Solo un 14,2% las considera exageradas, y un 29,3% se siente confundido por ellas. Respecto al resto de tecnologías, los españoles se sienten o bien abrumados o confusos (por ejemplo, el 46,8 y el 44,8%, en el caso de las expectativas en torno al big data y al metaverso, respectivamente). Las criptomonedas son la nueva tecnología cuyas expectativas se consideran más exageradas, llegando el porcentaje al 35%, más del doble de la IA.
A niveles generales, el 56,5% de los españoles considera que las nuevas tecnologías, en su conjunto, son realistas en cuanto a las expectativas generadas alrededor suyo; el 32,2% admite sentirse abrumado o no capacitado para valorar si dichas expectativas son realistas. Tan solo un 10,3% cree que son exageradas.
Las emociones que la información relativa a las nuevas tecnologías hace sentir a los empresarios son más positivas que para el resto de la sociedad. En ningún caso, para todas las tecnologías analizadas, el porcentaje de empresarios que afirma que tienen expectativas positivas en torno a ellas es inferior al 50%. La nueva tecnología que genera mayor rechazo entre este colectivo, al igual que para el resto de ciudadanos, son las criptomonedas, sin llegar al 10%.
En cuanto a los aspectos que más preocupan a los empresarios, destacan dos: el elevado coste de los proyectos de digitalización en sus organizaciones y la deshumanización del entorno laboral (ambas, 23,1%), seguidos muy de cerca de la dependencia generada por los grandes proveedores tecnológicos (19,5%) y a cierta distancia del impacto en la plantilla, teniendo que abordar potenciales despidos por el impacto de la automatización (15,5%), la inflación salarial y la batalla por retener y captar talento (12%) y la disrupción que supone para el negocio (6,8%).
Finalmente, respecto a las motivaciones detrás de las inversiones tecnológicas en sus empresas, los empresarios afirman que la principal es la necesidad de adaptarse a las demandas de los consumidores (45,8%), seguida muy de cerca del valor añadido que supone para su organización, en forma de nuevas capacidades o desarrollo del negocio (45%), el impacto positivo para la reputación de su marca, en cuanto a imagen, marca y valores (35,1%) y para adelantarse a la competencia (27,1%).
«Hay un clima de desconfianza y temor ante la novedad, en buena parte alimentado por las expectativas frustradas del metaverso tras el poso que ha dejado Meta”, explica Ander Serrano, director de comunicación B2B en Evercom. “En respuesta a la desinformación y el ruido, empresas y administraciones tienen el desafío de visibilizar los beneficios de estas nuevas tecnologías. Las administraciones deben educar para promover un uso responsable, informado y consciente. Las empresas deben formar e impulsar su adopción como clave competitiva”.