La inminente llegada de una recesión, tanto en EE.UU. como en Europa, trae consigo la discusión acerca si es momento de invertir en valor o crecimiento. Sin embargo, Eric Lynch, managing director y miembro del Comité de Inversiones de SCHARF investments, afirma que hay sobrados motivos para resolver la dicotomía si se piensa en las compañías de value.
El experto, que presentó en Miami la estrategia de Valor Sostenible de Scharf representada por iM Global Partners, afirmó que la temporada actual de beneficios evidencia que se avecina una recesión, ya sea con un aterrizaje duro o suave, y esto no es favorable para la inversión pasiva en renta variable.
Sin embargo, Lynch repasó lo ocurrido en la minicrisis del año 2000 y comparó la década del 1990-1999 con el periodo de 2009 a 2022. Si se observan los retornos entre 1990 y 1999, el Russell 1000 growth tuvo mejores rendimientos que el resto de los índices, S&P 500, Russell 1000 Value, Russell 2000 y MSCI EAFE-ND. Los años siguientes (2000-2007), expuso Lynch, la tendencia se revirtió significativamente.
Por un lado, el Russell 1000 growth pasó de mostrar los rendimientos más altos a números negativos, mientras el mismo indicador pero para value lideró las cifras de rendimientos junto al Russel 2000 y el MSCI EAFE-ND.
Utilizando ese razonamiento, Lynch mostró cómo se llega de un lapso de tiempo (2009-2022) de retornos muy positivos para el growth (Russell 1000 growth) y números muy similares a la década 1990-1999 lo que apoya la tesis del portfolio manager de que serán años importante para el value.
Actualmente, los beneficios por acción han bajado un 5% interanual, frente a una estimación del 10% hace seis meses. Este descenso se debe en parte al ciclo económico, pero también a una reversión a la media de los márgenes, comentó.
Además, Lynch señaló que casi todo lo que fue un viento de cola durante la última década se ha convertido en un viento en contra, como la globalización, los precios de la energía, la mano de obra barata, el transporte barato y, sobre todo, el dinero barato.
Haciendo foco en la historia, la firma lanzó la estrategia a finales de los 90 con aproximadamente un 15% de la cartera invertida fuera de EE.UU. en negocios relacionados con la economía estadounidense. Sin embargo, en 2014, la firma creó el fondo global que utilizan hoy, que les permite invertir hasta un 50% fuera de Estados Unidos. Actualmente, tienen alrededor del 40% invertido fuera de EE.UU.
Según la información proporcionada por la empresa, la estrategia de Valor Sostenible de Scharf invierte en franquicias duraderas de alta calidad a precios con importantes descuentos sobre su valor razonable.
Según la presentación de iM Global Partners el margen de seguridad es de baja valoración y menos riesgo. Además, destacan un bajo apalancamiento con modelos de negocio muy apalancados y dependientes de un acceso fácil al crédito barato son vulnerables en el panorama económico actual.
Además la presentación asegura que se busca un crecimiento previsible de los beneficios: la baja sensibilidad al PIB es crítica en una recesión económica o de beneficios.
Por este motivo, iM Global Partners creen en los modelos de negocio de alta calidad y bajo riesgo favoreciendo a las empresas con un alto grado de ingresos recurrentes y productos consumibles no discrecionales. Algunas de las marcas que se destacan dentro de la estrategia son Berkshire Hathaway, Fiserv, Microsoft, Comcast, Oracle, Centene y Markel como servicios con altas tasas de renovación. Por otro lado, los productos de alimentos y medicinas: CVS, Constellation Brands, Johnson & Johnson, McKesson, Novartis y Unilever.
Además, las piezas de recambio y servicios críticos con una demanda resistente: Valvoline y Lockheed Martin y las de normalización post-Covid: Booking, Heineken y Smith & Nephew.
El equipo de inversión trata de lograr una revalorización del capital a lo largo de todo un ciclo de mercado, perdiendo mucho menos que los índices de referencia en los mercados bajistas, asegura la firma.
“El equipo trata de identificar empresas con valoraciones bajas combinadas con beneficios, flujo de caja y/o valor contable constantes y sostenibles”, describe la presentación de Scharf Investments.
Además, se centra en el potencial alcista frente al riesgo bajista de los rangos de negociación históricos y aseguran que las empresas con menor variabilidad del BPA mitigan las caídas.
Scharf confía en una cartera concentrada que “captura oportunidades en grandes y grandes y pequeñas empresas en EE.UU. y en el extranjero”.