El reto para la próxima presidenta de México, o presidente, será reducir al mínimo posible el déficit en infraestructura que le permita al país capitalizar la oportunidad histórica del nearshoring. Este es el contexto en que la gestora Aztlan listó un ETF dedicado a esta tendencia en la bolsa mexicana.
Alejando Garza Salazar, director de inversiones en la administradora, junto con Othón Ruiz Nájera, socio fundador de la compañía, dieron el banderazo de salida al ETF en nearshoring en el Sistema Internacional de Cotizaciones (SIC), de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), y de paso charlaron con los medios de comunicación del país sobre la oportunidad histórica que representa este fenómeno para la economía mexicana.
De hecho, Aztlan señala que el nearshoring se trata de un fenómeno real y no una moda económica. Según sus cifras, de los aproximadamente 36.000 millones de dólares que recibió México el año pasado en Inversión Extranjera Directa (IED), al menos 20.000 millones están ligados de alguna manera al fenómeno.
Debut en el SIC de la BMV
A partir de este martes 5 de marzo, los inversionistas mexicanos podrán invertir en el ETF del nearshoring, mismo que fuera lanzado en la bolsa de Nueva York el pasado 30 de noviembre. Ese mercado es el origen y la razón por la cuál el ETF del nearshoring llega al mercado mexicano por medio del SIC, con un valor de 364 pesos mexicanos y con clave de pizarra NRSH (The Aztlan North América Nearshoring ETF).
Aztlan ha hecho alianzas con entidades formadoras de mercado para darle al instrumento la liquidez necesaria. En este caso, se firmó un convenio con Finamex Casa de Bolsa.
La rentabilidad del ETF ha sido notoria, de acuerdo con las cifras proporcionadas por la gestora. El ETF ha pagado a tasa anualizada un rendimiento de 29,99%, que es 3,3 puntos porcentuales arriba del rendimiento promedio registrado por el índice de referencia S&P500, de 26,34%.
Otro mecanismo relevante que Aztlan, según Garza informó a la comunidad financiera mexicana, es la conformación de la mezcla de empresas ligadas al nearshoring que integran el ETF y determinan su desempeño.
Los especialistas de la compañía han conformado una lista de 60 empresas de Estados Unidos, México y Canadá, de sectores como naves industriales, logística y transporte, centros de datos e infraestructura, que cotizan en bolsa y tienen el potencial de generar rendimientos por su actividad ligada al fenómeno del nearshoring.
De la lista de 60 emisoras, las 30 más rentables y de mayor bursatilidad conforman el índice del ETF del nearshoring. Eso sí, no se trata de un índice estático, ya que se revisa trimestralmente, es decir cuatro veces al año.
Oportunidad histórica para México
¿Cuál deberá ser el principal reto que enfrentará quien suceda al actual mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a partir del 1 de octubre, para capitalizar la que se considera la mayor oportunidad para la economía mexicana en décadas? En entrevista con Funds Society, los directivos de Aztĺan señalaron que el fenómeno del nearshoring tiene ya muchos años, pero en los meses recientes adquirió mayor relevancia por una serie de factores geopolíticos que lo profundizaron.
El nearshoring tiene que ver fundamentalmente con dos factores:
1) La política comercial de Estados Unidos, que busca relocalizar las inversiones y las cadenas productivas en regiones más cercanas a su mercado final de consumo. Incluso por seguridad nacional.
2) La disrupción de la pandemia y la importancia que toma para Estados Unidos tener las cadenas de suministro lo más cerca posible de su territorio.
Este fenómeno ha propiciado otros, como el aumento exponencial de la construcción de naves industriales en EE.UU., algo que ya se empieza a ver en el norte de México. De hecho, en el caso del país latinoamericano existen algunos datos que confirman que el nearshoring es un fenómeno real. Por ejemplo, el primer sitio del país como principal socio comercial de Estados Unidos, alcanzado el año pasado, algo que no ocurría en los últimos 20 años.
La relevancia del nearshoring puede ser de tal magnitud que algunos economistas consideran que podría contribuir con hasta 1 punto porcentual al PIB de México para los próximos años. Otro beneficio potencial sería en la generación de empleos, mismos que podrían duplicarse en los siguientes cinco a diez años respecto a los 1,4 millones anuales que actualmente se generan.
Pero con todo, México necesita hacer mucho más para capitalizar verdaderamente esta oportunidad histórica para su economía. Alejandro Garza y Othón Ruiz explican cuáles son, desde su punto de vista los puntos, que deben fortalecerse o trabajar sobre ellos en la siguiente administración presidencia del país, sea del color que sea, para consolidar las ventajas del fenómeno en la economía.
«Es necesario que la siguiente administración invierta como sector público en la infraestructura necesaria, concretamente en aspectos como generación de energía (ojalá limpia); también en transmisión de energía ya que una buena parte de los cuellos de botella están en la transmisión deficiente e insuficiente de la energía, la Comisión Federal de Electricidad asegura tener capacidad de generación de energía pero no de transmisión», aseguró Ruiz.
«Si el siguiente gobierno, el que sea, quiere que México siga beneficiándose del fenómeno, es necesario que invierta en toda la infraestructura que se requiere, en lo antes mencionado y en otros aspectos como infraestructura de transporte y puertos. Sin esos cimientos, el fenómeno no va a desaparecer, pero se va a ralentizar y se convertirá en cuellos de botella que con la competencia real que existe en la franja fronteriza del lado de Estados Unidos, le quitara a México muchas oportunidades y se habrá perdido una vez más una gran opción», explicó.
Por su parte, Garza expresó: «En este sentido también es muy importante proveer un entorno de bases jurídicas claras, de certeza jurídica. Un dato es relevante y lo dice todo: entre 2014 y 2018 la inversión en energía eléctrica en el país fue de alrededor de 10.0000 millones de dólares, mientras que de 2019 a la fecha solamente se registran 2.000 millones de dólares, igual a un colapso de 80% de la inversión, que no se explica por falta de demanda, sino porque no existen las bases de certeza jurídica necesarias», explicó.