Hong Kong está recuperando su estatus de centro financiero internacional e impulsando su sector de gestión de patrimonios en su conjunto, según el último análisis realizado por Ocorian, proveedor especializado en servicios de fondos, corporativos y fiduciarios.
Las empresas europeas y estadounidenses eligen cada vez más Hong Kong como jurisdicción preferente para sus lanzamientos en Asia, tras años de mirar a Singapur, y los family offices se trasladan de Singapur a Hong Kong.
El impacto de la pandemia del COVID-19 y los disturbios políticos en Hong Kong habían mermado su reputación internacional, pero la situación está cambiando con la apertura de más family offices y la inversión de las empresas en sus operaciones y adquisiciones, afirma Ocorian.
La vuelta a Hong Kong es positiva para Asia en general y para el sector de la gestión de patrimonios y clientes privados, ya que Singapur conserva especializaciones en transporte marítimo, banca privada y gestión de patrimonios, mientras que Hong Kong es el centro neurálgico del norte de Asia y domina la captación de capitales.
En opinión de Ocorian, una de las ventajas de Hong Kong en el sector de los family offices es que las organizaciones pueden operar como tales siempre que cumplan los requisitos legales, mientras que en Singapur las organizaciones tienen que solicitar una licencia para operar como family office, lo que puede llevar entre 12 y 18 meses antes de que puedan abrir sus puertas. «Los inversores internacionales reconocen cada vez más los puntos fuertes de Hong Kong como centro financiero internacional. Objetivamente, es un lugar muy atractivo para posicionarse», señala Robin Harris, director de APAC de Ocorian.
La estratégica situación de Hong Kong en el corazón de Asia la convierte en una puerta de entrada al vasto mercado chino y en un importante centro de conexión con los mercados mundiales. Sus amplias redes con el resto del mundo y la integración financiera con China continental ofrece a las empresas valiosas oportunidades de crecimiento y expansión. La libre circulación de capitales en Hong Kong permite un movimiento eficiente de fondos, lo que la convierte en un destino atractivo para inversores y empresas.
Además, su régimen fiscal sencillo y competitivo, con tipos impositivos bajos y diversos incentivos fiscales, refuerza aún más su atractivo como centro financiero. Desde 2017-2018, se han pasado un poco por alto sus enormes fortalezas y, aunque Hong Kong está ahora más orientado a China continental, se está reposicionando con los inversores occidentales, lo que supone un beneficio para el sector asiático de gestión de patrimonios en general, con la llegada de más empresas extranjeras a la región.