La Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) y Pinsent Masons presentan el primer libro blanco del wealthtech, patrocinado por CecaBank. En este manual, que recoge un profundo análisis sobre el sector en España, incluye una serie de propuestas de cambio para mejorar su regulación, acercar el sector a las autoridades de supervisión y garantizar la protección del usuario.
El sector wealthtech se caracteriza por ofrecer servicios financieros relacionados con el ahorro y la inversión a corto, medio y largo plazo, a través de la tecnología y de nuevos modelos de negocio. Además, “el desarrollo del wealthtech permite que nuevos colectivos puedan disfrutar, gracias a la tecnología, de servicios hasta ahora reservados a los clientes con mayor capacidad económica”, destaca Sebastián Albella, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Como pilares básicos del sector, el libro blanco destaca: la educación financiera, la democratización de los servicios financieros, el ahorro sostenible, el uso de tecnologías disruptivas y la digitalización. Además, apunta a la regulación como uno de los aspectos fundamentales para el mejor desarrollo de las nuevas plataformas de inversión y asesoramiento.
“Las startups wealthtech han llegado para acelerar la educación, mejorar la transparencia, hacer las finanzas más sostenibles, facilitar el acceso a productos y servicios de ahorro y el asesoramiento tanto para los clientes finales, como para las propias entidades financieras”, añade Rodrigo García de la Cruz, presidente de AEFI. En este aspecto, algunas compañías wealthtech han incluido elementos pedagógicos en sus servicios o sistemas de opinión de otros clientes para luchar contra el desconocimiento y atraer a nuevos consumidores.
Al mismo tiempo, estas empresas ayudan a la democratización de los servicios financieros, facilitando la inversión y la entrada en la industria del capital privado a pequeños capitales e inversores o ahorradores. Así, contribuyen a incrementar la inclusión financiera, reducir intermediarios y garantizar mayor transparencia al inversor.
“La democratización financiera proporciona soluciones de manera más rápida y efectiva además de asegurar unos costes más bajos; teniendo siempre en cuenta las necesidades de los clientes. Pero además el uso de la tecnología en el asesoramiento financiero da lugar a la adquisición y conocimiento de un mayor número de datos y, por lo tanto, incrementa el valor de la información proporcionada por los usuarios o clientes”, afirma Asier Uribeechebarría, vocal de la vertical de wealthtech de AEFI.
Además, estas empresas permiten a aquellos clientes con problemas de liquidez invertir a través de ahorro sostenible. Esta nieva modalidad de ahorro emerge como una alternativa los sistemas de previsión social, caracterizados por confluir los sistemas públicos de previsión, los sistemas privados de previsión social complementaria y los sistemas de ahorros a largo plazo, individuales y privados. Junto a esto, el wealthtech permite acudir a sistemas de previsión y ahorro, basados en el consumo, por lo que se convierte, según la entidad, en un soporte idóneo para canalizar el ahorro de cara a la jubilación.
Asimismo, “la cooperación entre entidades tradicionales y las fintech permitirán implementar nuevos modelos de negocios, ajustados a las necesidades del mercado, que desarrollarán unos servicios financieros más accesibles y personalizados que se ajusten al perfil de cada cliente”, subraya Idoya Arteagabeitia, socia de Pinsent Masons.
Por otro lado, el libro blanco de wealthtech apunta a la regulación como uno de los aspectos fundamentales para el mejor desarrollo de estas plataformas. La Comisión Europea y la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) publicaron en 2018 sus planes de acción, donde fijaban una hoja de ruta hasta mediados del año 2019. Asimismo, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos elaboró un informe sobre financiación no bancaria, fintech e innovación a modo de introducción de la regulación y armonización de la tecnología financiera.
En España, la regulación sectorial del mercado de valores es indiferente a la tecnología que empleen los diferentes agentes involucrados: entidades, mercados o inversores. Lo importante es si la actividad que realiza la empresa fintech se considera dentro del ámbito de los servicios de inversión o está sujeta a alguna otra reserva de actividad como, por ejemplo, las plataformas de financiación participativa. En estos casos, independientemente de la tecnología utilizada, la empresa necesitará la correspondiente autorización y registro, además de estar sujeta posteriormente a supervisión para operar en el mercado español. Además, en función del modelo de negocio que desarrollen, y en el supuesto de que este coincida con el propio de una actividad regulada, las entidades wealthtech deben contar con autorización y licencia previa para iniciar su actividad y poder prestar sus servicios.
“En este escenario, resulta absolutamente prioritaria la inmediata aprobación del sandbox regulatorio: el espacio controlado de pruebas para nuevos modelos de negocio que aún no están protegidos por una regulación vigente y supervisados por las instituciones regulatorias”, asegura la entidad en un comunicado. Este sandbox permitirá sincronizar el cumplimiento de las regulaciones financieras al crecimiento y los ritmos de las empresas más innovadoras, de tal forma que queden protegidos tanto las entidades como los consumidores. Así, se creará un entorno seguro en el que puedan aprobarse innovaciones tecnológicas en el ámbito financiero antes de su comercialización, bajo la supervisión de entidades competentes, y otorgando máximas garantías a los participantes.
Durante la presentación del libro blanco Albella destacó la apuesta del regulador con iniciativas como el Portal fintech e hizo una valoración positiva del proyecto de creación del sandbox aprobado ya por el gobierno. “En España hay talento en calidad y en cantidad suficiente para participar en el desarrollo del sector sin ningún tipo de complejo y la CNMV, como supervisora de los mercados, quiere contribuir a que nuestro país destaque en innovación wealthtech aplicando tres principios básicos: neutralidad tecnológica, proporcionalidad e integridad del mercado”, asegura Albella.
Por otro lado, esta iniciativa permitirá una comunicación más ágil con las autoridades y la seguridad jurídica, a través de un canal directo entre empresas y autoridades financieras. Además, se prevé la publicación de informe anual sobre la aplicación de nuevas tecnologías derivado de la propia función de supervisión que se exige en base al cumplimiento de las obligaciones contenidas en la normativa.