JP Morgan Chase advirtió a sus clientes argentinos que cuenten con fondos no declarados que deben participar en el programa gubernamental de amnistía fiscal o correrán el riesgo de perder sus cuentas.
El presidente argentino, Mauricio Macri, anunció una amnistía fiscal en mayo para recaudar fondos no declarados por ciudadanos argentinos, con el objetivo de ingresar dólares en la economía y financiar un fondo especial para pagar jubilaciones mal liquidadas y establecer una pensión universal para la vejez.
El pasado 31 de octubre venció el plazo que el programa de amnistía establecía para abrir una cuenta bancaria especial, en la que los argentinos deberán depositar antes del 21 de noviembre el efectivo no declarado. El 31 de marzo será la fecha de cierre del programa, en la que aquellas partidas que no tributaron serán sometidas a una multa del 15% por una única vez.
Otra modalidad disponible para los evasores fiscales argentinos con activos no declarados fuera del país es participar en las emisiones de cerca de 8.000 millones de dólares de bonos que el gobierno vende a través de la agencia fiscal del país (3.000 millones de dólares en bonos a tres años que no paguen interés y unos 5.000 millones de dólares en bonos con vencimiento en 2023 que paguen un 1% de rendimiento).
Según datos recopilados por el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (CEFIDAR), en el año 2012, los argentinos mantenían cerca de 400.000 millones de dólares en activos offshore. Según cálculos de la Red de Justicia Fiscal para Latinoamérica y el Caribe, este número podría incrementarse hasta los 500.000 millones de dólares, cantidad próxima al producto interior bruto anual del país. El acuerdo de intercambio de datos que comenzará en 2017 hará más difícil que los argentinos puedan continuar evadiendo capitales en el exterior.
“Esperamos que el plan de amnistía fiscal sea muy exitoso” comentó Alejandro Guevara, responsable de la división de cobertura bancaria de JP Morgan en Latinoamérica, en declaraciones a Bloomberg. Guevara estima que el gobierno puede generar entre 8.000 y 10.000 millones de dólares de ingresos a través del programa. “Estas entradas de flujo aliviarán el déficit fiscal y reducirán las necesidades de capital, lo cual es algo sobre lo que los inversores realizan un seguimiento”, comentó. “Esperamos que el mercado de deuda sea igual de receptivo y abierto para Argentina en el próximo año”, concluye.