El vaso del crecimiento global está “medio lleno”, según JP Morgan Asset Management: aunque ha perdido algo de momentum, el ritmo de deterioro se ha ralentizado, se mantiene en torno a su tendencia media y sigue habiendo muy poca probabilidad de que se produzca una recesión. A esto se une que la postura más suave de los bancos centrales parece estar aquí para quedarse. Si, además, se apuesta por la duración en los mercados de bonos, este año existe “un entorno muy positivo para la renta fija”.
Así lo ve Marika Dysenchuk, especialista de producto de renta fija flexible de la gestora, que apunta que esa ralentización del crecimiento se ha debido, sobre todo, a los mercados desarrollados, lo que hace que persista la búsqueda de rentabilidad, particularmente en Europa. En un evento en Madrid, destaca que, tras haber tocado fondo, los datos son cada vez menos negativos y, este año, ya están viendo algunos muy positivos para la renta fija.
Contribuye a ello la postura más prudente de los bancos centrales, que, a su juicio, va a mantenerse durante los próximos meses. La clave para que esto no cambie reside en la inflación: “hemos visto una fuerte recuperación en los mercados financieros y esperamos que los bancos centrales mantengan una postura acomodaticia, vinculada a la inflación”. Por eso hace especial hincapié en la necesidad de prestar atención a dicho indicador en Estados Unidos, ya que el aumento de los salarios podría darle un impulso, algo que, en su opinón, no debería hacer que la Fed cambiara su política monetaria.
Dysenchuk insiste en que esta postura más relajada de los bancos centrales genera el mejor entorno posible para la renta fija. “La duración es ahora tu amiga”, afirma. Por eso destaca los dos fondos que componen su estrategia “unconstrained” (ilimitada) en renta fija: el JPM Global Strategic Bond Fund, con una duración de 1,6 años y 2.800 millones de euros en activos bajo gestión, y el JPM Global Bond Opportunities Fund, con una duración de 4 años y 7.100 millones de euros en activos.
El primero es de retorno absoluto, mientras que el segundo apuesta por el retorno total, lo que hace que tenga que transitar un terreno “más irregular”. Ambos son dinámicos y engloban a 15 sectores de 15 países.
Después del “desafiante” cuarto trimestre de 2018, Dysenchuk apunta que ha habido una clara recuperación de numerosos activos en lo que va de año, como en el high yield o la deuda emergente. “Hay que tratar de beneficiarse de ello y asegurar parte de las ganancias”, señala antes de revelar que la asignación de activos ha cambiado un poco en su estrategia para tratar de aumentar la calidad. Por ello, se ha reducido un poco el peso del high yield y se ha aumentado el de los bonos con grado de inversión.
Dysenchuk se dirige a aquellos inversores más cautelosos que se estén preguntando si se han perdido la puerta de entrada para aprovechar este repunte del mercado. “Pensamos que no: todavía hay potencial y el rendimiento siempre es un buen indicador de los retornos futuros. Ya se ha hecho el dinero fácil, ahora hay que buscar el carry”, declara.
Oportunidades en emergentes
Dysenchuk llama la atención sobre el atractivo de los mercados emergentes y, en concreto, de China. Las medidas de estímulo del Gobierno ya se han empezado a notar en la economía local, pero, advierte, todavía no han repercutido en el resto del mundo.
Su visión la comparte Diana Kiluta, gestora de renta fija emergente de JP Morgan AM, que apunta que el país asiático parece estar yendo “en la buena dirección” después de que su crecimiento sufriera una fuerte desaceleración el pasado año, potenciada por la guerra comercial con Estados Unidos y el consiguiente freno de las inversiones. Pero, como habían solicitado los inversores, las autoridades están haciendo frente a los desafíos para frenar la ralentización.
El crédito, que se había visto muy impactado por la situación económica en 2018, también ha empezado a recuperarse de forma significativa. “Una recuperación en el crédito suele conllevar una recuperación en la demanda de manufacturas y, finalmente, una recuperación en el crecimiento global”, apunta Kiluta. Por eso, en su opinión, el resultado positivo de las medidas del Gobierno chino comenzará a verse en el resto del mundo en la segunda mitad del año.
Asimismo, recuerda que, el pasado año, los mercados emergentes estuvieron muy desafiados por la subida de tipos de la Fed y la guerra comercial. Por eso, ahora, “lo más importante para estas economías es el crecimiento”. Tras las caídas de 2018, los emergentes están volviendo a ser atractivos para los inversores. En este entorno, Kiluta ve importante favorecer el espacio de la deuda en divisa local a través del JPMorgan Funds – Emerging Markets Local Currency Debt Fund.
La clave, a su juicio, reside en apostar por estos productos vigilando el riesgo de forma muy rigurosa para evitar errores y mirando más allá del índice de referencia para encontrar valor. “Nos gustan los mercados como Nigeria y Ghana porque no tienen beta y su rentabilidad es mucho más alta”, afirma.