El desarrollo sostenible es un asunto que cada vez interesa más a las empresas y, por ende, a los fondos que invierten en ellas. De hecho, a juicio de Hamish Chamberlayne, gestor del Global Equity SRI Strategy de Janus Henderson Investors, la sostenibilidad se está convirtiendo en una parte importante de la estrategia de negocio y el rendimiento empresarial. “Cuando analizas las tendencias de inversión a nivel global como la electrificación en el transporte, vemos un gran impacto tecnológico que creemos que se va a acelerar en los próximos diez años”, explica durante este encuentro con periodistas en Londres.
Para este experto hay varios riesgos que amenazan la sostenibilidad y que se han convertido en tendencias de inversión. Entre ellos señala no solo las infraestructuras sostenibles (ciudades y transporte inteligente) sino también la gestión del agua, el reciclaje o los seguros, por los riesgos que comporta el cambio climático o la longevidad con la salud y el bienestar como uno de las tendencias de los últimos años. “Cuando miramos las compañías de nuestro portfolio vemos líderes globales en sostenibilidad e intentamos diversificar globalmente nuestra cartera con las mejores compañías de cada sector, que sean líderes en lo que están haciendo”, afirma.
Para este gestor, una de las cuestiones importantes es que hay muchos acrónimos en este tipo de inversión como ESG o “Best in Class” que pueden tener diferentes significados. “Lo que realmente hay que tener claro es cómo definimos la sostenibilidad. En nuestro caso la sostenibilidad es nuestra estrategia de inversión, nuestro marco de referencia”.
Por eso destaca que hay una mala percepción sobre este tipo de inversión. “Las personas se preocupan por aquello en lo que no inviertes como las compañías de defensa o tabacaleras, pero no se interesan por la parte activa de la inversión. La realidad es que cualquier gestor activo tiene como mucho 100 empresas en su portfolio, así que todos los gestores tienen que dejar fuera a muchas empresas y cada uno tiene su forma de hacerlo. Nuestra forma de hacerlo es recortar el universo de inversión y encontrar ideas de inversión desde la óptica de la sostenibilidad”, explica el experto.
En este sentido, confían en que la mayor rentabilidad provendrá de las compañías que desarrollan soluciones para las grandes cuestiones medioambientales y sociales. “Estas son las empresas que estamos viendo una creciente demanda de sus productos y servicios, compañías que tienen un atractivo de sostenibilidad y financiero”.
Más allá de las energías renovables
A esa errónea percepción de la inversión sostenible que solo presta atención a lo que queda fuera del universo de inversión, Hamish añade otra y es la apuesta por las energías renovables. En su portfolio, Chamberlayne sólo destina un 3% a este tipo de compañías porque, a su juicio, “si quieres un mundo sostenible tienes que invertir en diferentes tipos de sectores y compañías”.
Pero también hay otra explicación y es que reconoce que no encuentran muchas oportunidades atractivas de inversión en energía eólica y solar debido a los precios. “No es aconsejable invertir en un sector donde hay deflación. No vemos unos retornos atractivos y sostenibles en las energías renovables”. Chamberlayne pone el foco en la descarbonización. “Cada vez que busco una inversión que elimine el carbono de nuestra cartera, se atribuye a cuestiones morales y éticas, pero esto es un argumento muy simple. Esta será la gran disrupción de la próxima década”.