Los ETFs activos representan todavía solo el 6% de todo el mercado de ETFs, pero al mismo tiempo se han convertido en el segmento de más rápido crecimiento: solo en 2023, los ETFs activos atrajeron el 20% de las suscripciones netas de todos los fondos cotizados. Además, estos vehículos han crecido a una tasa anualizada del 51% en la última década, el doble de la tasa de adopción del conjunto del universo de ETFs, que crecieron a un ritmo del 24% en los últimos 20 años, hasta alcanzar un valor de mercado que sitúan en J.P.Morgan AM en 12 billones de dólares. En la firma proyectan que el patrimonio gestionado para el total de ETFs alcanzará los 20 billones para 2027.
La gestora ha basado su estrategia de inversión en ETFs desde el principio en convertirse en líder dentro de la franja de ETFs activos, y no oculta sus planes para seguir a la cabeza en esta carrera; su CEO, George Gatch, ha anunciado recientemente el objetivo de alcanzar el billón de dólares de activos gestionados en ETFs activos para 2029.
Cabe destacar que el patrimonio actual de J.P. Morgan AM en este segmento es de 164.000 millones de dólares, repartidos en 113 ETFs activos, por lo que llegar al billón en cinco años puede parecer un plan ambicioso, pero tanto Travis Spence, director de distribución de ETFs de J.P.Morgan AM para EMEA de la firma, como Philippe El-Asmar, director de ETFs para APAC, muestran su entusiasmo para acometer la tarea. Ambos expertos destacaron en el marco de un foro celebrado recientemente por la gestora en Londres algunos de los hitos de J.P.Morgan AM en esta parte del negocio; por ejemplo, ya cuenta con el mayor ETF activo de renta variable global, el mayor ETF activo de renta fija global (un producto de duración ultra corta que utilizan muchos de sus clientes institucionales para la gestión de su liquidez) y el mayor ETF activo del espacio UCITS.
Motores de crecimiento
Para los expertos, son tres los motores que están impulsando esta demanda creciente de ETFs tanto activos como pasivos por parte de los inversores. El primer motor es la creciente adopción de esta clase de instrumentos por parte de toda clase de inversores gracias a sus cualidades de sobra conocidas, como son la transparencia, la eficiencia o los bajos costes.
En este sentido, desde la gestora anticipan una mayor adopción de ETFs (tanto activos como pasivos) en los próximos años, especialmente en formato UCITS y en la región APAC, donde el uso de esta clase de instrumentos no es tan generalizado como en EE.UU. “Como norma, los ETFs duplican sus activos bajo gestión cada cinco años. Sin embargo, en algunos mercados asiáticos pueden llegar a triplicar su crecimiento”, indicó El-Asmar por una parte. Por otra, Spence añadió que, en el espacio UCITS, la expectativa es que el patrimonio pase de 1,8 a 3,5 billones de dólares para 2027 gracias a una mayor adopción de ETF por parte de inversores minoristas. Detrás de este aumento de la demanda Spence sitúa el auge de roboadvisors y neobancos en la eurozona principalmente.
El segundo motor es el propio crecimiento de los ETFs activos. Spence y El-Asmar hablan de que muchos inversores están incorporando esta clase de instrumentos para organizar su cartera por “building blocks”, asignándole un uso principalmente estructural, no táctico. Según datos de la encuesta Trackinsight Global ETF Survey, el 84% de inversores en ETFs de todo el mundo ya emplea ETFs activos y el 72% planea incrementar su asignación a ETFs activos en los próximos dos a tres años.
Los expertos también constataron que en los últimos años numerosas firmas han optado por convertir estrategias de sus fondos mutuos de gestión activa en ETF activos para poder hacer dichas estrategias más atractivas a los ojos de los inversores, atrayéndolos gracias a la cualidad de liquidez intradiaria y las bajas comisiones. Spence explicó que inicialmente muchos gestores fueron reticentes a esta conversión por la obligatoriedad de publicar todas las posiciones a diario, pero que poco a poco han dado más valor a la cualidad de transparencia que aportan los ETFs, de modo que la industria ha ido evolucionando en el tipo de productos: por un lado los ETF pasivos, que ofrecen una exposición general a índices, y por otro lado los ETFs activos, que ofrecen exposición a carteras más concentradas y de alta convicción.
Finalmente, el tercer motor de crecimiento que anticipa J.P.Morgan AM es el mayor apetito de los inversores por ETFs de renta fija, y aquí los expertos consideran que el enfoque activo aplicado a los ETFs (que ven como un envoltorio, o como simplemente un vehículo donde dar otro formato a sus estrategias activas) puede ser el más atractivo a ojos de los inversores frente al enfoque pasivo, dado que la inversión genérica en índices de renta fija termina por exponer al inversor a las compañías más endeudadas, mientras que un enfoque activo permite elegir a compañías con mejores fundamentales, corregir distorsiones de precios causadas por ejemplo por la presencia de un gran comprador (bancos centrales, gobiernos), mejorar la diversificación, poder ajustar la exposición a lo largo de todo el ciclo económico e incluso añadir consideraciones ESG. De hecho, citando a la encuesta de Trackinsight, desde la firma constatan que un 55% de inversores que ya compran ETFs prefiere un acercamiento activo para invertir en renta fija con esta clase de vehículos.
Como resultado, el número de lanzamientos en ETFs activos ha sido superior al de ETFs de gestión pasiva en 2020, tendencia que J.P.Morgan AM espera que se prolongue en los próximos años, de ahí que Spence concluya: “Los ETFs activos siguen desafiando a la gravedad”.