Para Íñigo Escudero, Head of Iberia, LatAm, US Offshore, Israel Distribution en Invesco EMEA, si hay una expresión que resume la evolución de la industria en los 30 años que la firma lleva en el mercado español es “crecimiento exponencial”. Tres décadas también de crecimiento para la gestora que actualmente gestiona 36.000 millones de euros en España con un equipo de 24 personas que atiende desde sus oficinas de Madrid a 21 países.
Durante el evento de celebración de su 30 aniversario en España, Escudero hizo un breve balance de cómo ha cambiado el mercado nacional y destacó que, en su opinión, un momento clave para la industria fue la introducción de la arquitectura abierta. “Tras la última crisis financiera, los clientes necesitaban productos más eficientes y transparentes, algo que vino a cubrir la oferta de ETFs. Y ahora, estamos ante un mercado maduro, con importantes retos de cara al futuro”, añadió durante su intervención.
Para hablar de estos retos, Invesco compartió protagonismo con CaixaBank, Santander, BBVA e Inverco, quienes analizaron también cómo ha cambiado la industria. En este sentido, Juan Llamas, director de Negocio de Banca Privada de CaixaBank, destacó que la finalidad del negocio no ha cambiado estas últimas tres décadas y se reafirmó en que su misión sigue siendo “contribuir al cliente y a la sociedad”.
“La llegada de las gestoras internacionales fue un hito para pasar del producto propio y abrirnos a nuevos productos y a pensar en el gestor como un equipo, no como algo individual. Estamos en un momento en el que el talento es importante y gracias a ello, los grandes bancos comerciales españoles están al mismo nivel que los internacionales. En estos años también hemos avanzado respecto al cliente, que ha evolucionado y muestra una mayor educación, por lo que es más fácil entender lo que quiere”, añadió Llamas.
Coincidiendo con la visión de Escudero, para Pedro Más, CEO de Santander Private Banking Gestión, la llegada de los ETFs al mercado español fue clave. “Este tipo de vehículos es una realidad que va a ir creciendo, ya que tenemos que buscar soluciones de inversión que tengan costes razonables, una gestión global y proporcionen diversificación. No compro ese mensaje de que los ETFs vayan a desvirtuar. Son una magnífica herramienta para completar la gestión de las carteras y las necesidades de los inversores y, como gestores, nos permite buscar alfa”, afirmó Más.
Tras el fenómeno de los ETFs, estos profesionales de la industria consideran que los activos privados son una de las tendencias actuales más significativas, en particular el private equity, el real estate y las infraestructuras. “Es necesario un esfuerzo pedagógico y mucho asesoramiento para acercar esta clase de activos a los inversores. Los mercados privados representan, generalizando, un 2% en las carteras. En el caso de los family offices y los grandes patrimonios, este porcentaje llega al 8%. Yo creo que lo ideal sería estar en torno al 10%, pero para lograrlo es necesaria educación financiera y asesoramiento”, insistió Más.
Legislación y tecnología
Según la experiencia del director de Negocio de Banca Privada de CaixaBank, hay dos factores que marcan la industria ahora mismo: la regulación y la tecnología. Una visión que reconocieron compartir el resto de los invitados a la charla. “Antes se veía la regulación como un enemigo, pero yo creo que es todo lo contrario. Está ayudando a acercarnos al cliente, a ser más transparentes y a educar al cliente. Por ejemplo, MiFID II nos ayudó con la transparencia, los costes y a poner en valor lo que hacemos. Mientras que RIS (Retail Investment Strategy) pone en valor el asesoramiento y la gestión discrecional”, apuntó Fernando Ruiz, director de Banca Privada de BBVA en España.
A raíz de esta reflexión, Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco, añadió que esta regulación debe ser “consistente, razonable y estimulante”, ya que la inversión privada está llamada a jugar un papel determinante en la transformación hacia una economía más sostenible en la UE. Según Llamas, la regulación también está facilitando la labor del banquero al establecer un marco de negocio claro. “Es importante que la regulación ayude a evitar el conflicto de intereses. No podemos tener una industria que viva de los reits”, comentó.
Además de la regulación, Llamas apuntó que la tecnología se ha convertido en la otra clave del desarrollo del negocio. En su opinión, esta está permitiendo acompañar al cliente de forma más eficiente y dotar al usuario de herramientas, además de permitir salvar el gap que existe entre la estrategia y la ejecución. “Todo ello nos marca un futuro en el que habrá una segmentación más avanzada de la que tenemos ahora y también en la que se aplique la inteligencia artificial”, añadió el director de Negocio de Banca Privada de CaixaBank.
Sobre este proceso de digitalización de la industria, Ruiz insistió en que la tecnología es un aliado del banquero. “Ya hemos superado el debate de que la tecnología iba a sustituir al banquero. Creo que esta tiene mucho que aportar en cuestión de gestión del riesgo, control y sobre todo en mejorar la relación con el cliente, por ejemplo, facilitando la firma de documentos o la información que se les proporciona. Es importante que sepamos buscar el equilibrio entre la frialdad de la tecnología y la personalización”, argumentó el director de Banca Privada de BBVA en España.
Aprendizaje vital
Al igual que Invesco, todos los que hemos cumplido 30 años sabemos que es un momento para recoger lecciones vitales. En esta ocasión, la gestora invitó a Roberto Canessa, superviviente de la tragedia aérea de los Andes en 1972 y que ha inspirado la película La Sociedad de la Nieve, ganadora de 12 Goyas este año, a compartir sus experiencias y reflexiones.
En una inspiradora y motivadora charla, Canessa invitó a los asistentes a “no esperar a que se te caiga el avión para valorar todo lo que tienes”, y recordó el valor de la vida, ante la sensación de insignificancia que el entorno y las circunstancias a veces nos imponen. Con un alentador mensaje optimista, destacó lo importante que es tener claro “el porqué” y la motivación, para poder ser creativos y activos en el “cómo” lograr esos objetivos. Un mensaje lleno de vida para seguir caminando, como mínimo, otras tres décadas más.