Según Invesco, las estrategias de inversión respetuosas con el clima seguirán despertando interés en 2024. Así se mostró en el último evento europeo de Invesco titulado “Materias primas: la última frontera de la inversión climática”, donde sus expertos debatieron las oportunidades y dificultades que afrontan actualmente los inversores para diversificar sus carteras con materias primas, teniendo en cuenta las cuestiones ESG y más concretamente, las relacionadas con el clima.
“Este año veremos a los inversores adoptar enfoques climáticos más específicos. Eso incluye analizar los datos para armonizar la estrategia de inversión con la subida de temperaturas, la consideración de las posibles oportunidades y riesgos de la transición climática, y cómo se incorporan estas consideraciones en el conjunto de las carteras. Esto no afecta sólo a las exposiciones a renta variable convencional, donde este proceso se encuentra en una fase más avanzada, sino también a ámbitos en los que resulta más difícil de integrar, tales como la deuda pública, los fondos de renta variable sectoriales o incluso las materias primas”, señaló Laure Peyranne, Head of ETFs Iberia, LatAm & US Offshore en Invesco.
Los ponentes señalaron que, tradicionalmente, los inversores han mantenido poca exposición a materias primas y, por consiguiente, puede que no se hayan beneficiado de sus posibles cualidades de diversificación, protección ante la inflación y potencial alcista. Sin embargo, tras los acontecimientos de los últimos años, esto está empezando a cambiar. Según afirmó Laure Peyranne: “Recordemos que la crisis financiera mundial empujó a las materias primas a un fuerte mercado bajista, sin embargo, desde el COVID-19 hemos presenciado un radical repunte de la inflación, y las materias primas han cumplido su función de posible cobertura frente a esta. También hemos asistido a una escalada de las tensiones geopolíticas, con acontecimientos bélicos que limitan la oferta y elevan los precios de la energía».
Los inversores han mantenido una baja exposición a materias primas durante años y en ese tiempo se ha acelerado la transición ecológica. Dado que las materias primas son cruciales para facilitar la transición — por ejemplo, un vehículo eléctrico requiere cuatro veces más cobre que uno de gasolina o diésel— la oportunidad de inversión resulta cada vez más atractiva.
En este sentido, Peyranne comentó: “En los últimos años, la inversión responsable en las carteras ha ido creciendo, demostrando el interés real por alinear las inversiones con los valores de sostenibilidad. Además, los estándares y expectativas en la industria son cada vez más estrictos, lo que resulta en regulaciones más estrictas y complejas que pueden ser difíciles de manejar. Nos parece importante guiar a nuestros inversores a través de este paisaje complejo y aprovechar las oportunidades creadas por un mundo cambiante”.
Incluir la dimisión climática
“Hay muchas formas de incorporar la dimensión climática a la inversión en materias primas, pero los fondos cotizados proporcionan la exposición directa más sencilla», señaló la responsable de ETFs. «Se puede obtener exposición indirecta a materias primas invirtiendo en acciones de productores e incorporar una dimensión ESG participando en las reuniones de las empresas e influyendo para lograr un impacto positivo. O también se pueden poseer físicamente las materias primas imponiendo restricciones responsables a la cadena de suministro, aunque por lo general este enfoque sólo se puede aplicar a los metales preciosos y puede suponer un mayor coste», añadió.
Según explicó, su solución de ETFs radica en dar una sobreponderación a las materias primas que implican procesos de producción menos intensivos en carbono e infrapondera aquellas que emiten más carbono en su trayecto hasta la puerta de la fábrica, ofreciendo una exposición líquida y directa, y conforme con el artículo 8 del SFDR (siglas en inglés de Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles).
Desde Invesco consideran que las materias primas suelen funcionar en súper ciclos y todavía nos encontramos en los primeros compases de un mercado sólido para esta clase de activos, donde es probable que la demanda de oro siga siendo fuerte y que los precios de la energía se mantengan elevados a consecuencia de las tensiones geopolíticas. Pero más allá de eso, las oportunidades que ofrece la transición ecológica son mucho mayores, ya que aumentará la demanda de metales industriales, por ejemplo para los vehículos eléctricos.
“En Invesco, nuestro compromiso con la inversión sostenible es un elemento clave de nuestra ambición de centrarnos en las necesidades de nuestros clientes. La creación de valor a largo plazo y la mitigación eficaz de los riesgos son fundamentales para alcanzar sus objetivos de inversión. Por esto, ofrecemos una amplia gama de ETFs sostenibles y de materias primas, que ayudan a nuestros clientes a expresar sus prioridades en varias clases de activos y con diferentes objetivos”, concluyó Peyranne.