Mantener la cautela y la paciencia, ese parece ser el mantra de muchos expertos y la principal recomendación que consideran que deben seguir los inversores. El COVID-19 continúa expandiéndose, ya hay casi 3 millones de casos en el mundo y el miedo y la incertidumbre que provoca la pandemia se ha reflejado en las bolsas de todo el mundo. Sin embargo, a pesar de la excepcionalidad de la situación, son muchos los expertos que localizan oportunidades.
“El inversor puede ser muy bien recompensado si es paciente”
Para Chris Gannatti, director del equipo de análisis en WisdomTree, sería incorrecto asumir que la pandemia del coronavirus ha quedado totalmente atrás, ya que no hay una cura definitiva. «Muchos países del mundo siguen enfrentando dificultades. Los mercados pueden ver más reducciones. Sin embargo, para aquellos con paciencia, la sociedad y los mercados saldrán de estos problemas», añade.
Una de las principales oportunidades que localiza son los servicios de la nube (Cloud Computing). “Las acciones, en este espacio en particular, han visto un catalizador masivo para su adopción, por ejemplo, ya que muchas personas han trabajado desde casa durante largos períodos. La comodidad con la nube, en cierto modo, nunca ha sido mayor, y ciertas empresas como Zoom Video Communications han visto un increíble crecimiento de usuarios en un período muy corto de tiempo”, apunta.
Nick Payne, responsable global de mercados emergentes en Merian Global Investors, considera que “las valoraciones han llegado a un punto en que el inversor puede ser muy bien recompensado si es paciente”. Para la gestora, los principios se basan en apostar por empresas con gran retorno de capital, fuertes barreras de entrada para competidores y capacidad de crecer reinvirtiendo. En este contexto, ponen de ejemplo a Bank of Georgia, Alibaba y Tencent, o los bancos asiáticos HDFC y BCA.
Por su parte, desde Bestinver explican su visión recordando la frase de la Guardia Civil “paso corto, vista larga”. “No se puede decir más en menos palabras. Prudencia en el corto plazo, pero sin olvidar nuestros objetivos a largo plazo”, aclara Beltrán de la Lastra, director de inversiones de la entidad. «En Bestinver hemos hecho del conocimiento, la prudencia y la paciencia los tres pilares de nuestra filosofía de inversión. Esta prudencia se manifiesta hoy en tres aspectos clave: la liquidez, la calidad de las compañías y la diversificación”, añade.
Sin embargo, pensando en “la vista larga”, desde la entidad recuerdan que no pueden dejar de lado que su objetivo sigue siendo generar rentabilidades atractivas a largo plazo. “La situación estos días es francamente compleja. Tenemos, sin duda, que soportar una situación muy delicada desde el punto de vista humano. Además, nos vemos en la obligación de tomar decisiones sobre nuestros ahorros. Y no podemos hacerlo de otra forma, que como siempre, teniendo en cuenta el horizonte temporal. ¿Ustedes dejarían los próximos cinco o diez años el dinero en una cuenta corriente? Posiblemente es la mejor solución para los que no puedan soportar la volatilidad de estos meses. Pero en el escenario económico que nos encontraremos post-crisis, con posiblemente una inflación elevada, no parece lo más acertado».
En este sentido, advierte que el dinero perderá su valor tan rápido como lo hizo en los períodos de inflación que todos hemos conocido. «En ese entorno, nuestro dinero debe estar invertido, preferentemente, en activos reales como las acciones, que nos protegerán de la inflación”, recomienda.
Para Joyce Gordon, gestora de Capital Group, la clave para mantener la calma es evitar consultar el mercado todos los días. «Eso solo provoca más ansiedad. Momentos como este pueden ser desconcertantes, pero recuerde que el precio de las acciones solo es relevante cuando compra y cuando vende», explica. Su compañera Jody Jonsson considera que hay mucha ansiedad y miedo en el mercado. «Me parece importante inclinarse hacia el otro lado cuando el sentimiento se descompensa. Ante tanta negatividad, intento dar cabida a la posibilidad de sorpresas positivas. Quizás la situación actual no sea tan mala como parece, o quizás logremos resolver esto. Quizás el tradicional ingenio científico dé con algunas soluciones formidables. Pero lo fundamental es no perder de vista el largo plazo y ver esta recesión como una oportunidad para invertir en determinadas compañías de calidad a precios atractivo», aconseja.
Capacidad de ahorro, tiempo y riesgo: los tres aspectos que los inversores tienen que tener en cuenta
Para Francisco Quintana, director de estrategia de inversión de ING España, el inversor minorista debe «hacer los deberes», y tiene que hacer una estimación de tres aspectos. Primero, capacidad de ahorro: ¿qué tasa de ahorro se puede permitir? Segundo, tiempo (para qué está ahorrando: jubilación en 20 años, la entrada de un piso en 3 años, la universidad de los niños en 10 años, etc). Y tercero, capacidad de aguantar el riesgo.
«Da igual que un inversor tenga mucho dinero y un horizonte de inversión a largo plazo si es incapaz de soportar el estrés de sufrir pérdidas en el corto. En función de las respuestas, la estrategia pasará por una combinación de estas opciones: dejar el dinero en la cuenta corriente, buscar algún producto de renta fija con algo de riesgo para generar algo de retorno, una inversión ilíquida, que tiene un coste mucho mayor y otro tipo de riesgos asociados, una cartera de bolsa de un perfil que se adapte al inversor, o una combinación de los anteriores. En la parte de bonos y acciones, los productos indexados nos pueden ayudar a obtener máxima diversificación con costes muy ajustados», detalla.
El mundo digital y el sector de la salud
La encuesta mensual de selectores de fondos de inversión realizada por Natixis Investment destaca que los sectores preferidos para el futuro son principalmente tres: tecnologías de la información, salud y finanzas. Los selectores de fondos también indican su preferencia por la gestión activa y señala la inversión pasiva como una fuente de «volatilidad» que «exacerba los riesgos sistémicos». Algo con lo que Giorgio Semenzato, director de Finizens, discrepa: «la gestión humana está expuesta a un margen de error mucho mayor ante los eventos imprevistos que al que están expuestos los algoritmos de gestión pasiva”.
Según un análisis de Edmond de Rothschild AM, las empresas biotecnológicas desempeñarán un papel clave en el apoyo a las estrategias gubernamentales para salir de la crisis, donde la capacidad del sector para innovar y desarrollar soluciones para este enorme cambio de paradigma será fundamental para ayudar a nuestras sociedades a hacer frente a un mundo pos-pandémico.
Mark Nichols y Mark Heslop, del equipo de Jupiter European Growth Strategy, también destacan tres áreas donde algunas empresas podrían beneficiarse a largo plazo: diagnóstico clínico, la industrialización de la cadena alimentaria y el mundo digital (vs. el mundo físico). Asimismo, considera que los sectores con mejor desempeño han sido las áreas defensivas tradicionales de salud, telecomunicaciones y productos básicos y los más débiles los viajes, petróleo, seguros y bancos, todos reducidos entre un 40% y un 50%.
Para Quintana, encontrar valor en este «momento turbulento» es lo más complicado, y depende de la fase de la crisis. «En la primera fase el valor ha estado en los pocos sectores que se han beneficiado de la pandemia: los fabricantes de material sanitario y protección, y la distribución de alimentos y productos del hogar. Estos beneficios extraordinarios no durarán mucho más y ya es tarde para acceder a ellos. En la segunda fase, que está empezando ya, el valor estará en aquellos sectores que funcionan bien en los tres mundos: antes, durante y después del COVID-19. Distribuidoras de energía, agua, telecomunicaciones, entretenimiento online, servicios digitales en la nube, desarrolladores de herramientas de teletrabajo y empresas de logística. En la tercera fase el mercado se irá ajustando a la nueva realidad macroeconómica. Es imposible conocer los detalles pero sí sabemos cómo poder invertir en ello: con indexación global», opina.
Para Chris Iggo, CIO Core Investments de la gestora AXA IM: «El alcance de esta crisis depende de la duración del proceso de recuperación» que, según señala, estará determinada por tres fases «el pico de infección y el riesgo de una segunda oleada, el ritmo al que se levanten los bloqueos, y la forma y duración del retorno a la normalidad».
El experto señala que «los bonos gubernamentales centrales (bonos soberanos) ahora son más seguros que nunca, mientras que algunos corporativos son más arriesgados», y es que, cuando ha habido una situación catastrófica para el crecimiento de la economía como lo es ésta, «el activo más seguro es el emitido por el gobierno, la única entidad que puede cambiar todas las reglas rápidamente». Pero el experto advierte que esta situación cambia cuando los inversores comienzan a preocuparse por la sostenibilidad de la deuda a largo plazo y cuando la inflación comienza a subir.
Sobre los mercados de renta variable, Iggo señala que pueden resultar atractivos: “Si el inversor puede tener una visión a largo plazo, los mercados de renta variable ofrecen un valor muy bueno en este momento”. Para el experto, las empresas con apalancamiento limitado, perspectivas de ganancias más sostenibles y acceso al efectivo son las que tienen más probabilidades de mantener sus valores de capital. Sin embargo, admite que la perspectiva del mercado todavía está llena de riesgos dado el potencial para extender el ciclo de vida de la enfermedad.