Los analistas y socios de Compass ofrecieron esta semana en Montevideo un valioso pantallazo del año 2024 en términos de inversión, abordando temas como el cambio de régimen macroeconómico, los mercados asiáticos, el regreso de América Latina o la situación en Argentina.
Más de 200 asesores financieros asistieron al Seminario Global de la firma en el Hotel Sofitel. Juan Cruz Elizagaray, socio y Country Head de Compass para Argentina y Uruguay, abrió la conferencia explicando el contundente nombre del encuentro: “Hablamos de tiempos de cólera, porque estamos sometidos a conflictos y tensiones que tendrán muchas consecuencias en el mercado. Han pasado casi cuatro años desde la pandemia de COVID-19, y consideramos que hemos entrado en una época de normalización”.
Cambio de régimen en los mercados
Este año, las presentaciones se iniciaron con un cuestionario interactivo a los invitados, con Renzo Nuzzachi, jefe de Unidad de Intermediarios, haciendo de maestro de ceremonias. Los resultados de las encuestas dejaron sentado lo que piensan los inversores de la plaza uruguaya de las diferentes clases de activo, con una confianza renovada en la renta variable, una visión positiva de la renta fija y los activos alternativos cada vez más presentes en las carteras.
Con estas anclas para navegar en los nuevos tiempos, Amar Regati, de Wellington Management, explicó el cambio de régimen de los mercados que estamos viviendo desde el final de la pandemia.
Así, el analista repasó la política actual de Fed y habló de esa recesión que algunos anticiparon con vehemencia y que ya no forma parte de las previsiones. Alguien se equivoca; hay que dejar de usar el old book para leer la realidad, según el profesional.
El estratega de renta fija de Wellington mostró a los presentes un recuadro que podría enmarcarse para tenerlo siempre presente. A la izquierda el old regime, esos tiempos de baja inflación estructural, bajos tipos de interés, pujanza de la globalización, volatilidad controlada y una gran cantidad de liquidez en el mercado. En la columna de la derecha, el new regime, con su inflación alta estructural, una política monetaria restrictiva, una tendencia a la desglobalización, mayor volatilidad y menos liquidez.
La consecuencia es la dispersión de las oportunidades de inversión, por países y tipos de clase de activos, y la necesidad de saber adaptarse, explicó Regati.
Los asistentes del semanario de Compass pasaron del detalla de los tipos de interés de la Fed, con sus gráficos abigarrados y sus cifras pequeñas (aunque valiosas) a los colores vibrantes de Asia y la enormidad de la oportunidad de ese nuevo mundo.
2024, el año del dragón
Los inversores reunidos en la plaza montevideana, sin duda la más global de Latinoamérica, conocen bien el “caso asiático” y lo dejaron bien claro en el cuestionario interactivos organizado por Compass. Nadie duda de la pujanza e importancia mundial de Asia, pero sigue siendo difícil encontrar la manera de aprovecharla desde el punto de vista de los vehículos de inversión.
Con su charla magistral, soberbiamente ilustrada con los colores del dragón –animal de 2024 en China–, Michael Power, de Ninety One, expuso ante los presentes la realidad del mundo, con China e India como centro de actividad económica, mientas la recesión acecha en Europa y Japón, Estados Unidos duda sobre la globalización y aparece como una reserva de moneda ineludible, pero también como un país devorado por la deuda.
Power invitó a los presentes a mirar el mundo desde dos ópticas: el ecosistema del capital y el ecosistema del comercio. En el del capital, huelga decirlo, domina Estados Unidos, con un “problema de falta de equilibrio” y una concentración de activos, dijo Power, que muestran una fragilidad de los mercados.
Asia domina el ecosistema comercial. Por mucho que se hable de nearshoring, las fábricas de nueva generación progresan en China, un país que está construyendo una nueva economía basada en las energías renovables. Asia es el futuro, según el profesional.
América Latina, ¿ha llegado una nueva era?
Comparando la exuberancia asiática y el tecnicismo de la renta fija estadounidense, la situación en América Latina parece mucho menos entusiasmante y así lo dejaron claro los inversores presentes en el Hotel Sofitel de Montevideo, que señalaron las dificultades políticas como el principal obstáculo para pensar una nueva era para los activos de la región.
Sin triunfalismos, reconociendo que salimos de una “década perdida”, Tomás Venezian, socio y jefe de deuda corporativa de Compass, defendió el interés de los activos latinoamericanos en 2024 con una cascada de datos, empezando con uno que no se presta a controversia: la región presentó un 25% de rentabilidad en 2023.
Las debilidades son de sobra conocidas. Venzian desplegó las ventajas: los países tienen un buen control de la inflación y los fundamentales, la región produce materias primas fundamentales para la transición energética o para proporcionar alimentos, el nearshoring es una realidad, los activos están baratos…
En la lista de ventajas se destacó un enorme mapa con las zonas de democracia real marcadas en azul, fue un momento importante para ver el mundo, entender que Latinoamérica, a pesar de sus vaivenes, tiene un tesoro raro en el mundo, con la posibilidad de cambiar las cosas con los votos. La democracia, esa garantía que a veces olvidamos por la costumbre de disfrutarla.
Argentina: quiero ser libre
El momento más difícil del seminario fue para Juan Miguel Salerno, jefe de inversiones para Argentina, quien, en este febrero tan volátil, en un país todavía “sonado” por las primeras reformas del nuevo gobierno, trató de calibrar “la era Miley y su hoja de ruta”.
El pr0fesional trató de mostrar el panorama actual del país, un conjunto de circunstancias, un enjambre monetario, especialmente difícil de seguir.
Después de la devaluación y con una pobreza acercándose al 60% de la población, la pregunta es cuál es el “nivel de tolerancia de la sociedad”. Por ahora, Milei cuenta con respaldo, pero se teme una nueva devaluación.
Según Salerno, hay brotes verdes, el balance comercial de Argentina es positivo, el sector energético y la minería pueden ser fuentes de dólares, algo que el país necesita desesperadamente. Además, en términos de vencimiento de deuda externa, 2024 se presenta más amigable que 2023.
Pero licuar el stock de pesos que tiene la economía no es fácil, advierte el ejecutivo, la deuda sigue creciendo, el levantamiento del cepo (el control de cambios) debería de hacerse antes de una nueva devaluación.
El seminario cerró con una charla de Roberto Canessa, superviviente del accidente de los Andes, un tema que ha vuelto con fuerza a través del estreno de una película sobrecogedora sobre el suceso.
Fue el broche de oro de un seminario especialmente interesante y bien diseñado para abrir la percepción de los inversores a un mundo lleno de desafíos.