La inversión de impacto se consolida en España con un crecimiento global del 12%, liderada por el segmento de los fondos de capital privado, con un crecimiento de 33%, seguidos de la banca ética y social (10%) y las fundaciones (3%).
Estas conclusiones se han presentado en el III evento anual de SpainNAB y provienen del estudio “La inversión de impacto en España en 2021”, impulsado por SpainNAB y elaborado por el Esade Centre for Social Impact.
El estudio incluye diferentes tipos de actores, entre los que destacan los fondos de capital privado de impacto (incluyendo capital riesgo y otros), las entidades de banca ética y social, y las fundaciones y otros actores como las plataformas de crowdfunding o los fondos de titularidad pública.
La inversión de impacto es aquella que intencionadamente busca un impacto social o medioambiental medible, además de un retorno financiero. Podemos diferenciar tres clases de impacto: clase A que busca actuar para evitar daño, clase B que persigue beneficiar a stake holders y la C que quiere contribuir a soluciones más específicas.
Juan Bernal, presidente de SpainNAB y director general de CaixaBank AM, ha afirmado que en el estudio “hemos visto un movimiento del sector privado espectacular. Estamos todos alineados en un mismo compromiso de camino al impacto. Tan solo falta un actor imprescindible: necesitamos que se una el sector público para lograr la tracción de cara a la recuperación económica y social”.
Según los impulsores del estudio, la inversión de impacto se ha multiplicado casi por cinco veces desde 2018, y más del 60% se hace en capital (acciones).Un 36% se invierte en España y otra mitad entre regiones en vías de desarrollo.
Los fondos de impacto lideran el crecimiento
De manera agregada, el tamaño de la inversión de impacto en España a diciembre de 2021 se consolida en torno a los 2.400 millones de euros, lo cual supone un 1% más con respecto a la cifra de 2020 (2.378 millones de euros) y un crecimiento del 12% (desde los 2.133 millones de euros) si se contabiliza directamente el aumento del capital gestionado por las organizaciones que han participado este año en el estudio. Según SpainNAB: “Estos números reflejan la buena salud del sector en nuestro país y su composición demuestra la diversidad de actores y de estrategias utilizadas”.
El estudio muestra que el sector espera seguir creciendo a un ritmo significativo en 2022: el 46% de los vehículos de inversión esperan crecimientos superiores al 5% y destacan los fondos de capital privado, una quinta parte de los cuales confían en conseguir aumentar el capital gestionado en más del 50% respecto a 2021.
El trabajo pone de relieve que los fondos de impacto han sido clave en el crecimiento y reconocimiento de la inversión de impacto y han liderado prácticas como la medición del impacto y la utilización de dichas métricas para calcular los retornos financieros de los gestores del fondo. Estos fondos de capital privado de impacto suponen 436 millones de euros (el 18% del total) y, con la aparición de nuevos vehículos, sus activos bajo gestión han crecido un 33% respecto al año anterior.
La banca ética y social, con 1.638 millones de euros (el 68% del total), sigue siendo el segmento con mayor volumen bajo gestión, aunque el crecimiento ha sido menor (de un 10%) al tratarse de un sector más maduro. Las fundaciones siguen desempeñando un rol destacado, con 230 millones de euros (el 10% del total).
Tres ejemplos de entidades de inversión de impacto
El evento reunió a tres expertos en inversión de impacto que abordan este tipo de inversión desde tres puntos de vista diferentes: a través de la banca ética, una fundación y un fondo de impacto.
Pablo Valencia, socio y director de inversiones de Q-Impact, explica que su fondo de impacto nació para invertir en compañías de fase de expansión y crecimiento que contribuyen a solucionar los principales retos sociales y medioambientales en España. Lo lanzaron en 2020 y ya están preparando un segundo mucho más ambicioso “para demostrar que la inversión de impacto puede ser rentable y un gran motor de cambio, invirtiendo en las mejores empresas que crean riqueza, empleo e innovación al tiempo que solucionan retos sociales y medioambientales”, ha explicado.
Isabel Goiri, presidenta del consejo asesor de ISR y de impacto de Fundación Anesvad, explicó cómo desde una fundación promueven la inversión de impacto. “Es una fundación de desarrollo social con foco en la promoción de la salud en África. Pero la vez que desarrollaba esa tarea, había acumulado un patrimonio, por lo que se replanteó su modelo optando por uno híbrido. Íbamos a trabajar de una manera más inteligente con el patrimonio para generar impacto con la mano derecha e izquierda”.
Mikel García-Prieto, director general de Triodos Bank España, explicó que el papel de la banca es la financiación del cambio. “Hace 40 cuando empezamos con la financiación de impacto éramos vistos como un movimiento alternativo y creo que las cifras ya muestran una realidad muy distinta. Hemos pasado de estar a un lado a ser un modelo inspirador”, apuntó ilusionado. “En los últimos 3 y 4 años el sector financiero ha dado un paso importante en reconocer que su papel va más allá y tiene una responsabilidad fiduciaria para gestionar el impacto”, añadió.