Un año más, Inverco realiza sus previsiones de cara al año nuevo: en 2022, la asociación pronostica un crecimiento para la inversión colectiva del 7,2%, hasta superar los 800.000 millones de euros, impulsado por el buen comportamiento de las IICs (que crecerían un 7,2%, hasta alcanzar los 672.000 millones) y pese al leve auge de los fondos de pensiones que, con numerosos retos en el horizonte, verían un crecimiento del 1,6%, hasta los 130.000 millones de euros.
“No estaremos en una situación como la de 2020 (con rentabilidades casi a cero que limitaron el crecimiento) pero las suscripciones y las rentabilidades en 2022 tampoco serán como las de 2021”, comentaba Ángel Martínez Aldama, presidente de Inverco. “Para 2022 hemos previsto un punto medio que puede conseguirse si las tendencias se mantienen y no hay circunstancias extraordinarias que compliquen el entorno, desde el punto de vista económico o político a nivel global”.
Según las previsiones, el efecto mercado seguirá jugando a favor de la inversión colectiva: en la asociación tienen en cuenta el aumento de la inflación y el endurecimiento monetario pero confían en que las rentabilidades positivas seguirán. “Es cierto que estamos asistiendo, después de muchos años, a un cambio de régimen en los tipos de interés, que se ha producido de forma muy rápida y que los mercados han descontado de ese modo. Pero, precisamente porque ya hay parte descontado -en el caso de EE.UU. ya hay subidas de tipos descontadas en la curva y también en el lado europeo-, y porque las subidas siguen siendo moderadas, somos positivos. Además, una normalización de tipos no necesariamente tiene que ser negativa: en los mercados, la respuesta vendrá más por los resultados empresariales que por la inestabilidad ante un entorno de mayores tipos”, defendía Luis Megías, vicepresidente de Inverco. En cualquier caso, según el experto, el horizonte de inversión debería ser de más de 12 meses, y puso en valor los servicios de gestión discrecional de carteras y asesoramiento para sortear la volatilidad.
Por eso, no cree que los depósitos sean competencia de los fondos en 2022: “En la medida en que pensamos que las subidas de tipos serán moderadas, creemos que el escenario central sigue siendo positivo para los fondos. Aun con tipos ya no negativos, sino positivos a niveles razonables, la alternativa del fondo sigue siendo relevante. Además, si es la inflación la que hace que suban tipos, necesitaremos de activos que aporten rentabilidad y la batan, es decir, activos de riesgo y gestión activa”, aseguraba Megías.
Más allá de los mercados, las suscripciones, sin ser tan “excepcionales como en 2021”, también apoyarán el crecimiento en la inversión colectiva este año, prevé la asociación. Recordemos que las IICs acumulan nueve años consecutivos con suscripciones netas positivas, con entradas netas superiores a los 155.000 millones. “En 2022, en el crecimiento de los fondos de inversión habrá un mayor equilibrio entre rentabilidad y suscripciones que en el caso de los fondos de pensiones, donde esta segunda vuelta de tuerca de reducción del límite de aportaciones en el sistema individual -de 2.000 a 1.500 euros- nos va a llevar a prestaciones netas negativas. El crecimiento del patrimonio de los planes de pensiones –estimado en el 1,6%- vendrá solo de las rentabilidades, que compensarán las pérdidas en términos de prestaciones netas”, añadía Martínez Aldama.
Crecimientos menores a este año
Con todo, y pese a los buenos augurios para mercados y suscripciones, frente a crecimientos de en torno al 18% en las IICs en 2021, en Inverco vaticinan cifras para 2022 del 8,4%, hasta los 672.000 millones. El grueso del crecimiento se lo llevarían las IICs internacionales, de más de un 10%, mientras los fondos nacionales crecerían un 8,2%. Mientras, las sicavs reducirían su patrimonio en un 7,2%, según Inverco.
Pero en esas previsiones la asociación solo contempla los flujos negativos que podrían darse en las sociedades de inversión, y no las posibles liquidaciones que, aunque se decidirán y se iniciarán los trámites este año, no se materializarán hasta 2023 y será ahí cuando provoquen una gran caída patrimonial. “Posiblemente la mayoría de las operaciones se harán en 2023, el año que viene sí veremos un gran movimiento”, reconocía José Luis Manrique, responsable del Observatorio Inverco, pero sin mojarse en lo referente a la cuantía de esa posible liquidación.
El tránsito de ese patrimonio se hará a fondos, pero también podría acabar en el ámbito de la gestión discrecional de carteras: “Las sicavs permanecerán en el ámbito de las IICs”, reconocía Megías, “pero también vemos que la situación hará crecer la gestión discrecional de carteras”.
“Estas previsiones se refieren solo a sicavs españolas”, recordaba Elisa Ricón, directora general de Inverco: “Las que se registren en otros países y sean comercializadas aquí seguirán pudiendo desarrollarse, lo que recuerda una vez más la importancia de que la legislación genere un entorno competitivo”, añadía.
Un terreno de juego competitivo
En el evento, Martínez Aldama hizo una llamada a mejorar la competitividad de la industria y eliminar las “eñes”, adherencias que no están en la legislación comunitaria y que impiden que las gestoras españolas tengan un mismo terreno de juego que las internacionales. “Este tema es relevante ahora ante la transposición de la directiva de venta transfronteriza, donde se eliminarán algunos obstáculos de libre competencia, eliminando eñes y desarrollando nuestra legislación de forma proactiva para promover los fondos sostenibles –es decir, contemplar la posibilidad de que los ahorradores disfruten de una exención en su fiscalidad si mantienen la inversión durante un periodo de tiempo, tanto en fondos sostenibles como en fondos sostenibles que inviertan en pymes- y regulando la figura de los fondos institucionales –con número máximo y no mínimo-“.
Y también apeló a la responsabilidad del sector de la inversión colectiva para lograr objetivos de política económica y sostenibilidad: “Los fondos de inversión y pensiones son vehículos de llegada de inversores minoristas para que se fomente la inversión sostenible. Alineados con las políticas de la Comisión Europea para fomentar la sostenibilidad de nuestra economía, para cumplir los objetivos del Acuerdo de París y como intermediarios de la desintermediación, estos vehículos tienen un papel fundamental en la financiación de las empresas y de la economía y en la mejora de la gobernanza de las entidades”, añadió.
Sobre el impulso de la inversión sostenible, Megías también recordó el importante esfuerzo de las gestoras y apoyó la fuerte tendencia para 2022: “El esfuerzo de la industria en la implementación de la ESG es muy importante; estamos en un profundo proyecto de transformación interna en las gestoras y en los próximos meses y años el porcentaje de las carteras en productos ESG va a seguir creciendo. Casi estamos empezando, esto será una tendencia de medio y largo plazo», explicaba. En su opinión, el ritmo y la cuantía del crecimiento dependerá también de la regulación. “Nos gustarían normas estandarizadas en Europa vía ESMA para que los supervisores nacionales tuvieran el mismo estándar o niveles de exigencia, ya que estamos dentro de un mercado único. Nos gustaría que los criterios de los artículos 8 y 9 estén lo más armonizados posible”, añadía Martínez Aldama.
Otra tendencia para 2022: el uso creciente de GDC y asesoramiento, que podría seguir impulsándose al fuerte ritmo de los años anteriores. Algo clave porque resultan servicios fundamentales para la distribución de fondos: “Casi seis de cada 10 fondos se venden a través de estos nuevos servicios”, recordó el presidente de Inverco. Según los datos, la distribución de más del 50% de las IICs en España se realiza ya mediante alguna de estas vías.