A pesar de la incertidumbre en los mercados, todas las categorias de fondos están obteniendo retornos, según la última edición del Barómetro de carteras en España de Natixis IM. De hecho, este informe advierte de que la incertidumbre y la volatilidad del mercado han llevado a una parte significativa de los inversores a perderse el rebote de los mercados al haber reducido exposiciones en fondos perfilados. Por ejemplo, “en el primer trimestre del año se produjeron salidas en todos los perfiles de riesgo en un momento en el que los mercados se apreciaron fuertemente, con rentabilidades del 14,8% en el MSCI World en euros y rentabilidades del 2,5% en renta fija, según el Barclays Eur Agreggate”, explica Juan José González de Paz, consultor senior en el equipo de Dynamic Solutions de Natixis IM.
En concreto, las carteras de fondos prudentes se revalorizan de media hasta julio un 4,9%; las carteras agresivas alcanzan una rentabilidad media del 6,5% y sobresalen los perfiles moderados, que alcanzaron hasta julio un retorno medio del 8,1%. “Esto resalta el valor añadido de la inversión profesional, que ha mantenido el porcentaje en renta variable, frente a los flujos de los inversores, que venden en caídas y no se benefician de los rebotes de mercado. Es un buen ejemplo de que la construcción de carteras debe tener un objetivo de largo plazo y poner el riesgo como piedra angular para no verse traicionados por las emociones”, señala Almudena Mendaza, directora de ventas para Iberia de Natixis IM.
Así, en el primer trimestre los flujos de fondos hacia renta variable solo aumentaron en los perfiles más agresivos, donde crecieron un 3,3%, mientras que retrocedieron un 1,5% en las carteras moderadas y solo crecieron un 0,1% en las prudentes. En contraste, las asignaciones de activos hacia la renta fija aumentaron exponencialmente en el primer trimestre, tanto en las carteras más prudentes (+3,2%), como en las moderadas (+4,6%), mientras que retrocedieron un 2,3% en las carteras agresivas.
Desde Dynamic Solutions se anticipa que los inversores frenarán el incremento de posiciones en renta variable, a causa de las correcciones experimentadas en la pasada primavera. “La rentabilidad de los fondos perfilados se ha recuperado sustancialmente en comparación con 2018. Sin embargo, debido a las recientes correcciones del primer semestre, probablemente, las inversiones en renta variable no aumenten demasiado en los próximos meses”, explica González de Paz.
Tendencias de las carteras, apuesta por renta variable y renta fija de EE.UU.
Respecto a las tendencias de la inversión en España en la segunda mitad del año, los expertos de Dynamic Solutions esperan que “los inversores continúen invirtiendo en renta variable estadounidense y temáticas relacionadas con la tecnología, dado su momentum”. En el mercado de renta fija, cuyos precios anticipan recesión, González de Paz subraya que la vuelta al terreno negativo de la deuda soberana de máxima calidad, en particular del Bund alemán, “podría acelerar los flujos de inversión hacia crédito de grado de inversión a plazos medios y largos, ya que cuentan con mayor cupón”. Otra de las apuestas de los inversores que ha detectado el analista de Natixis IM es la de “renta fija estadounidense y emergente por la búsqueda de rentabilidad a vencimiento”.
La evolución de los mercados está generando una dispersión de las rentabilidades de las carteras, especialmente en el caso de los porfolios más conservadores, cuyas ganancias oscilan en lo que va de año del 3,7% al 6%. En opinión de Mendaza, “lo más conveniente es no dejarse llevar por el corto plazo y apostar por estrategias de largo plazo que aporten descorrelación y diversificación”.
De acuerdo con esta encuesta, el 85% de los inversores individuales tiene claro que el largo plazo debe predominar sobre el corto plazo. Sin embargo, preguntados por la rentabilidad que esperan este año por encima de la inflación, los inversores españoles esperaban un 11,5%, muy por encima de las principales economías desarrolladas y del promedio global, que es del 10,7%.
Máximos en Europa en el diferencial entre la rentabilidad por dividendo y la renta fija
Y es que la situación es paradójica, a pesar de los máximos históricos de las Bolsas estadounidenses, los gestores de activos en dólares son más pesimistas que los que tienen exposición a renta variable tanto española y europea. La razón principal es que en EE.UU. la rentabilidad por dividendo ya no es superior a la gubernamental a 10 años, mientras que en Europa el diferencial entre la rentabilidad por dividendo de la Bolsa y el Bund Alemán a 10 está en máximos desde 2008.
En todo caso, la dicotomía entre la renta fija y la renta variable se ha agudizado. “Los bonos están poniendo en precio un deterioro significativo del panorama global de crecimiento, mientras que las Bolsas apuntan hacia una expansión en marcha. Cabe preguntarse quién de los dos tiene razón”, expone la directora global de estrategia de mercados de Dynamic Solutions, Esty Dwek. Esta experta explica que mientras la actividad manufacturera está dando señales de contracción, el sector servicios y los consumidores permanecen en una situación robusta, si bien advierte que “cuanto más duren las disputas comerciales entre EE.UU. y China, mayor es el riesgo de que cobre cuerpo la próxima recesión”.
Dwek anticipa que la crisis de EE UU-China no se resolverá hasta finales de este año o comienzos de 2020, pues a ambos Gobiernos les beneficia políticamente mantener una posición dura. “Si la economía estadounidense se debilita mucho o hay un sell-off en las Bolsas, como ocurrió a finales de 2018, el coste político se incrementará y esto podría forzar a Trump a buscar un acuerdo”, completa Dwek. Su visión ante este escenario es “mantener una posición defensiva entre los distintos sectores, con cierto potencial alcista en la energía, ante el elevado volumen de dividendos y los mayores precios del petróleo”.
Mendaza considera que todavía hay espacio para incluir activos alternativos en las carteras, para reforzar las estrategias de descorrelación y diversificación que complementen las clases tradicionales de activos, especialmente con alternativos líquidos. «En definitiva, el asesoramiento profesional, la gestión activa y la diversificación son claves para la construcción de carteras y no perder oportunidades de inversión”, concluye.