Siguiendo con su estrategia de democratizar la inversión, inbestMe aplicará a sus carteras de fondos indexados de los clientes que lo deseen criterios de inversión socialmente responsable (ISR), a partir de 1.000 euros.
Con esta medida, desde la entidad pretenden dar respuesta a un perfil de inversor cada vez más inclinado hacia un modelo socioeconómico más sostenible, además de permitir el traspaso de fondos con diferimiento fiscal. La entidad ya fue pionera en Europa en 2018 al ofrecer carteras temáticas ISR mediante ETFs, a partir de 15.000 euros.
inbestMe ha demostrado que invertir con valores sociales no significa renunciar a rendimientos futuros, al contrario, la rentabilidad de este tipo de carteras ha resultado mejor durante los últimos años. Incluso durante la crisis derivada del COVID-19, este modelo de inversión ha demostrado ser algo más resiliente, con una rentabilidad en el último año hasta junio de 1,9% para un perfil medio (6), cuatro puntos porcentuales por encima de las carteras sin sesgo ISR. A largo plazo, la rentabilidad anualizada asciende a 3,9% desde el comienzo del backtest en enero de 2015, con un riesgo más bajo (medido por la volatilidad).
Las nuevas carteras de fondos ISR están formadas por clases de activos descorrelacionados combinando hasta 10 fondos para obtener una máxima diversificación, seleccionados entre la oferta de fondos ISR de algunas de las gestoras más reconocidas como Vanguard, iShares y Amundi, con un promedio de exposición a criterios socialmente responsables muy elevada, del 63%.
“Tanto desde un punto de vista personal como de empresa, impulsar y hacer accesible la inversión socialmente responsable es una de nuestras prioridades. Nuestro compromiso es seguir trabajando para que estas carteras sean lo más sostenibles posible a medida que se vaya ampliando la oferta de fondos indexados ISR”, explica el CEO de la compañía, Jordi Mercader.
“Porque creemos que en el futuro la inversión será sostenible o no será. Este lanzamiento forma parte de nuestra misión como empresa y es nuestra modesta aportación para contribuir a una sociedad mejor y más sostenible. Hoy en día ya es posible una inversión ética sin renunciar a la rentabilidad a partir de 1.000 Euros”, concluye.