“Hace un año veíamos cómo la actividad económica estaba acelerándose en casi todas las regiones del mundo, pero mucho ha cambiado todo desde entonces. La escalada de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, la necesaria restricción del crédito en China, las tensiones macroeconómicas en Argentina y Turquía, los trastornos en la industria automotriz en Alemania, y la contracción de las condiciones financieras ocurrida en paralelo a la normalización de la política monetaria de las economías avanzadas más grandes han contribuido a un significativo debilitamiento de la expansión mundial”, indica Aurelio García del Barrio, director del MBA con especialización en finanzas del IEB.
La economía global atraviesa un momento delicado: la previsión del crecimiento de la economía mundial en 2019 se mantiene en un 3,1%, proyectándose una contracción del crecimiento en 2019 para el 70% de la economía mundial, recuerda el experto.
No obstante, el director del MBA manifiesta que el segundo semestre del año se presenta con cierto optimismo y que se prevé un repunte respaldado por políticas monetarias significativamente acomodaticias en las principales economías: la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra han adoptado una orientación más acomodaticia. Por su parte, China ha redoblado el estímulo fiscal y monetario para contrarrestar los efectos negativos de los aranceles comerciales.
Sin embargo, el poco dinamismo de la inversión en las economías emergentes y en desarrollo está mermando sus perspectivas de crecimiento. Los riesgos se orientan a la desaceleración económica, tales como la posibilidad de mayores tensiones comerciales.
Otra preocupación es el endeudamiento público en las economías emergentes y en desarrollo, que ha aumentado considerablemente y reduce la capacidad de responder a eventos adversos y financiar inversiones que promuevan el crecimiento. «Es necesario que se lleven a cabo las reformas apropiadas para fortalecer la inversión privada y la productividad, sobre todo en los países de ingreso bajo», defiende el experto.
Con todo, “el conjunto de las economías emergentes acaparará el 60% del crecimiento mundial en los próximos 10 años. Los siete mayores concentrarán el 42%, y sólo China aportará un 27%”.
En el mundo desarrollado…
La economía estadounidense a inicios de año comenzó con fortaleza, trayendo consigo los buenos resultados de la solidez del año anterior respecto al crecimiento del PIB, un bajo índice de desempleo, así como un respetable récord de confianza del consumidor. Por suparte, se prevé que la economía europea siga expandiéndose por séptimo año consecutivo en 2019, y que el PIB real crezca en todos los estados miembros de la UE.