El volumen de activos gestionados en inversión de impacto en España aumentó en 2022 un 58% con respecto a 2021, un dato que refleja la tendencia de crecimiento del sector; una tendencia aún mayor en países como Francia y Reino Unido. Sobre este fenómeno, así como los desafíos y oportunidades de mejora del sector, se ha centrado la jornada Cómo impulsar la financiación de la economía social en España, organizada por IE University e Impact Bridge en IE Tower, sede de la institución académica en Madrid.
Isabela del Alcázar, directora global de Sostenibilidad de IE University, ha destacado en la apertura del evento el papel clave de la economía social y la inversión de impacto, asegurando que «impacto y rentabilidad pueden ir de la mano”.
Desde el enfoque académico, Rachida Justo, directora de la Cátedra Impact Bridge-IE University de Emprendimiento Social e Inversión de Impacto, ha enfatizado el trabajo que desarrollan “en el diseño de metodologías de medición de impacto o los retos de la economía circular”.
Braulio Pareja, responsable de Investigación Académica de Impact Bridge, ha añadido que los proyectos de investigación “responden a necesidades reales de la industria. Contamos con un acceso privilegiado a datos de las mejores empresas sociales y elaboramos casos que se estudian en universidades y escuelas de negocio de todo el mundo”. Asimismo, Pareja ha subrayado la importancia de la existencia de las empresas sociales, y su capacidad de disrupción en el ecosistema social.
Por su parte, Arturo Benito, CEO y fundador de Impact Bridge, ha señalado que “escuchar a los líderes del sector inspira y anima a seguir trabajando duro para luchar contra los problemas que tiene nuestra sociedad, desde la excelencia profesional, la autenticidad, y siempre con los vulnerables en el centro de las decisiones”.
A lo largo del evento, José Luis Ruiz de Munain, director general de SpainNAB, el Consejo Asesor para la Inversión de Impacto, ha presentado las conclusiones que se recogen en su informe sobre la oferta de capital de impacto en España 2022. “Desde el sector privado y las administraciones públicas, como son el ICO, FEI o Cofides, se están llevando a cabo iniciativas para apoyar esta forma de inversión, como la creación del Fondo de Impacto Social de 400 millones de euros, que será gestionado por Cofides y es resultado del trabajo de SpainNAB para impulsar la inversión de impacto en la agenda pública. Sin embargo, todavía hay retos a superar, como establecer un marco regulatorio favorable y promover la educación y la colaboración entre los actores involucrados”, ha explicado Ruiz de Munain en su intervención.
El capital público en la economía social
Los máximos representantes de estos organismos han abordado el rol del capital público en la economía social, que cada vez está adquiriendo un mayor peso ante una necesidad de mayor financiación, panel que ha sido moderado por Montserrat Martínez Parera, vicepresidenta de la CNMV, quien ha señalado la importancia de disponer de unas métricas sólidas que faciliten el seguimiento y la trazabilidad de las inversiones, que ayuden en la gestión y que den confianza a los inversores. Métricas, además, que deben contar con verificadores externos de calidad, que aumenten su credibilidad y fiabilidad. «Desde la CNMV debemos reconocer que el buen desarrollo en el sector. Nuestra valoración es claramente positiva, teniendo en cuenta la dificultad que supone la implementación de esta regulación», matiza la vicepresidenta.
La sostenibilidad es un eje transversal en las actuaciones que lleva a cabo el Grupo ICO. La aprobación de su Política de Sostenibilidad y la Estrategia 2022-2027 dan muestra de su compromiso, basado en que, al menos, el 40% de la nueva financiación que origine el grupo sea sostenible. En palabras de su presidente y CEO, José Carlos García de Quevedo, “como organismo público, tenemos un doble reto en materia de sostenibilidad: por un lado, estar a la vanguardia en finanzas sostenibles, con el lanzamiento de nuevas iniciativas, y, por el otro, involucrar a todas a las empresas −especialmente a las de menor tamaño−, acompañándolas en este proceso de transición con el firme propósito de no dejar a nadie atrás”. En esta labor toma especial relevancia la actividad que llevamos a cabo mediante AXIS, la gestora de capital riesgo del Grupo ICO, a través de los cuatro fondos que gestiona.
Por su parte, Cofides ha presentado recientemente el Fondo de Impacto Social (FIS), instrumento financiero que gestiona con el fin de potenciar el ecosistema de la inversión de impacto social y medioambiental de nuestro país. Su presidente y CEO, José Luis Curbelo, ha detallado que el objetivo del FIS es “dinamizar el ecosistema nacional de inversión de impacto para resolver retos sociales y medioambientales, como la integración territorial y social, la reducción de la desigualdad o la consolidación del estado de bienestar mediante el fortalecimiento de la economía y las empresas con propósito social”. Como ha apuntado Curbelo, “el FIS actuará de forma complementaria y adicional a otras iniciativas, pero como catalizador, de forma que, gracias a las diferentes modalidades de financiación que ofrecerá, permitirá atraer a los inversores privados mitigando el riesgo y mejorando sus expectativas de retorno, abordando los fallos de mercado”.
Christian López-Baillo, representante del FEI en España y Portugal, ha comentado que “los inversores son cada vez más exigentes con relación a la ESG y tienen la oportunidad de convertirse en auténticos catalizadores para el desarrollo de la inversión de impacto en nuestro país. Aunque el sector es aún incipiente, los proyectos con un claro componente social son cada vez más interesantes para los inversores y esto es visible en el incremento de los volúmenes de bonos sociales, fondos de impacto social y, de forma más reciente, fondos de deuda impacto”.
La actividad del FEI en España, ha seguido, “no es ajena a este creciente interés, como demuestra nuestra apuesta por el fondo de deuda impacto de Impact Bridge, del que somos inversor principal, o la gran aceptación que tienen nuestros productos de liquidez y garantías asociados al programa InvestEU. El FEI se debe a los objetivos de política pública de la UE y, dentro de los mismos, el impacto social y el capital humano son clave, por eso cuenta con una amplia gama de productos de impacto, entre los que están los fondos de impacto social, fondos genéricos con representación femenina, fondos de infraestructura social o las garantías enfocadas a las capacidades y la educación, entre otros”.
Ejemplos paradigmáticos de empresas sociales
Desde el punto de vista de las empresas sociales, la sesión también ha contado con la intervención de representantes de tres de estas organizaciones, que han explicado el rol que juegan en el tejido empresarial español, así como sus beneficios para la sociedad.
Elena Martín, directora de comunicación e impacto social de Microbank, ha sido la encargada de introducir el panel y compartir su perspectiva desde el punto de vista del banco social de CaixaBank, así como el tipo de apoyo que MicroBank brinda a estas organizaciones.
“Las empresas sociales son un instrumento fundamental para promover la plena inclusión social, y en el modelo del Grupo Social ONCE son una pieza básica para generar empleo para personas con discapacidad”, ha señalado Joaquín Ingelmo de la Mata, director corporativo económico-financiero de Ilunion. El directivo del grupo empresarial, perteneciente al Grupo Social ONCE, ha remarcado la necesidad de “que se produzca una colaboración entre el sector público, el sector privado y el sector social para dar respuesta de manera más eficiente a las necesidades sociales”. Ilunion cuenta con casi 500 centros de trabajo, más de la mitad Centros Especiales de Empleo de Iniciativa Social. En cuanto al Grupo Social ONCE, es el cuarto empleador a nivel nacional y el primero en discapacidad.
Desde Moda re-, iniciativa sin ánimo de lucro de Cáritas Española que promueve la inclusión laboral de personas en riesgo de exclusión social a través de la actividad de reciclaje, venta y reutilización de ropa usada, su director general, Albert Alberich, ha hablado del desconocimiento que la sociedad tiene de la figura y misión de las empresas de inserción “a pesar de estar declaradas como prestadoras de servicios de interés económico general, lo que dista bastante de otras figuras de la economía social”.
El proyecto de Moda re- se inició en 2018 y se constituyó en cooperativa en 2020. En estos años, ha pasado de 80 puntos de venta a más de 150 en 80 ciudades españolas y ha aumentado sus puestos de trabajo de 800 a más de 1.400, de los cuales más del 50% están reservados a personas en riesgo de excusión, como mujeres víctimas de violencia, migrantes, jóvenes extutelados o reclusos y exreclusos. Actualmente, son líderes en reciclaje de ropa en España y tienen la mayor red de tiendas de ropa de segunda mano.
Por su parte, Blanca Hernández, cofundadora y presidenta de Techô, ha subrayado por su lado que “las empresas sociales son ejemplo de que se puede hacer negocios con una gestión profesionalizada y con resultados económicos positivos, pero poniendo el foco en su impacto social o medioambiental”. Techô es una empresa social innovadora que surge para solucionar el mayor problema social crónico de nuestro país: el sinhogarismo y la falta de vivienda. Para dar respuesta a este problema social, Techô ha desarrollado una solución empresarial inmobiliaria y ha lanzado un vehículo de inversión de impacto, Techô Hogar Socimi.
“La filantropía tiene que continuar y la empresa social es la que puede dar una solución de manera duradera, sostenible y escalable a los problemas”, ha añadido Hernández. Para la cofundadora y presidenta de Techô, “los inversores de impacto están muy comprometidos en generar un cambio positivo en la sociedad y, en algunos casos, aceptan niveles inferiores de rentabilidad para maximizar el retorno social”.