En el marco de la Asamblea Anual de Davos, organizada por el Foro Económico Mundial, y después de las declaraciones de la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, acerca de las intenciones del gobierno británico sobre el Brexit, HSBC y UBS hablaron de sus planes para trasladar parte de su plantilla desde la City de Londres a ciudades en Europa continental, con el fin de mantener el ‘pasaporte’ europeo que les permita seguir operando dentro de los países que forman la Unión Europea.
HSBC confirmó que, en unos dos años, cuando el Brexit entre en vigor, reubicará unos 1.000 empleados de su plantilla a París. En una reciente entrevista, Stuart Gulliver, CEO de la mayor entidad financiera europea, comentó que el banco dispone de las licencias que necesita para realizar su traslado y añadió que sólo necesitarían establecer una entidad intermediaria en Francia, un paso que debería ser sólo una cuestión de meses.
Por su parte, Axel Weber, presidente de UBS, aseguró en una entrevista a la BBC, que 1.000 empleados de UBS de un total de 5.000 establecidos en Londres, serán trasladados a la ciudad del Sena, una vez que las entidades británicas pierdan su ‘pasaporte’ para operar en Europa.
Mientras que Goldman Sachs planea el traslado de otros 1.000 empleados de Londres a Fráncfort. El banco estadounidense estaría considerando reducir a la mitad su plantilla de Londres, quedándose con 3.000 empleados en la City, y trasladar sus principales operaciones a Nueva York y a Europa Continental, en concreto a Fráncfort, según ha publicado el periódico alemán Handelsblatt.
Entre los empleados que Goldman Sachs planea trasladar a Fráncfort, se encuentran los traders y directivos responsables de regulación y compliance, mientras que el personal de back-office será trasladado a Varsovia y los bancos de inversión que asesoran a las empresas francesas y españolas deberán trasladarse a estos países.
Al poco de conocerse el resultado del referéndum, el sector financiero británico esperaba que Reino Unido pudiera retener el acceso al mercado único europeo, permitiéndoles comerciar y vender productos financieros desde Londres, sin necesidad de movilizar empleados. Pero ahora, esa posibilidad parece ahora inviable. Las firmas financieras han avanzado hacia un periodo transicional, en previsión de que sea complicado negociar un acuerdo favorable o que las conversaciones se prolonguen por encima del periodo de dos años establecido inicialmente.