HSBC ha presentado su nueva política para eliminar gradualmente la financiación de la energía de carbón y la minería de carbón térmico para 2030 en los mercados de la UE y la OCDE, y en todo el mundo para 2040.
En reconocimiento de la rápida disminución de las emisiones de carbón necesaria para cualquier camino viable hacia 1,5°C2 , HSBC ha decidido dejar de financiar a los clientes cuyos planes de transición no sean compatibles con su objetivo de cero emisiones para 2050. El plan se basa en la política actual de HSBC que prohíbe la financiación de nuevas centrales eléctricas de carbón y de nuevas minas de carbón térmico; ampliando el enfoque para impulsar la eliminación progresiva del carbón térmico existente.
“La política de eliminación progresiva del carbón térmico, que se revisará anualmente en función de la evolución de la ciencia y de las orientaciones reconocidas internacionalmente, es una parte clave de la ejecución de la ambición del banco de octubre de 2020 de alinear sus emisiones financiadas -las emisiones de gases de efecto invernadero de su cartera de clientes- a cero neto para 2050 o antes”, explica la entidad en su comunicado.
En concreto, se han establecido objetivos a corto plazo para ayudar a impulsar resultados medibles antes de las fechas de eliminación. Por ejemplo, en 2022 se publicará un objetivo de emisiones financiado por la ciencia para reducir las emisiones de la energía de carbón de acuerdo con una trayectoria de 1,5°C. HSBC también tiene la intención de reducir su exposición a la financiación del carbón térmico en al menos un 25% para 2025 y pretende reducir dicha exposición en un 50% para 2030, utilizando su informe del Grupo de Trabajo sobre Divulgación Financiera Relacionada con el Clima (TCFD) de 2020 como referencia. La financiación de carbón térmico que quede después de 2030 solo se referirá a clientes con activos de carbón térmico en mercados no pertenecientes a la UE ni a la OCDE, y se eliminará por completo en 2040. HSBC informará anualmente sobre el progreso en la reducción de la financiación del carbón térmico en su Informe y Cuentas Anuales.
En este sentido, la entidad se compromete a trabajar con los clientes afectados y esperará que formulen y publiquen planes de transición para finales de 2023 que sean compatibles con su objetivo de cero emisiones para 2050. Según indican, los planes de transición de los clientes se evaluarán anualmente, basándose en una serie de factores que incluyen: el nivel de ambición para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero; la claridad y credibilidad de la estrategia de transición, incluyendo cualquier tecnología de reducción propuesta; la adecuación de la divulgación y la consideración de los principios de transición justa.
“Queremos estar en el centro de la financiación de la transición energética, especialmente en Asia. Aquí es donde podemos tener el mayor impacto para ayudar al mundo a alcanzar su objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C. Tenemos una larga historia y una fuerte presencia en muchos mercados emergentes que dependen en gran medida del carbón para la generación de energía. Nos comprometemos a utilizar nuestras profundas relaciones para asociarnos con los clientes de esos mercados y ayudarles en la transición hacia alternativas energéticas más limpias, seguras y baratas en las próximas décadas. La lucha contra el cambio climático es una prioridad estratégica para HSBC, nuestros inversores y nuestras partes interesadas”, ha indicado Noel Quinn, director general del Grupo.
Por su parte, Celine Herweijer, directora de Sostenibilidad del Grupo, ha añadido: “Tenemos que abordar los problemas más difíciles para cumplir nuestro compromiso de cero emisiones, y para un banco global como HSBC, con una presencia significativa en las economías emergentes que dependen del carbón y que están en rápido crecimiento, la eliminación progresiva del carbón es una prioridad. La capacidad de Asia para hacer la transición a la energía limpia a tiempo hará que el mundo pueda evitar el peligroso cambio climático. Aunque nuestras fechas de eliminación del carbón y los objetivos provisionales se basan en la ciencia, necesitamos un enfoque que reconozca las realidades actuales de Asia. La transición sólo tendrá éxito si las necesidades de desarrollo se abordan conjuntamente con los objetivos de descarbonización. Nuestros clientes en Asia se encuentran en puntos de partida diferentes a los de sus homólogos de la UE y la OCDE, con más obstáculos en materia de infraestructuras, recursos y políticas, pero muchos han declarado un gran interés y ambición por invertir en la transición y diversificar sus negocios. La buena noticia es que las energías renovables de coste marginal cero, el aumento de los precios del carbono y una contracción terminal de la demanda de carbón son factores que les ayudan a diversificar”.