Europa, Asia, Canadá, Estados Unidos, Latinoamérica o Australia son sin duda regiones con mercados y regulaciones diferentes, pero Capital Group ha logrado un modelo de negocio que le permite estar presente en más de 15 países, cubrir todas las áreas geográficas del mundo y contar con 1.931 empleados locales y más de 1.300 asociados. En total, según datos a agosto de 2018, la firma tiene bajo gestión 1,7 billones de dólares.
En palabras de Hamish Forsyth, consejero delegado de Capital Group para Europa, la firma ha logrado un modelo de negocio apoyado en agentes y firmas del mercado local y orientado a la distribución de productos de alta calidad y adecuados a las necesidades de los inversores. “Nuestro modelo es igual en Europa que en Asia, igual en el resto del mundo. No vendemos directamente al cliente sino que vamos de la mano de profesionales, bancos y asociados. No tenemos esa ansiedad por llegar directamente al cliente, sino que creemos que somos la herramienta clave del asesor para que el inversor alcance sus objetivos a largo plazo”, apunta hablando desde una óptica general, pero puntualizando que hay regiones donde el negocio es un poco diferente, como por ejemplo en Australia.
En este sentido, una de las claves del modelo de negocio de Capital Group es el papel de los asesores, bien estén dentro de una banca privada o sean independientes. En opinión de Forsyth, “el asesoramiento es cada vez más capital y el inversor que entiende el sector de la inversión comprende que es necesario ir de la mano de un asesor. Sobre todo, es un elemento clave de cara a evitar que los inversores se asusten porque no entienden bien el mercado. Su papel será cada vez más importante para esta industria, así como toda la regulación que les rodea”.
Por eso defiende que, pese al momento de estrechez de márgenes que viven las gestoras en la industria, el asesoramiento debe de tener un coste para el cliente. “Creemos que debe haber una remuneración porque la inversión es una actividad dura incluso para los profesionales, y más aún para la gente que no lo es. La clave está en mostrar el valor añadido que tiene: un buen asesoramiento logra unos mejores rendimientos. Invertir puede ser algo extraño y que asuste, por eso necesitas que alguien que te guíe, por ejemplo, a la hora de introducir algo de renta renta variable en tu cartera. El asesor debe ser tu amigo y por supuesto los consumidores deben tener confianza en lo que estos profesionales diseñan para ellos”, argumenta Forsyth.
Una labor que en Europa considera va a potenciar la entrada en vigor de MiFID II y que el propio Forsyth considera un “big deal” que supone grandes cambios para la industria. Según explica, “los grandes puntos que aborda son los reportes a los inversores y la carga de información y transparencia, el pago de retrocesiones y el pago de retribuciones. Estos tres puntos afectan al modelo de las firmas y su negocio. Por nuestra parte, no tenemos nada que objetar a MiFID II porque no cambia nada respecto a lo que veníamos haciendo. Nuestro modelo de negocio está cimentado en proteger al cliente, tanto su inversión como a él mismo”.
Los retos de la industria
De cara al inversor europeo, el otro gran tema que tienen en su horizonte es el Brexit y cómo cambiará las reglas del juego para la industria. Pero Forsyth insiste en que su planteamiento es el mismo: proteger al cliente. “Tenemos un equipo en Londres, pero también en Luxemburgo, por lo que prevemos que el impacto del Brexit será bastante bajo para nosotros porque nos apoyaremos en los fondos luxemburgueses. En cambio, la gran pregunta es cómo quedará la industria tras la salida del Reino Unido y qué ocurrirá con el pasaporte europeo. Creo que habrá un tiempo de reorganización de la industria allí y luego veremos qué hacen los clientes, si quedarse con las compañías locales de allí o con las internacionales”, apunta el CEO de Capital Group en Europa.
En su opinión, MiFID II y el Brexit son solo dos de los frentes a los que la industria se enfrenta, pero no son los únicos. Coinciden con el resto de altos ejecutivos del sector en destacar que el horizonte es una mayor presión sobre los márgenes del negocio que, desde su punto de vista, solo se puede afrontar con mayor calidad y puesta en valor de sus productos, procesos de inversión y tipo de gestión.
Por eso, Forsyth considera que el tamaño es algo fundamental en este momento de concentración del sector: “La caída de los fees va a hacer que sea más complicado para las firmas pequeñas sobrevivir. Para el resto, el reto será lograr que las tarifas sean consistentes con el track récord que ofrecen los fondos, debemos ser más eficientes porque el cliente nos va a demandar que cada vez haya un menor coste para ellos”.
Sobre el otro gran debate de la industria, la gestión activa vs gestión pasiva, el responsable de la firma reconoce que los ETFs son atractivos por su coste y nivel de transparencia, e incluso lo son para los propios gestores activos. Sin embargo, defiende que “la gestión activa tiene un componente de propiedad intelectual que nadie puede negar, puede parecer algo viejo pero es cercano y eso sigue siendo atractivo”, apunta.
Un negocio global
De su experiencia destaca que las necesidades y demandas de los inversores son similares a lo largo del mundo son similares, pero cada mercado tiene sus peculiaridades. Por ejemplo, en Asia, con presencia en Hong Kong, Japón, Australia y Corea, la firma se ha focalizado en el mercado de distribución de fondos neutrales. “Si estás en Hong Kong o en Singapur, encuentras las mismas firmas que en Madrid, es decir a las principales grandes firmas de gestión de activos. En cambio, en Japón y en Australia nos encontramos con más firmas y fondos locales”, matiza.
Igualmente destaca otras curiosidades como el mercado español, donde existe una gran presencia de la banca tradicional. “No creo que esto sea un problema per se. La banca seguirá demandando productos para cubrir las necesidades de sus clientes. Creo que hay espacio para todos”, aclara.
Consciente de que este es un negocio cíclico, considera que tienen una dimensión y una presencia global que les permitirá hacer de los momentos duros una oportunidad. “Nos mantendremos conservadores y concentrados en lo que es realmente el fundamento de nuestro de negocio, apoyándonos en los agentes de los mercados locales y seguiremos desarrollando el mismo modelo que hasta ahora”, concluye Forsyth.