La calidad, el momentum, la baja volatilidad, el value y el tamaño de las empresas son los indicadores que marcan las decisiones de aquellos inversores que se inclinan por el ‘factor investing’. “No se trata tanto de evitar el riesgo, sino más bien de capturar los factores de riesgo que recompensan más”, señala el director de Especialistas de Inversiones Indexadas y Smart Beta de Amundi, Frédéric Hoogveld, antes de apuntar que esta forma de invertir permite obtener “retornos positivos a largo plazo”.
En un evento celebrado por la gestora y AFI en Madrid, hizo especial hincapié en que una de las formas de obtener rendimientos a largo plazo es centrarse en el riesgo y destacó dos estrategias de Amundi en ese sentido.
Estrategias ‘risk efficient’
Las primeras son las ‘risk efficient’, diseñadas para eliminar los riesgos no recompensados. “Son conservadoras, su belleza es que cuentas con un perfil de riesgo más predecible que el del rendimiento y ofrecen mayor resistencia ante la caída del mercado”, asegura.
Por ese motivo, las carteras de esta estrategia están bien diversificadas y compuestas por activos de alta calidad y bajo beta. “Cuando el mercado se desploma, nos desplomamos de forma significativamente menor: en el tercer trimestre de 2011, el MSCI sufrió su peor caída, un 21%, y esta estrategia cayó un 14%”, revela.
Inversión por factores
El segundo tipo de estrategia es el ‘factor investing’, que puede ser de un solo factor, basándose en métricas específicas, o multifactor, centrada en una asignación más estratégica y táctica.
En ese sentido, destaca que los factores no suelen estar vinculados entre sí y, por ejemplo, se dan casos en los que directamente se mueven en direcciones opuestas, como ocurre con el valor y el momentum, lo que contribuye a generar oportunidades de diversificación y a reducir ese tracking error.
Con ello en mente, Amundi lanzó hace dos años una estrategia multifactor que incluye el valor (precio de los libros, relación precio-beneficios y precio de los flujos de caja), el tamaño (mid cap), la baja volatilidad, la calidad (rentabilidad y apalancamiento) y el momentum de las empresas.
“Son eficientes, están asociados a una prima de riesgo y todos ellos cuentan con un apoyo académico sólido”, señala Hoogveld, que apunta que las claves de esta estrategia es que, si se compara con el índice de referencia del mercado, su volatilidad es menor, su retorno esperado es sólido y el riesgo es más bajo.
A la hora de articular esta estrategia, la gestora aplica una visión “descendente”. Es decir, primero construye una cartera para cada factor y después las junta todas y mide el riesgo de cada una. “Con un enfoque de riesgo diversificado, la idea es conseguir carteras amplias que capturen la prima con el menor riesgo específico posible”, afirma. Así, cuando detectan que el entorno del mercado está cambiando, ajustan los riesgos.
La estrategia multifactor incluye tres soluciones regionales: europea, en la Eurozona y global; con más de 720 millones de euros en su conjunto a cierre de abril. La estrategia se ofrece también en soluciones a medida para inversores, contando así con casi 3.300 millones de euros bajo gestión.
Una alternativa a la renta fija
En el mismo evento, el director de AFI Inversiones Financieras Globales, David Cano, destacó que detrás de esa “caja negra” que parece el término factor investing, no hay nada “sofisticado, sino cosas absolutamente intuitivas”. Además, hizo hincapié en su efecto diversificador y en su baja volatilidad.
Por otro lado, Cano advirtió de que, en el caso de la inversión en bolsa, en periodos alcistas, este producto posiblemente suba menos que la renta variable, “pero en periodos correctivos seguramente caiga menos”. Él propone una estrategia long-short –largo en un factor y corto en otro- como una buena alternativa para la renta fija, ya que su volatilidad es similar a la de esta (alrededor de un 4%).