Muchos inversores buscan formas más rentables de invertir. Eso suena genial en teoría, pero: ¿Cómo podemos saber si funciona?
Aunque los managers pueden cosechar pérdidas, ya sea anualmente o de forma continua, como parte de un proceso de gestión tributaria, medir el valor real de su cartera no siempre es fácil. Una manera de cuantificar la efectividad de la gestión fiscal es mediante el uso de tax-alfa.
Parametric, filial de Eaton Vance, define el impuesto alfa como el exceso en el portfolio después de pagar impuestos sobre los retornos, en relación con su índice de referencia y ajustado al exceso de retorno previo a los impuestos. Es decir, el rendimiento superior que un inversor puede lograr al aprovechar todas las estrategias de ahorro de impuestos disponibles.
“A largo plazo, el exceso en los rendimientos antes de impuestos debe ser cercano a cero, pero puede fluctuar durante períodos de tiempo más cortos porque las oportunidades para cosechar pérdidas fiscales pueden variar. Restar este «ruido» nos permite capturar con mayor precisión el impacto de la gestión fiscal activa”, explica en el blog de Eaton Vance, Rey Santodomingo, director de Investment Strategy and Tax Managed Equities de Parametric.
Esto también garantiza que el impuesto alpha no se deje influenciar por el rendimiento superior o el rendimiento inferior antes de impuestos de la cartera, ya que ninguno es relevante en términos del valor de la gestión tributaria.
En pocas palabras, apunta Santodomingo, el impuesto alfa es positivo solo si el exceso de devolución después de impuestos (after-tax)es mayor que cualquier exceso de devolución antes de impuestos (pre-tax return).
“El impuesto alfa puede ser una forma efectiva de medir el valor de la gestión tributaria activa y existen escenarios donde puede maximizarse. Sin embargo, las circunstancias y objetivos de cada inversor son únicos. Dicho esto, durante nuestras tres décadas de experiencia en la gestión tributaria, creemos que el impuesto sobre la renta puede ayudar no solo a ilustrar los posibles resultados de una gestión fiscal activa, sino también a establecer expectativas realistas basadas en el entorno del mercado”, añade Santodomingo.
Maximizar el tax alpha
El tamaño del tax alpha depende de dos factores clave: la dirección del mercado de renta variable en general y la magnitud de la volatilidad de las acciones individualmente consideradas.
“En igualdad de condiciones, una caída del mercado aumenta la probabilidad de pérdidas en una cartera de inversión y un mercado en alza disminuye esa probabilidad. Por eso, en los mercados bajistas, hay más oportunidades de cosechar pérdidas y, por lo tanto, aumentar el tax alpha”, especifica el gestor de Parametric.
Al mantener constantes los rendimientos del mercado, dice, observaremos cómo la volatilidad de las acciones tiene un impacto en este parámetro. Cuanto mayor es el nivel de volatilidad de una acción, más probable es que caiga en una posición de pérdida durante un período determinado. Tal vez lo más notable es que en el research de Parametric, el impuesto alfa siempre fue positivo y, de hecho, todavía era significativo incluso en períodos de fuerte desempeño del mercado y volatilidad moderada.
Según la firma, en un escenario de la vida real, en el que las carteras experimentan tanto el movimiento del mercado como la dispersión entre las acciones, el impuesto alfa se maximiza cuando los mercados están cayendo y la dispersión entre las acciones es alta.