Las últimas medidas de ajuste económico de Argentina aumentan las incertidumbres sobre su capacidad de acumular reservas internacionales y recuperar el acceso a los mercados de capital globales, afirma un informe de Fitch Ratings.
«Estas incertidumbres se reflejan en la calificación soberana de “CC”, afirmada en junio, que señala nuestra opinión de que es probable que se produzca una reestructuración o un incumplimiento de algún tipo de los bonos en moneda extranjera (ME)», dice la nota de la firma.
El presidente Javier Milei consiguió una importante victoria el mes pasado con la aprobación de su emblemático proyecto de ley “Ley Bases”. Sin embargo, el impulso a la confianza duró poco, ya que la atención del mercado se ha centrado en las tensiones en la combinación de políticas que Fitch señala en su revisión de la calificación soberana.
El avance mensual del peso del 2% ha quedado muy por detrás de la inflación, borrando el beneficio de la devaluación de diciembre pasado. Los controles cambiarios y las tasas de interés reales negativas siguen vigentes, sin perspectivas claras de su eliminación gradual. La acumulación de reservas internacionales se ha detenido. Desde entonces, los tipos de cambio paralelos han aumentado hasta superar en más del 50% al tipo oficial, y los diferenciales de los bonos hasta cerca de 1.600 puntos básicos.
En respuesta, las autoridades este mes dieron a conocer nuevas medidas. Ya habían puesto fin al financiamiento del banco central (BCRA) al Tesoro y habían pagado parte del financiamiento anterior. Las tasas de interés se han mantenido muy bajas para reducir los instrumentos de esterilización del BCRA y sus pagos de intereses (una fuente clave de creación de pesos). Ahora, las autoridades reemplazarán los instrumentos de esterilización restantes con notas LEFI emitidas por el Tesoro. Y la semana pasada, el BCRA recompró sus opciones de venta sobre bonos locales, que requieren la creación de pesos para ejercerse.
Las autoridades también comenzarán a intervenir en los mercados cambiarios paralelos vendiendo dólares comprados en el mercado oficial, para cerrar otro canal de creación de pesos y bajar los tipos de cambio paralelos.
Las autoridades apuntan a limitar estrictamente la oferta de pesos, dejándola crecer solo como una función de una mayor demanda de dinero de la intermediación crediticia. Esperan que esto afiance aún más una reducción de la inflación y mejore las condiciones para eliminar los controles cambiarios sin grandes perturbaciones del tipo de cambio y del mercado financiero.
Sin embargo, no está claro en qué medida este plan cambiará las cosas. Al asumir la deuda del BCRA, el Tesoro acumulará un nuevo stock de deuda de corto plazo que podría ser una fuente de demanda potencial de dólares en caso de un shock de confianza. El BCRA también mantiene el derecho de comprar las LEFI, lo que deja abierta una vía para la creación de pesos.
Los títulos en pesos consolidados del BCRA y el Tesoro han seguido creciendo en términos reales este año, a pesar del superávit fiscal informado y el menor déficit cuasifiscal del BCRA. Esto se debe a que el interés de muchos títulos del Tesoro está capitalizando el capital, y no se registra en los datos fiscales. El cambio de tasas de interés reales negativas a positivas, que sería necesario para que se levantaran los controles cambiarios, podría aumentar aún más este stock de deuda. Para reducirlo, podría necesitarse un superávit fiscal aún mayor, lo que podría sofocar una recuperación económica.
Además, las medidas para restringir la oferta de pesos podrían obstaculizar aún más la acumulación de reservas cambiarias, otra condición clave para eliminar los controles cambiarios. Las reservas del BCRA se han estancado tras mejorar hasta mayo de 2024, situándose en 27.600 millones de dólares en términos brutos y 1.900 millones de dólares en términos netos a mediados de julio. Podrían disminuir en los próximos meses debido a factores estacionales, la recuperación económica y la sobrevaluación del peso, y las ventas de divisas para gestionar los tipos de cambio paralelos se sumarán a estas presiones. Esa intervención también contraviene las recomendaciones del FMI, lo que empaña las perspectivas de obtener nuevos fondos.
Los pagos de bonos en moneda extranjera ascenderán a 9.000 millones de dólares en 2025, frente a los 4.000 millones de dólares de 2024. Además, habrá 5.000 millones de dólares en pagos de deuda en dólares por parte de las provincias y del BCRA sobre sus títulos BOPREAL. Las autoridades están buscando un acuerdo de recompra con bancos extranjeros para honrar estos pagos. Pero hacerlo de forma sostenida, sin una reestructuración u otro tipo de alivio, requerirá acumular reservas y recuperar el acceso al mercado de capitales. Las perspectivas para ambos se han vuelto aún más inciertas después de los últimos anuncios de política.