Ha tenido lugar la presentación pública del Barómetro de las Finanzas Éticas y Solidarias 2020, que muestra la evolución del sector en España durante el año 2020. Desde el Observatorio de las Finanzas Éticas se ha destacado la importancia de las entidades de finanzas éticas en el mismo año en que ha estallado una crisis sanitaria sin precedentes y con grandes impactos sociales y económicos. Nuevamente, se ha puesto de manifiesto que, frente a un contexto de dificultad, las entidades bancarias, parabancarias y de seguros éticos han dado respuesta otorgando más crédito que nunca y adoptando múltiples medidas para paliar las consecuencias económicas de la pandemia.
El coordinador del Observatorio, Sergi Salavert, ha destacado del Barómetro que “la evolución de las finanzas éticas en España es positiva y se han alcanzado máximos históricos en crédito a la economía real”, destacando sobre todo que los préstamos concedidos por las entidades han superado los 1.720 millones de euros en 2020, incrementando un importante 16,02% en relación con el año anterior.
Según los datos del informe, la tasa de morosidad de las entidades de finanzas éticas fue del 1,52% en 2020, cifra que supone la morosidad más baja desde que se recogen datos. En contraposición, la morosidad de la banca convencional se situó en el 4,51%.
A finales de 2020, casi 190.000 personas físicas y jurídicas han sido clientes de las entidades bancarias y parabancarias de las finanzas éticas. Esto supone un ligero descenso en el número de personas usuarias del 2,46% en relación con el año anterior. Esta tendencia puede explicarse debido a que las entidades de finanzas éticas están priorizando la concesión de crédito y servicios financieros a las entidades por encima de campañas de captación de clientes.
El capital social captado por las entidades de finanzas éticas se sitúa ligeramente por debajo de los 190 millones de euros, lo cual es fundamental para poder seguir financiando proyectos transformadores de una manera más sólida.
En España, el sector que ha recibido más financiación, con un 38,43% sobre el total, es el vinculado al medio ambiente, seguido por el sector social (23,54%) y el cultural (17,43%). El 20,60% restante corresponde a particulares y administraciones públicas. A nivel internacional, el 83,80% de la financiación se realiza a través de microcréditos.
Dentro del ámbito del seguro ético, los datos incorporados en el Barómetro de este apartado corresponden a entidades registradas en el Sello Europeo EthSI de seguros éticos y solidarios. Los seguros éticos también han jugado un papel importante este año 2020 ya que, gracias al servicio que dan, han amortiguado el impacto económico de la pandemia. De esta manera, el informe muestra que los seguros éticos han gestionado un volumen de primas de 1.632.043.399 euros, lo que supone un 2,71% del volumen de primas total en España.
Por primera vez, se ha mostrado la estructura de las inversiones realizadas por los seguros éticos, que gestionan más de 3.200 millones de euros bajo criterios de inversiones éticas y responsables, o en proceso de incorporación de éstos. De este apartado, se ha destacado el prácticamente nulo porcentaje de inversiones en renta variable con un 0,43%.
En relación con el volumen de pólizas, las entidades aseguradoras y mutualidades registradas por el Sello EthSI han gestionado cerca de 4,4 millones de pólizas durante el año 2020, tienen cerca del 30% de mujeres en cargos directivos y el abanico salarial es inferior a 1 a 8.
Dentro de los seguros éticos, pero centrándonos en el ámbito de la mediación de seguros, el informe muestra que las corredurías éticas tienen un volumen de primas intermediadas cercano a los 14 millones de euros y más de 24.000 pólizas gestionadas. En las corredurías éticas el porcentaje de mujeres en cargos directivos es próximo al 55% y la horquilla salarial es inferior a 1 a 4.
La voz de las entidades
Coop57 ha destacado que “durante el 2020 hemos orientado las fuerzas en dar respuesta a las necesidades acaecidas por la crisis pandémica, refinanciando más de 100 préstamos por valor de 4,5 millones de euros, aplazando el retorno de las cuotas hasta que se pueda revertir la situación. Hemos trabajado para seguir siendo una herramienta útil al servicio de los movimientos sociales y la economía social y solidaria”.
Fiare Banca Etica ha añadido: “El 2020 fue un año especialmente duro para muchas entidades a raíz de la pandemia. Para nosotros la clave fue ponernos a disposición de ellas desde un primer momento para poderlas entender y acompañar tanto en procesos de carencias o de nueva financiación para adaptar las líneas de negocio. En general, el impacto fue positivo y tuvimos un incremento superior al 50% en financiación respecto al año anterior. Las entidades de finanzas éticas en un momento de crisis como este, han priorizado estar junto a las entidades que trabajan por las personas y para proteger el medio ambiente.
Desde Oikocredit destacan que «la pandemia de COVID-19, al igual que lo está haciendo la crisis climática, ha impactado de manera mucho más dura en países de bajos ingresos en el Sur Global, donde llevamos a cabo el grosor de nuestra actividad, y por eso tuvimos que poner en marcha recursos extraordinarios, tanto a nivel de refinanciación de la deuda y concesión de periodos de carencia como nivel de donaciones por paliar los graves efectos inmediatos que tuvo el estallido de la pandemia”.
“El año 2020 ha sido un año lleno de desafíos. Y por ello hemos volcado muchos esfuerzos en la financiación de los sectores clave de la transición ecológica y justa para la regeneración de la economía», añaden en Triodos. «Las empresas de los cuidados, la agricultura ecológica, la cultura y la educación han sido fundamentales para mantener los servicios a la ciudadanía durante lo peor de la pandemia y son también esenciales en cuanto a la recuperación económica. Por eso, hemos aumentado nuestro volumen de financiación y proteger a estos sectores fundamentales”.
El coordinador del Sello EthSI destaca del 2020 que “los seguros éticos han facilitado, promovido y aplicado medidas para reducir el impacto económico sobre las personas y las organizaciones, de la misma manera que se han implicado en iniciativas de la sociedad civil para combatir la pandemia”.