Las manifestaciones a favor de la democracia tomaron las calles del distrito financiero de Hong Kong a finales de septiembre y octubre para exigir al Partido Comunista de China que mantenga su promesa de democracia, realizada cuando Reino Unido transfirió el control de la antigua colonia a China en 1997. La incertidumbre que rodea el futuro de Hong Kong pesa con fuerza en sus ciudadanos, así como en la comunidad financiera internacional.
¿Presionará la exigencia de los manifestantes de unas eleciones abiertas en 2017 al presidente chino Xi Jinping? ¿Podría la percepción de inestabilidad hacer que los inversores internacionales se llevaran sus negocios a otros centros financieros como Singapur? ¿Cuál será el alcance del daño a la reputación del sector financiero? Varios expertos de inversiones en mercados emergentes de Natixis Global Asset Management comparten sus puntos de vista.
En relación al efecto que tendrán las protestas, François Théret, CIO del Absolute Asia Asset Management, comenta lo siguiente:
El daño a corto plazo a la economía es ya visible. El crecimiento de Hong Kong se ha ralentizado desde 2013 y los recientes sucesos no han hecho más que exacerbar esta tendencia bajista, dañando de forma severa sectores como el de las ventas minoristas y el turismo. China ha frenado los grupos de turistas a Hong Kong y las ventas minoristas registraron una derrumbe récord de dos dígitos durante la semana de vacaciones conocida como la China’s Golden Week que se celebró entre el 1 y el 5 de octubre, según la Hong Kong Retail Management Association. El organismo también informó de que los restaurantes y las tiendas situadas en el distrito financiero registraron caídas en las ventas de entre el 40% y 50% comparado con el mismo periodo festivo del año anterior. Algunas joyerías del centro de la ciudad acumularon retrocesos en sus ventas de casi el 80%. Es probable que el efecto en los servicios financieros y el comercio haya sido limitado hasta ahora.
La cuestión clave es si las actuales protestas amenazan el potencial económico a largo plazo de la ciudad. Desde Natixis GAM, creemos firmemente que el papel de Hong Kong como uno de las principales plazas financieras del mundo, gracias a su fuerte legislación y a la creciente cooperación con otros centros financieros internacionales, es inquebrantable. Para la China continental tan importante es Hong Kong como Hong Kong lo es para China, sobre todo si hablamos de la implementación de la agenda de reformas. Hong Kong ha sido el principal laboratorio de pruebas de casi todas las nuevas políticas de apertura puestas en marcha por Pekín, entre ellas el reciente programa R-QFII (la calificación de una institución como Inversor Extranjero en renminbi) y el Shanghai-Hong-Kong Stock Connect, que han ayudado a asegurar que Hong Kong mantiene una cómoda ventaja sobre otros centros financieros como podrían ser Singapur, Londres o Fráncfort.
Michael McDonough, analista de Mercados Emergentes de Loomis, Sayles & Company, añade:
Hong Kong, aquí y ahora, sigue siendo la capital financiera de Asia, si excluimos Japón. Creemos que las protestas a favor de la democracia no minarán su liderazgo.
Las protestas subrayan que Hong Kong ya se ha convertido en una ciudad que pertenece a China. Dentro de eso, emerge la pregunta de la posición que ocupa: una ciudad de 8 millones de habitantes dentro de un país con 1.400. Pekín es la capital política, Shanghai la capital industrial. Hasta la fecha Hong Kong había sido la capital financiera, el lugar donde los inversores acudían para poder acceder a las inversiones en China.
Con el Shanghai–Hong Kong Stock Connect ya en marcha, ambas ciudades, el país entero y los inversores, institucionales y chinos se verán beneficiados. Sin embargo, a medio plazo, creemos que la relevancia de Hong Kong será menos dominante conforme se transforma en China y los inversores se sienten cómodos y acceden al mercado onshore del gigante asiático.