A la hora de invertir su dinero, los españoles siguen recurriendo mucho a las cuentas de ahorro. “Parece que muchos ahorradores todavía no se han dado cuenta del drástico cambio que ha supuesto la política de tipos de interés bajos del Banco Central Europeo para su patrimonio personal”, explica Carsten Roemheld, estratega de mercados de capitales en Fidelity International.
Roemheld explica que los intereses que pagan las cuentas de ahorro, los depósitos a la vista y los depósitos a plazo fijo son minúsculos, lo que se traduce en rentabilidades negativas cuando se descuentan los gastos y la inflación. “Naturalmente, los ahorradores siempre deberían tener unas reservas de liquidez adecuadas de las que puedan disponer rápidamente para hacer frente a un gran gasto inesperado. Para estos fines, se recomiendan los depósitos a la vista. Sin embargo, este tipo de inversión no es adecuada para constituir un patrimonio a largo plazo”, afirma el experto. En este sentido, recomienda que cualquier persona que esté en disposición de apartar una cantidad periódica de dinero debería plantearse contratar un plan de ahorro en fondos de inversión.
Una idea que se ilustra con el siguiente ejemplo: un ahorrador que hubiera invertido 100 euros en un depósito a la vista todos los meses durante los últimos 15 años, habría conseguido una rentabilidad anual del 0,5%, según el tipo medio de los depósitos a la vista del Banco Central Europeo. Eso significa que los 18.000 euros totales ingresados como ahorro mensual se habrían convertido en 18.687 euros. Si estos ahorradores hubieran invertido el dinero en los grandes valores de la bolsa europea, ese ahorro se habría convertido en un total de 28.552 euros, mientras que una inversión en los grandes valores cotizados españoles se habría traducido en un total de 24.726 euros, es decir, una cantidad que supera en más de 6.000 euros el total conseguido con un depósito a la vista.
Dado que los tipos de interés han caído de forma continua durante los últimos años, los planes de ahorro en depósitos a la vista en periodos más cortos han generado rentabilidades aún más bajas. Así, los ahorradores que comenzaron a utilizar los depósitos a la vista hace diez años han conseguido una rentabilidad del 0,4% y los planes de ahorro que se iniciaron hace 5 años han generado una rentabilidad del 0,2%.
“Obviamente, las acciones y los fondos experimentan mayores fluctuaciones en su evolución que, por ejemplo, los depósitos a la vista. Durante los últimos quince años ha habido varios episodios de turbulencias en las bolsas, algunos de escasa relevancia y otros más importantes, como los provocados por el estallido de la burbuja puntocom a comienzos de la década de 2000, la crisis inmobiliaria de 2008, el desastre de Fukushima y la crisis de deuda de 2011. Sin embargo, estas fluctuaciones no han afectado de forma significativa a las rentabilidades de los planes de ahorro en fondos, ya que, por norma general, los hundimientos de las cotizaciones dan paso rápidamente a fuertes avances. Si lo que se quiere es crear riqueza a largo plazo, las acciones y los fondos son imprescindibles”, afirma Roemheld.