Dar respuesta a la crisis del coste de la vida, un foco continuado sobre el cambio climático y el impulso de la diversidad de género en los consejos serán según Fidelity International las tres consideraciones clave en términos de voto que tendrán que afrontar las juntas generales de accionistas (JGA) de compañías europeas este año.
Como casa de gestión basada en el análisis y la investigación, desde Fidelity afirman que “el activismo es una fuerza positiva para impulsar prácticas de negocio sostenibles” en las compañías en la que invierten. “Votar en las juntas de accionistas es una piedra angular de la estrategia de gestión de Fidelity”, añaden.
Aquí van algunos ejemplos de prácticas recientes impulsadas por la firma: en diciembre de 2022, envió una carta a los presidentes de los consejos de 330 compañías que cotizan en los grandes índices europeos, en las que se alentaba a los consejos a asegurar que las decisiones de remuneración reflejan correctamente los principios de justicia y trato equitativo. Un año antes, en 2021, la gestora había reforzado su política de voto al establecer unos estándares mínimos sobre acción climática y diversidad de género. En la actualidad, sigue colaborando con los emisores para orientarles sobre cómo espera que se cumplan.
Finalmente, la gestora ha publicado una guía marco para actuar contra la deforestación (“Deforestation Framework”). Este marco está en línea con la prioridad dentro de la estrategia de inversión sostenible de Fidelity de apoyar al capital natural. Así, cuando las empresas incluidas en el ámbito de aplicación no cumplan con las expectativas mínimas de la gestora, esta exigirá responsabilidades a los miembros del consejo mediante votación a partir de 2024.
Dar respuesta a la escalada de la inflación, un punto clave
Desde Fidelity afirman que la crisis del coste de la vida es una de las preocupaciones clave de la gestora a la hora de ejercer sus derechos de voto. En consecuencia, de cara al inicio de la temporada de JGAs, la firma “esperará que las comisiones de remuneración consideren la experiencia de la fuerza laboral en su conjunto antes de establecer las pagas a los ejecutivo, lo que incluye evitar el incremento del salario base para directores ejecutivos si superan al de los trabajadores en general”. La gestora también va a pedir a los consejos “que sigan siendo conscientes del potencial inesperado de ganancias de los Planes de Incentivos a Largo Plazo (LTIP por sus siglas en inglés) que se concedieron en la primavera de 2020, inmediatamente después del brote de Covid-19”.
“La crisis del coste de la vida tendrá un impacto diferente sobre individuos y empresas, y reconocemos que las soluciones no son siempre sencillas y dependerán de las circunstancias de cada uno. Para muchas empresas, las presiones inflacionarias son muy evidentes, con frecuencia en los costes energéticos y laborales, y estas presiones están teniendo un impacto social significativo sobre los empleados y las comunidades que deberían ser gestionados de forma responsable”, ha apuntado sobre este asunto Jenn-Hui Tan, responsable global de Gobernanza e Inversión Sostenible de Fidelity International.
Dar pasos a la consecución del cero neto
Dentro del compromiso de Fidelity para que su cartera sea neutral en carbono en 2050, la gestora ha invertido mucho en herramientas y expertos para impulsar los compromisos corporativos con asuntos relacionados con el cambio climático. En línea con este objetivo hacia el cero neto, la gestora ha establecido en su política que “votará en contra de los consejeros de las empresas que no cumplan sus expectativas mínimas en materia de gobernanza, políticas y divulgación de información sobre el cambio climático”.
La gestora seguirá poniendo el foco en los planes de transición climática y en las propuestas climáticas que planteen los accionistas, y seguirá usando sus derechos de voto para abogar por que las empresas adopten estrategias de descarbonización que apoyen una transición creíble de la sociedad hacia el cero neto. Como parte de estas políticas, por ejemplo, Fidelity está pidiendo a las empresas en las que invierten cómo la crisis global de energía puede afectar a su estrategia hacia el cero neto. Es más, en aquellos sectores que hayan registrado beneficios extraordinarios derivados de la dislocación en los precios de la energía, la firma está alentando a las compañías a “asignar una proporción adecuada hacia la construcción de infraestructuras renovables para acelerar la transición”.
Más compromiso con la diversidad
Desde la gestora también destacan su fuerte compromiso con la diversidad de género y racial. “Aunque la diversidad y la inclusión pueden tener un impacto social significativo, es importante destacar que también genera un impacto crítico y positivo sobre la creación de valor en el largo plazo y que contribuye a mitigar el riesgo”, afirman. Por tanto, consideran que estas características “deberían alentar a los comités para buscar candidatos a la dirección con diferentes orígenes y habilidades”.
Esto se va a traducir en que Fidelity va a mostrar un compromiso activo en las JGA referente a la diversidad, “y considerará votar contra los equipos directivos de muchos mercados desarrollados que no tengan al menos un 30% de mujeres ejecutivas en los consejos ejecutivos”. En los mercados que vayan más rezagados en el desarrollo de estándares de diversidad, la gestora exigirá una cuota de al menos el 15%.
Como resultado de esta política, el año pasado Fidelity votó en contra de la dirección de más de 400 empresas (incluyendo abstenciones) a nivel global.