En opinión de Larry Fink, presidente y consejero delegado de BlackRock, 2018 no fue un año fácil para los gestores de activos. Por eso Fink se compromete, en la carta que ha dirigido a sus accionistas, a desarrollar una estrategia que permita a la firma crecer a largo plazo y hacer más accesible la inversión a la gente.
“Junto con nuestro Consejo de administración, hemos desarrollado una estrategia a largo plazo centrada en captar la transición desde la selección de productos a la estructuración de carteras; liderar el ámbito de las soluciones tecnológicas y la digitalización de la cadena de valor del sector de la gestión de activos; y tener éxito a la hora de adentrarnos e incrementar nuestra presencia en mercados de todo el mundo que experimentarán un elevado crecimiento en el futuro”, señala Fink en su carta.
Sobre este primer catalizador para su crecimiento, Fink explica que será fundamental la plataforma de inversión que han construido, que les permite tomar un enfoque independiente de cara a construir las carteras de sus clientes. “Esto supone expandir nuestras capacidades respecto a la construcción de carteras, como con ETFs y factores. Así como en inversiones alternativas líquidas, incluidas las inversiones en infraestructura, que proporcionan a los inversores mayores rendimientos y duraciones más largas. Continuaremos ofreciendo estrategias activas que aporten valor y liderando la industria en áreas emergentes como la inversión sostenible e innovación”, apunta.
Su intención es enfocar la estrategia y los recursos de la firma en las soluciones que más demanden los clientes. Según matiza, así lograr capturar la participación en las áreas donde más crece la industria, “lo que permitirá a BlackRock crecer más rápido que la tasa de crecimiento orgánicos promedio de la industria del 3%”, matiza.
Tecnología y digitalización
La segunda de sus propuesta es seguir avanzando en la combinación de su negocio con la tecnología, ya que desde la firma reconocen que los resultados más “impactantes” provienen de la juntar el conocimiento de su equipo de profesionales de la gestión con el poder de la tecnología. Según explica Fink, más de 200 clientes en más de 50 países utilizan Aladdin todos los días para ver el riesgo con mayor claridad y gestionar las inversiones de manera más eficiente. Para preparar Aladdin para los próximos 30 años de crecimiento, la gestora fue escalando su plataforma paulatinamente y sigue trabajando para crear un ecosistema integrado que permita a los usuarios interactuar de manera más transparente con sus datos bajo demanda.
“Estamos complementando las inversiones orgánicas en tecnología con inversiones inorgánicas como Cachematrix, para expandir nuestras capacidades tecnológicas y escalar nuestra distribución de estrategias de inversión en efectivo. Recientemente, anunciamos un acuerdo para adquirir eFront, el proveedor líder mundial de soluciones y software de gestión de inversiones alternativas de extremo a extremo. Esta adquisición mejora significativamente las capacidades de Aladdin y nuestra plataforma de alternativas. También estamos haciendo inversiones minoritarias y entrando en sociedades, incluyendo iCapital, Scalable Capital, Envestnet and Acorns, que nos integrarán más estrechamente en el ecosistema de tecnología financiera más amplio y en la vida financiera de los clientes”, señala.
La gestora considera que al liderar la digitalización de la cadena de valor de la gestión activos, logrará generar unos ingresos directos de la tecnología y mejorar la propuesta de valor de su oferta. En este sentido, BlackRock logró unos ingresos récord de 785 millones de dólares por sus servicios tecnológicos
Mercados con potencial de crecimiento
Por último, Fink sostiene que toda su estrategia va a estar enfocada en aquellas áreas de la industria de gestión de activos con mayor potencial de crecimiento, no solo en términos de productos o tecnología, también de mercados. “Vamos a continuar invirtiendo en aumentar nuestra presencia y penetración en mercado de alta crecimiento en todo el mundo”, señala al recordar que la clave será volverse cada vez más local e invertir en mercados de alto crecimiento.
Según el CEO de BlackRock, para lograr este objetivo, no solo es necesario comprender las necesidades de los clientes en diferentes países, sino también el contexto geopolítico, normativo y cultural en el que viven y trabajan. “Es por eso que priorizamos las operaciones en los países y ciudades en las que se basan nuestros clientes, para que podamos comprender esos matices. Por ejemplo, en América Latina estamos desarrollando nuestras capacidades de inversión y de distribución para respaldar el potencial de crecimiento a largo plazo de la región”, afirma destacando Brasil y México como dos mercados por los que claramente apuestan.
Respecto a China, el gran mercado en el que todas las firmas de gestión de activos tienen los ojos puestos, apunta que el país “es una de las mayores oportunidades de crecimiento futuro para BlackRock y estamos enfocados en construir una presencia en tierra”. Se espera que Asia impulse el 50% del crecimiento orgánico de activos bajo gestión en la industria de gestión de activos en los próximos cinco años, en gran parte impulsado por China, donde existe una demanda creciente de soluciones de inversión más diversificadas y a largo plazo, por lo que la gestora se ha marcado como objetivo convertirse en uno de los principales gestores de activos globales del país.
Una industria en pleno cambio
Fink ha comunicado a los accionistas esta estrategia para crecer a largo plazo, después de que gestora haya decidido recortar un 3% su plantilla a nivel mundial, unos 500 puestos de trabajo en total, para hacer frente a un mercado cada vez más competitivo.
“2018 fue un año complejo para el sector de la gestión de activos y un indicio sobre los acontecimientos que nos depara el futuro: un mayor énfasis en el valor, una competencia más dura, una mayor complejidad operativa y la disrupción de los modelos de negocio tradicionales. En la actualidad, la aceleración de tendencias estructurales a largo plazo, junto con una ralentización del crecimiento del mercado, está poniendo en entredicho ese éxito. Asistimos a un incremento de las complejidades en el plano operativo como resultado de un marco normativo cambiante y de unos modelos de negocio con un cariz más global. Los inversores están tomando conciencia de que han estado abonando comisiones elevadas por unas estrategias de inversión activa tradicionales que han arrojado rentabilidades negativas y en las que un gran número de gestores no ha invertido en innovación. Además, el sector de la gestión patrimonial está evolucionando claramente desde un modelo de negocio tradicional basado en comisiones hacia un modelo de asesoramiento basado en comisiones”, explica en su carta.
Aún así, se muestra convencido que la gestión la gestión de activos es ahora más necesaria que nunca. “Las gestoras tienen la obligación de educar, facultar y preparar a las personas con las soluciones de inversión, la tecnología y la mentalidad necesarias para invertir a largo plazo”, concluye.