La firma de servicios financieros y de gestión patrimonial Nobilis trató de calibrar las repercusiones que tendrá la guerra de Ucrania sobre la economía uruguaya, país con un fuerte sector agroexportador. Para analizar el tema estuvo invitado el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Fernando Matos, quien aportó una batería de datos sobre el sector y advirtió que las consecuencias serán importantes y duraderas.
Más interrogantes que respuestas
En el público compuesto por clientes de Nobilis, expertos y la prensa, los interrogantes eran enormes: ¿saldrá ganando el sector exportador en esta coyuntura? ¿cómo situarse frente al dólar? ¿cómo manejar la inflación? ¿cómo afectará el precio de los commodities al mercado interno y qué va a hacer el gobierno?
El evento “La guerra y el impacto de los commodities en el sector agropecuario”, realizado en el World Trade Center Montevideo, fue abierto por Juan Patricio Enright, gerente general de Nobilis, quien plantó de entrada la complejidad del escenario: “El mundo venía saliendo del golpe generado por la pandemia del COVID-19, con grandes inyecciones de liquidez de los bancos centrales, y empezó a transitar presiones inflacionarias y subas de tasas. Ahora, con la guerra, esto se exacerba, y se ven subas importantes en los precios de los commodities, algo tiene repercusiones a nivel internacional, pero también en Uruguay”, afirmó.
Por su parte, el gerente de inversiones de Nobilis, Jerónimo Nin, indicó que para 2022 se preveía un nivel de crecimiento global de 4,1%, según el Banco Mundial. “Es en ese contexto viene este shock que genera la guerra, que es estanflacionario, ya que genera menos crecimiento global y más inflación. Por estos y otros factores, las últimas estimaciones indican que el crecimiento se bajaría de 4,1% a 3%, siempre que la guerra no se extienda en el tiempo”, señaló.
La tormenta perfecta para la economía mundial
La intervención del ministro Matos consistió en una impresionante batería de datos que mostraron la complejidad de la situación. Si bien el sector ganadero y agrícola aparecen como los ganadores de esta coyuntura (las ganancias del sector en 2021 fueron notables) lo cierto es que la complejidad de esta crisis la hace imprevisible.
Por ejemplo, Matos reveló que Uruguay está defendiendo ante la FAO que el sector alimentario pueda ser protegido y evite las consecuencias de las sanciones que sufre actualmente Rusia, y reconoció que el gobierno está gestionando acuerdos con Bolivia para que provea de fertilizantes a los productores uruguayos, ya que el aprovisionamiento está en peligro porque Rusia y Ucrania son grandes fabricantes a nivel mundial.
El ministro afirmó que el proceso de inflación y la sequía en varios países (como Paraguay, Brasil, Argentina y Canadá) han generado una tormenta perfecta para los commodities, pero también añadió que la cosecha en Uruguay será muy buena.
La guerra entre Rusia y Ucrania “nos va a impactar por mucho tiempo”, añadió Matos, ya que previo al conflicto los dos países producían el 29% de las exportaciones mundiales de trigo y el 16% del comercio de maíz. “El trigo es el cereal de mayor incidencia en las decisiones políticas en el mundo por su influencia en el aspecto alimentario para los humanos, y el maíz es un grano fundamental para la alimentación animal”, subrayó.
Mercado interno y el dogma de la no intervención: el dilema de Uruguay
En este punto, el ministro expuso los número actuales del trigo en Uruguay: el país produce 1 millón de toneladas al año y el mercado interno consume 450.000 toneladas, el resto se exporta. Pero actualmente la tonelada de trigo se vende a 400 dólares, cuando hasta hace poco el precio era de 260. ¿Qué posición deben de tomar las autoridades para proteger el mercado interno?
Y en este punto, Fernando Matos fue enfático: “nuestra filosofía es no intervenir el mercado”, afirmó y reiteró varias veces.
Pero lo cierto es que el mismo día el gobierno uruguayo había anunciado una subida de los combustibles muy por debajo de lo que indicaba el mercado, y que se estaban tomando medidas de exoneración fiscal temporales para las harinas y la carne. Además, el ejecutivo ha prometido una recuperación salarial para la población, después de varios años de pérdida de salario real.
Matos aseguró que cualquier intervención será temporal porque no podrá ser sostenida a largo plazo por las finanzas del país. Como solución, aludió brevemente a un posible aumento de la producción para satisfacer la mayor demanda, pero sin aportar más detalles. Por el lado energético, evocó el trabajo que se está haciendo en el país para promover el hidrógeno verde.
El ministro explicó que aunque otros gobiernos de la región están interviniendo en los mercados, “el gobierno uruguayo no lo va a hacer. No es recomendable tomar decisiones de ese tipo en este momento que está la polvareda, que el panorama es tan cambiante. Nos parece que estas medidas temporarias son positivas, ayudan y dan señales al consumidor”.
Por último, Matos descartó de plano que el gobierno pueda subir los impuestos o poner retenciones a los exportadores agrícolas y ganaderos y recalcó a la importancia de que Uruguay mantenga el equilibrio fiscal ante las calificadoras de riesgo, ya que el país ha mantenido en grado inversor, pero en su escalón más bajo.
Nobilis maneja actualmente unos 1.200 millones de dólares de 3.200 clientes, en su gran mayoría compuesto por residentes en Uruguay (93%). La firma dispone de fondos mutuos propios (4 fondos con 200 millones de dólares) y próximamente lanzará un servicio digital para ampliar su alcance hacia el público retail.